Amor a prueba de adversidades

Capítulo 29: Mis soles.

Isabelle

Desayuno mientras observo lo nervioso que está Alessandro, ¿Qué me estará ocultando? ¿Qué es lo que le preocupa tanto? Sé que no tiene que ver con Lorenza y Elliot, hace unos días estaba mirando televisión para distraerme, y justo en ese momento me enteré que ellos estaban presos, hablaban de los delitos por lo que fueron acusados, Aless estaba conmigo e intento apagar el aparato, para evitar que me alterará. No dije nada, solo observé las noticias sin mostrar ninguna emoción, ¿Me tendría que alegrar por qué por fin están en la cárcel? ¿Cómo hacerlo si merecen más que estar en ese lugar? Me torturaron, pusieron en peligro mi vida y lo más importante la de mis hijos, nos separaron porque no le convenía a su hijo según ella, ¿Acaso ella era mejor que yo? Y años más tardes volvieron a joderme la vida, separándome de mis bebés. En ese momento, supe que eso era lo que me estaba ocultando, y lo hizo para no preocuparme.

Pero ahora, lo veía inquieto y nervioso, movía sus pies tratando de calmarse, yo solo lo miraba de reojo mientras comía la horrible gelatina que me han servido desde que estoy aquí, sé que algo quiere decirme ¿Por qué solo no lo dice? Tal vez, porque siempre estoy a la defensiva y tiene miedo a cómo voy a reaccionar.

—Tengo algo que decirte, belle —dice al fin, levanto mi rostro para mirarlo fijamente, asiento con mi cabeza para que siga hablando, y este lo hace —. Prométeme que no te alteraras —me pide acercándose, lo miro con confusión.

—¿Por qué lo haría? O..... ¿Acaso le sucedió algo a mis hijos? —pregunto ahora alarmada al mismo tiempo que dejó de lado la bandeja y trato de levantarme.

—Cálmate, te pedí que lo tomarás con calma mujer —dice sujetándome de la cintura para evitar que me levantará —. Si tiene que ver con ellos, pero no es nada malo, ¿me dejarás hablar? —pregunta sin soltarme aún, suspiro con más tranquilidad y emito una afirmación para que prosiga —. Me ha llevado bastante tiempo, pero como te lo prometí, he recuperado a nuestros hijos. Y te juro que jamás volverán a estar lejos de nosotros, solo te pido que me dejes estar con ustedes —habla provocándome sentimientos contradictorios, por un lado, voy a tener a mis bebés conmigo, y por otro lado ellos lo conocerán como tanto han deseado. merecen conocerse, si él se ha equivocado, pero sé que será un gran padre, eso tampoco quiere decir que lo haya perdonado para eso necesito tiempo.

—Por supuesto que puedes conocerlos, nuestros problemas no tienen por qué afectar tu relación con ellos. Solo no les desilusiones, ellos son lo que más amo y no permitiré que nadie ni siquiera tú los lastimes —pido con firmeza.

—Me dedicaré a ellos y a ti hasta el último día de mi vida, me dedicare a ti y no importa si no me amas como antes, porque yo tengo suficiente amor para los dos —dice con tanto sentimientos, si supiera que lo sigo amando como si el tiempo no hubiese pasado.

—Nuestros sentimientos ahora es lo de menos, solo preocúpate de recuperar el tiempo con ellos —le respondo girando mi rostro, porque si lo sigo mirando caeré en sus encantos, esos ojos azules como el mar siempre han sido mi debilidad —. ¿Cuándo podemos ir a buscarlos? —pregunto ansiosa, no olvidó la promesa que les hice a mis pequeños, y aunque en ese entonces lo veo imposible, ahora es diferente.

—Tu no irás a ningún lado, debes estar en reposo, yo los traeré esta tarde —dice autoritario, me remuevo entre sus brazos ya que aún no me ha soltado —. Por favor amor, hazme caso es por tu bien —niego, él no lo entiende.

—Es que tú no lo entiendes, la última vez que nos vimos me hicieron prometerle algo y debo cumplirlo —digo en un susurro, una de sus manos se apoya en mi rostro para hacer que lo mire —. "Está bien mami, pero cuando vengas a buscarnos debes traer a papi" ¿Y sabes que le dije? —pregunto a centímetros de su rostro.

—¿Qué le dijiste, belle? —pregunta conmocionado, mientras acaricia mi rostro con su fuerte mano.

—Le dije que lo haría, y ni siquiera sabía cómo lo iba a cumplir, pero no podía romper las ilusiones de mis soles, y ahora todo es están diferente estás aquí y quieres verlos, esto es tan irreal, tan lejano —hablo sin poder creer que esto está pasando.

—Veré que recomienda el médico, pero si dice que es riesgoso no habrá más discusión —dice serio, asiento levemente para separarme de su agarre.

Ya han pasado varias horas desde nuestra conversación, el doctor dijo que podía ir si solo era un rato, pero ante el mínimo síntoma debería volver de inmediato. Hace una semana he empezado con lo que se conoce como "el acondicionamiento", y no es para nada lindo, siempre termino agotada después de cada sección, sin contar de las náuseas y los mareos intensos que sufro. Tengo el apoyo de mi esposo, el de Zoé, mi cuñada y su novio se han ofrecido a ayudarme también, el amigo de ellos se ha mostrado muy amable, con todo lo que he pasado no soy de confiar tanto, pero hay algo en ese hombre que me da confianza, es como si lo conociera.

Ahora sé porque mi amiga estaba rara, resulta que André, el que me atendió un tiempo y ella estaban teniendo una relación, eso es magnífico después de su pasado, ¿Saben cuál es el problema? Pues que está casado, y ella cayó en sus redes. Solo espero pueda ser feliz ha sufrido mucho.

Le he pedido a Zoé que me ayude a arreglarme un poco, no deseo que mis hijos me vean en este estado tan deplorable, me muero por volver a verlos, abrazarlos a mí, sentirlos nuevamente entre mis brazos.

—¿Ya estás lista? —pregunta Aless haciendo que vuelva a la realidad.

—Oh, si ya estoy ¿nos vamos? —hablo levantándome de la camilla. No es que por arte de magia tenga fuerza, para nada simplemente debo verme así o sino no me dejara ir.

Camino lento hasta la salida, él no dice nada, pero sé que está cuidando de mis pasos por si me siento mal, tiene miedo que me sucedan algo y él no sepa que hacer. Llegamos hasta donde se encuentra el que se supone es su auto, abre la puerta y me ayuda a subir, para seguidamente hacerlo él, veo a Danilo y este me regala una sonrisa en forma de saludo la cual devuelvo de la misma manera. Tuve el agrado de conocerlo cuando me casé con Aless, es un hombre mayor, y lo más importante una buena persona.




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