ÚNICA PARTE

Era 1990 cuando iba sola, era de noche, iba a la casa de mis padres luego de haber tenido una dura discusión con mi esposo; llevaba un largo vestido rosa que mi madre me había hecho, junto con un bolso del mismo color, sandalias y un chal azul en los hombros, hacía frío, tanto que debía frotarme las manos constantemente.

Mis padres siempre me dijeron que ese hombre no me convenía, que era alcohólico y mujeriego, y que el que viniera de familia adinerada no hacía la diferencia, pero a pesar de que no era una mujer interesada, lo ame y mucho, y llegué a pensar que él también… que error más grande, pero cuando estaba con él no era como mis padres decían, siempre llegaba de trabajar con mis tulipanes favoritos me daba un beso en la frente y me preguntaba cómo me había ido, cenabamos e íbamos a dormir.

Todo fue hermoso, hasta que esa misma noche cuando no iba ni siquiera a la mitad del camino sentí pasos detrás de mí los cuales iban bastante apresurados, pero si tan solo le hubiese prestado atención, tal vez, solo tal vez, me hubiera podido salvar de lo que se aproximaba, la persona que iba detrás mí, me sujetó de los hombros, le podia sentir su aliento a licor, miré por encima de mi hombro derecho y ví que era él, empecé a forcejear, pero me ganaba en tamaño y peso, rápidamente me tiró al suelo, se posicionó encima de mí, me tapó la boca y empezó a golpearme, me levantó y me volvió a estrellar contra el piso y mi cabeza golpeo con la roca que yacia cerca del camino a casa de mis padres; el destino es impredecible y quien iba a pensar, que yo, una joven de 24 años, recién casada de una familia escasa de dinero, secretaria de un abogado; sería asesinada brutalmente. Nadie se lo imaginaba, mi cuerpo fue hallado la mañana siguiente; mis padres enseguida fueron avisados de mi muerte, mi madre estaba más que devastada, mi padre consolándola sin saber que decir al respecto, fueron llevados a la comisaría y allí los interrogaron. En la autopsia se mostró que mi cuerpo tenía hematomas que me causaron los golpes. Mis padres me hicieron un funeral tres días después; sospechaban de quien lo había hecho, y si, ellos estaban en lo correcto, el ser más repugnante que podría existir en la vida de muchas mujeres, y como les dije el destino es impredecible. Mi esposo me había asesinado, se largó luego de haber visto lo que me hizo a mí, Margaret Jones.