Fue como si hubiera visto un fantasma, en cuanto me vio su mirada quedó sobre mi, el lapicero que tenía en sus manos calló y rodó hasta mis pies, ¿Se acuerda de mí? Obvio que si, después de la bofetada que le di ese día no creo que me olvidé.
Me doy cuenta que ya a pasado mucho tiempo de cruce de miradas y me dispongo a tomar asiento, antes ofrecido.
Durante la entrevista el hombre a mi lado no decía ni una sola palabra solo observaba lo yo que hacía y decía.
— Que le parece señor min— pronunció el gerente refiriéndose a mi.
— Yo...— tardemudea acomodando su postura.
— ¿Puedo pasar?— se escuchó a alguien del otro lado de la puerta.
—Esta bien— respondió el hombre mayor.
— Disculpen la interrupción pero, señor Kang alguien lo busca urgentemente— alego la chica de pie en el umbral de la puerta.
—¿Quien es?— preguntó.
—No lo sé, pero dijo que era algo importante— respondió dudosa.
— Permítame un momento por favor — se dijirio a la chica y luego a nosotros, miro a "trajesito blanco" como pidiendo alguna autorización y este acepto con un moviento de cabeza. Salió dejándonos solos.
Yo mantenía la cabeza baja, solo miraba sus zapatos negros, incluso podía ver mi reflejo en ellos. No sabía el porque pero no me atrevía a verlo a los ojos y una pregunta más rondaba en mi cabeza ¿Que hace aquí?.
— ¿Te alegras te verme?— hablo primero.
—¿Que?— levanté la mirada encontrándome con sus ojos, para ser honesta no se veía tan mal, creo que observando los bien son de un tono oscuro y un toque de marrón, en forma de luna creciente, acordé con su rostro.
— ¿Ya te acuerdas de mí?— no llevo ni cinco minutos de en esta habitación y ya me incomoda compartir el mismo aire con semejante persona tan descarada.
—¿Por que debería acordarme? jamás lo he visto en mi vida, le aseguro que de haberlo hecho lo recordaría como alguien insoportable— intento hacerme la desentendida.
— Eres muy agresiva ¿Siempre eres así?— pregunto él.
— No, solo a veces.
— Entonces quieres decir que hoy es uno de esos días y por eso te comportas así conmigo.
—Tal vez— respondo sin importancia.
— ¿Sabes que? Empiezo a creer que me tienes algún tipo de resentimiento.
— ¿Por qué debería?.
— Tu mirada me lo dice — dice. ¿Acaso se burla de mi?.
— Jamás te di permiso para tutearme— respondo segura.
— No necesito tu permiso. A partir de hoy voy a hacerlo— dice con una sonrisa socarrona y lo miro confundida, ¿Quien se cree?.
Ahora sabía cuál era su apellido. Solo bastaron unos minutos para que el gerente volviera a la sala.
— Señor Kang, cancele las demás entrevistas ya tenemos una ganadora— dice “trajecito blanco” poniéndose de pie mirándonos a ambos.
Un momento, no me queda claro el mensaje, ¿Como que ganadora y porque Min toma la decisión? Esto ya no me está gustando. Lo miro con una mueca de desagrado mientras que el señor Kang vuelve a su puesto y saca un documento del cajón de su escritorio. Toma una pluma y la extiende hacia mi.
— ¿Estoy contratada?— pregunto.
— ¿no es obvio?— dice Min.
— Esto no es contigo— digo y el señor Kang me mira desconcertado. Parpadea varias veces como si no asimilará mi forma de responder.
— Antes debe saber que se necesita de su tiempo completo, de toda la disponibilidad posible.
¿Tiempo completo? Eso es imposible, debo cuidad de Eun-tak, llevarlo a la escuela e ir a recogerlo, no puedo descuidarlo... Pero por otro lado necesito el empleo, tal vez pueda pedir permisos cuando lo necesite. Ya ni se lo que pienso, aún no me han contratado del todo y estoy pensando en pedir permisos, creo que ese ha sido mi problema en todos mis trabajos.
No sé cuánto rato llevo pensando pero alguien chasquea sus dedos frente a mi.
— ¿te comieron la lengua los ratones?— pregunta Min con esa sonrisa estúpida que carga y a la cual estoy empezando a odiar.
— Antes tengo una pregunta— digo ignorandolo y volviendo mi vista al gerente — ¿que hace este tonto aquí?— señalo a trajesito blanco.
Nadie dice una sola palabra, el señor Kang me mira sorprendido y no gesticula absolutamente nada.
se acerca con su siila más a la mesa y me habla de cerca— señorita no de debería hablar así de nuestro presidente... Y menos estando frente a el— dice en un susurro.
Pero claramente el oyó y se levanta acomodando su traje y nos mira seriamente.
¿El será mi jefe? Quiero que me trage la tierra.