Capítulo 33:

Los tres días pasaron volando, solo habíamos podido deshacernos de una docena de sus seguidores, se habían vuelto más precavidos y más inteligentes.

Llegó el día en el que mi asesino arribaba a la ciudad, estaba aterrada, pero no podía dar aires de inseguridad a mi familia.

Las últimas dos noches me las había pasado dentro del libro, se que Leo no quería que entre sola, pero Erick no estaba preparado.

Pude revivir cada momento de mis primeros años, de mis primeras resurrecciones, y siempre era el mismo.

Él se presentaba en un sueño y nosotros corríamos en la jaula como conejos que iban a ser asesinados.

No podía seguir más con este ritmo, que te maten una vez no es divertido pero ¿treinta? ya parecía una burla.

La última noche reviví, junto con el libro, la vez que casi ganamos.

Yo me encontraba corriendo por un bosque en Australia, me corté con unas ramas y me distraje cayendo a un poso de tres metros de profundidad. Radra se asustó de muerte, creyó que había muerto por un golpe en la cabeza, y ese maldito también lo creyó, al menos por unos instantes, yo me retorcí adolorida y él sin perder un momento nos asesinó.

Si queríamos ganar tenía que hacerme pasar por muerta, pero esta vez tenía que verse muy, pero muy real.

Llamé a Jashlem y Leo para poder idear un plan, si queríamos que se viera real necesitábamos que Erick ignorara el hecho de que moriría de mentira ya que no era un gran actor y de su pena depende parte del éxito.

—Entonces, te colocaras el collar y te tiraras de un risco. ¡Mamá te volviste loca!

—Tiene mucho sentido lo que dices —Leo se sentó —Si traes el collar puesto tu miedo llamará a Radra quién te verá tirada en el suelo inconsciente cuando llegue.

—Exacto, si todo sale bien uno de ustedes me atajará abajo y me darán la posión que prepararé para que mi corazón se detenga por unos minutos, pase lo que pase no dejen que me corte la cabeza, por favor —supliqué con una mano en mi cuello.

—No te preocupes, cuando él se acerque seguro se burlará y peleará con papá ¡y ahí estaré yo para cortarle su cabeza!

—Él llegará hoy, seguro por la noche. Pero como no estamos seguros no te olvides de llevar el colgante todo el día.

Sin perder un momento me lo coloqué. Si faltaba el collar Erick no iba a poder hacer su parte del plan.

Si Erick no se la creía ese maldito menos.

Como cualquier otro dia nos preparamos para ir al colegio.

—Se tardaron una vida —bajó la mirada a mi cuello —¡No vayas a engañarme de nuevo con ese collar!

Sonreí —No haré nada que no sea necesario con el, te lo prometo cariño —deposité un beso fugaz en sus labios y continuamos camino.

Erick sonrió algo sorprendido y me detuvo —¿Es hoy verdad?

—¿Qué cosa amor?

—Hoy vamos a morir.

—Espero que no —sonreí.

Él miró a Leo y Jashlem —Necesito hablar con ella, vayan yendo ustedes. Quizás llegamos algo tarde.

Lo miré confundida y me dejé arrastrar escaleras arriba.

—¿Qué sucede? —lo miré confundida.

Entramos a su cuarto y comenzó a besarme con desesperación.

—¿Estas bien? —lo aparte en un intento por recuperar el aire.

—No estoy listo para perderte, no sé mucho sobre nuestras vidas pasadas pero lo que si sé es que no puedo ver a nadie más que a ti. Eres lo único que veo en todos lados y la idea de que hoy vas, perdón, vamos a morir no me hace gracia. —volvió a besarme.

—Teniendo relaciones ahora no va a cambiar el hecho de que quizás muramos.

Él se detuvo

—Te entiendo —continué —, de verdad me encantaría que tengamos relaciones pero no podemos hacerlo solo porque creemos que vamos a morir —susurré lo último.

La habitación quedó en silencio por unos minutos mientras intentábamos recuperar el aire.

—Tienes razón, no podemos morir así —volví a besarlo y lo ayudé a desabotonarse la camisa.

Nuestras prendas quedaron distribuidas por el suelo.

Sus caricias sólo me hacían pensar en que no quería morir, no podía dejarlo morir. ¡No podíamos volver a morir!.