Amor a prueba de adversidades

Capítulo 28: Situaciones desesperantes.

Alessandro 

 

Una de las cosas que me preocupaba bastante era el peligro que representaban esos seres despreciables que ni siquiera merecen ser nombrados, gracias a la ayuda del fiscal, y mi abogado que junto a mi cuñado pudieron encontrar pruebas que los acusen. Finalmente, están tras las rejas como lo que son, unos malditos delincuentes, fueron acusados por varios delitos que tienen que ver con nosotros, pero otros me han dejado asombrado, ¿Cómo es que no lo vi antes? ¿Cómo siquiera los considere parte de mi vida? El dinero y los cheques que me hicieron creer que fue robado, falsificado y transferido a una cuenta falsa por mi esposa, en realidad ellos fueron los responsables. Debo admitir que eso me mantenía muy ansioso y estresado, y si a eso le sumamos que el doctor me ha dicho que de mi esposa puede morir, ¿Por qué todo le sucede a ella?, esto solo me produce frustración y enojo con esa maldita enfermedad.

 

 Han pasado tres días de aquel episodio que me asusto y desespero al no poder ayudarla, me sentí tan inútil y vulnerable en ese momento. La mayor parte del día se la pasa durmiendo, pero lo que me está preocupando es que de anoche está con fiebre, el médico después de volver a llenarle de preguntas, me ha dicho lo mismo que vengo escuchando, "Es normal en su estado, deben estar preparados para cualquier cosa". Cómo hacerlo cuando se trata de la mujer que amo, de la madre de mis hijos, del amor de mi vida, jamás podría imaginarme una vida sin ella o sin mis pequeños. 

 

Me encuentro en el sofá que se encuentra a unos pasos de donde descansa Belle, me estoy encargando de controlar la fiebre, médicos van y vienen asegurándose de que todo esté en orden. El doctor que contrate se está encargando de todo en conjunto de los que la estaban atendiendo.

Aunque trate de demostrarle tranquilidad y optimismo, no puedo evitar ponerme mal cada vez que veo su rostro pálido, esas ojeras que son como dos bolsas debajo de sus ojos cansados y esos hematomas que tiene por su delgado cuerpo. 

Me levanto del sofá para dirigirme hasta la camilla, a ella no le importa su salud, solo quiere tener de regreso a nuestros hijos, sé que eso la tiene también mal emocionalmente y esto empeora todo.

Apoyo con suavidad mi mano sobre su frente, gracias a Dios la fiebre está pasando, no me agrada ver a la chica feliz y que ama la vida así, y aunque yo no tenga la culpa de su enfermedad, yo contribuí en que avanzará rápido, si solo la hubiese escuchado todo sería diferente, pero lamentablemente no podemos volver al pasado y no cometer los mismos errores.

Giro mi vista cuando escucho la puerta siendo abierta, por está entra Zoé con cierto nerviosismo, la verdad ha estado actuando extraño, por lo que también decidí investigarla, sé que ayudo a mi mujer en sus peores momentos, pero ahora mismo no puedo confiar ni en mi propia sombra.

—Buenas tardes, ¿cómo sigue? —pregunta en voz baja para no despertar a Belle.

—La fiebre está bajando, pero no ha despertado desde la mañana —explico volviendo mi vista a mi esposa.

—Alessandro, ¿Puedes acompañarme afuera? —pregunta, haciendo que la vuelva a mirar con confusión, ¿qué estará pasando?

—Claro, ¿está todo bien? —pregunto mientras me acerco hasta donde se encuentra, esta solo asiente mientras que me sonríe tratando de parecer tranquila. 

Le sigo sin pronunciar ni una palabra, nos dirigimos hasta lo que parece un consultorio, y ahí deja de caminar para seguidamente decirme que debemos entrar allí. Cuando entramos mi sorpresa es mayor, justo enfrente mio se encuentra Dante con mi hermana que parece enfadada, y también está su amigo, que se llamaba...ah si, Andriano. 

—¿Qué sucede aquí? ¿Sucedió algo con la seguridad? —cuestiono ahora preocupado.

—No se trata de eso Alessandro, como lo prometimos nos encargamos de que tanto en el orfanato como en la clínica y en todas tus propiedades haya seguridad —explica, eso me tranquiliza bastante.

—¿Entonces qué es? —vuelvo a preguntar ansioso por regresar con mi Belle.

—Debo decirte algo muy importante —dice el hombre de unos treinta años, sus ojos verdes me desconciertan —. Solo déjame hablar sin interrumpirme, después responderé si tienes alguna pregunta —me pide y sin saber porque termino asintiendo.

Nos sentamos en las sillas que se encuentran enfrente del escritorio, mientras los demás se queda cerca de la entrada dándonos privacidad. 

—Te escucho —respondo sintiéndome ansioso.

—Hace veintiséis años nos hicieron creer que mi hermana Francesca había muerto en su nacimiento, esto nos destrozó a toda la familia. Mi padre estuvo preso por diez años pagando por algo que no hizo, ese hombre sin ninguna compasión le dijo en su cara que le había robado a su hija. Cuando logro salir comenzamos a buscarla y encontrarla nos llevó diez años más —explica dejándome confundido, ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? —. Mucho más de lo que crees —asegura adivinando mi pensamiento —. Cuando la busque sucedió algunas cosas y su paradero volvió a ser un misterio, lamentablemente no la pude proteger en esos momentos ni a ella ni a mis sobrinos, pero ahora será diferente nos tienen a nosotros. Isabelle Durant en realidad es Francesca Santoro, mi pequeña hermana —concluye dejándome mudo, eso es imposible, pero todo me cae como balde de agua, por eso lo veía parecido a alguien; era a mi esposa. Además, lo que dijo Charlotte, “Ni, aunque quisiera la podría ayudar, no somos compatibles". Me levanto mirándolo con incredulidad, llevo mis manos a mi cabeza masajeando está, tratando de calmar el dolor que se hace presente, esto es demasiado en poco tiempo.

—Eso....es imposible, ella es una Durant —digo aún sin poder asimilarlo.

—Ellos nos separaron, cambiaron su nombre hasta su nacionalidad; es italiana al igual que todos nosotros, es mi hermana y te pido que me permitas estar con ella, tengo pruebas que demuestran lo que digo y puedes verla ya mismo si así lo deseas —no puedo emitir palabra alguna, miro a los demás presentes que hasta el momento no han dicho nada. Y ahí lo entiendo ellos lo sabían todo este tiempo, por eso estaban actuando raro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.