Amor de Dos Mundos Distintos

Capítulo 4 - Notables Diferencias.

Dekel Chevalier.

Resulta que Evania era más interesante de lo que aparenta, tanto que mi hermana habló hasta cansarse con ella.

Descubrí muchas cosas de Evania con tal plática en la que yo sólo fui participe un par de veces.

Descubrí como tal que a ella le gusta mucho leer, demasiado, hasta el punto de tener que cargar un libro a todos lados. Que su hermano estuvo internado aquí - no dijo la razón y la respeto- por un tiempo. Es una chica demasiado extrovertida para mi gusto. Su autora favorita es la mejor amiga de Jaqueline. Su comida favorita es la coreana. Su color favorito el rosa, - le hice muchas críticas constructivas sobre sus gustos muy “girly”, diría ella, con sus gustos más rebeldes.

Al final Evania parece ser una perfecta combinación de lo tierno y lo rudo a la vez.

<<Y peligrosamente atractiva>>

A pesar de todo, había un detalle, mi hermana. Evania ahora sabe que mi hermana anda hospitalizada, por lo que cuando mi hermana se quedó dormida, antes de salir de la habitación, acorralé a Evania contra la puerta. Mis manos estaban apoyada en la puerta a lado de su cabeza, tenía mi cara como normalmente la mostraba al mundo, fría sin emociones y sería.

-¿Qué haces?. - Noté el tono de nerviosismo en su voz. Joder, su perfume era riquísimo y sus ojos de cerca parecían nubes grises con estrellas.

Maldición, debo dejar de pensar tonterías.

-No puedes decir nada de esto. No puedes decir ni una palabra a nadie de que mi hermana está aquí y mucho menos de que me viste aquí o que sabes mi primer nombre. - Mi voz era firme pero suave, tratando de darle a entender lo importante que no lo hiciera.

-¿Qué pasa si decido…?

-Ni lo pienses. - Le interrumpí antes de que ella terminará. - No querrás arrepentirte de hacer salir una palabra de esto de esa boquita tan preciosa tuya.

Se detuvo para mirarme dudosa hasta que suspiró.

-Bien. Pero quiero algo a cambio de mi silencio.

Chica inteligente, me gusta.

-Nada que sea muy privado.

-Quiero que… - pareció pensarlo antes de continuar- me compres todos los libros que yo quiera.

Pensaba, sinceramente, que pediría otra cosa, unas más ridículas.

-¿Libros?, ¿es en serio que de todas las cosas que te puedo comprar decides libros?. - Era increíble esta chica, cada día se me hace más rara.

-Si, solo eso.

-Supongo que es buena oferta.

🎸·-·-·-·-·-·-·-· 🎸

Cuando dijo libros no pensé que quisiera una biblioteca entera.

-¿Nos podemos ir ya? - Pregunté ya harto de cargar los doce libros que ella eligió.

-Si, ya, son todos por hoy.

-Al fin. - Me dirigí a la caja para pagar. - ¿Por qué decidiste libros?

-Son una pasión, aparte, mi presupuesto no da para comprar tantos como el tuyo.

-Eso es aprovecharse.

-No, es… usar las oportunidades que se te atraviesan. - Dijo con una sonrisa burlona.

Pagué una fortuna por ciertos libros, ¿quién diría que cuestan tanto un conjunto de papeles y letras?. Por lo menos valió la pena por el silencio de Evania sobre lo que vio.

Me ofrecí muy caballeroso - más bien para asegurarme de que no hable y si llega hacerlo saber donde vive para una futura amenaza -, a llevarla a su casa.

El camino fue algo largo, nos metimos en un barrio que no parecía ser de mucho dinero, por no decir que era uno de los barrios más pobres, pero que tenían buena cara.

Detuve el coche frente a un edificio viejo y que se veía que podría derrumbarse en cualquier momento.

-Bien. Aquí es, gracias por el viaje. - Me miró mientras abrazaba los libros que le compré, era tierna en ese aspecto con su felicidad.

-¿Vives sola?

<<Vaya pregunta tan directa, señor indiscreto, hasta me da vergüenza ser tu voz interior>>

-No, vivo con mi madre.

¿Con su madre?, ¿es tan joven?, ¿se mantienen juntas?.

-¿Qué edad tienes Evania?. - La pregunta se me salió antes de pensarla.

-¿De qué edad me veo?

Vaya, pregunta trampa.

-Te ves de unos dieciocho.

-Tengo veinte, aunque gracias por verme tan joven.

-Eres una enana, por eso lo supuse. - Dije ligeramente en un tono de broma.

-No soy enana, soy promedio, tu eres una jirafa. - Noté que su ceño se frunció un poco y arrugaba ligeramente la nariz de molestia.

-Claro, claro, lo que digas medio metro.

-No soy… - dejó la frase interrumpida para quejarse en un murmullo.

No puede evitar reírme ligeramente.

-Claro, lo que digas pequeña. Ahora, será mejor que vayas a dormir, ya es muy tarde. Descansa Evania.

Ella se decidió con un gesto de la mano tranquilo después de agradecerme. Al asegurarme que había entrado al edificio arranqué el coche a casa.

🎸·-·-·-·-·-·-·-· 🎸

-¡Dekk, concéntrate! Tenemos show en 5 días, y te veo muy distraído y desafinado. - Me regañó Bexton, nuestro teclado. Era muy perfeccionista, pero era un amigo de maravilla.

-No te alteres Bexi-Bexi. Va a salir genial.

-No te creas mucho por ser líder de la banda y algo parecido a un amigo para llamarme así. - Dijo mientras me señalaba amenazadoramente con su dedo.

Me costó concentrarme un poco en la música, hoy en la mañana había recibido una llamada del médico de Jaqueline, quien decía que no ha habido mejora, pero tampoco es como que esté empeorando en su estado - aunque en su caso, no ir avanzando era malo.

-¿Cómo está Jaqueline? - Preguntó sutilmente Adrianna, preocupada. Seguía pensando que yo estaba enojado con ella, pero no era así, fue un accidente y la conozco suficientemente bien para saber que no lo hizo con intención.

-Tranquila, está bien, no ha mejorado, pero tampoco empeorado. Puedes dejar de culparte de ello. - Dije tranquilo sin mirarla, ocupado revisando las partituras.

Se hizo un silencio muy natural de ensayo, solo el sonido de las hojas moviéndose, de vez en cuando unas notas de práctica o afinación.



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En el texto hay: romance, lectora, guitarrista

Editado: 06.07.2025

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