El resto del camino fue en total silencio. Al llegar de nuevo a la empresa cada uno fue por su lado, me sentí un poco rara por su notable cambio de actitud. Min puede ser peor que una mujer cuando está en sus días. Corrección, peor que yo.
Fui al baño y me lave las manos y me eché un poco de agua en la cara, debía de comenzar a trabajar lo antes posible.
Antes de cruzar la puerta para salir me encuentro a Ji-eun quien me mira con los ojos entrecerrados para luego atacarme con preguntas.
— ¿Dónde estabas?— me hace entrar de nuevo al baño — te busque por todos lados y no te encontré, pregunté por ti y nadie me dió una razón, llegué a creer que te habías ido.
— Solo salí un momento— le respondo de manera simple pero parece no creerme.
— ¿Saliste sin permiso?— se mira al espejo y comienza a arreglar su cabello al mismo tiempo que me ve a mi por el reflejo.
— No, claro que no— observo a Ji-eun y me atrevo a sostener que es bastante bonita, su piel es clara y las terminaciones de sus facciones son impecables, nada de ella es en exceso, todo es debidamente sencillo y a la vez atractivo.
— ¿Entonces fuiste a recoger a tu hermano de la escuela?— me sorprendió por su pregunta, solo una ves la había mencionado acerca de mi hermano, solo lo necesario porque ella lo había preguntado, vaya que tiene una buena memoria para acordarse.
— No, aún no es la hora... Además, mi tía que acaba de llegar lo hará a partir de hoy— digo acordándome de la charla que tube en la mañana con Amelia, un trato bastante justo a mi parecer, mientras yo trabajo ella puede cuidar a Eun-tak. le muestro mi reloj en el espejo para indicar que ya es tiempo de volver a nuestro puesto y al verlo abre sus ojos en gran manera.
— Esta bien dejaremos está conversación aquí por ahora— me apunta con el dedo y cierra el estuche de su maquillaje — pero tienes mucho que contarme, lo de tu tía, tu fuga del trabajo y esa rencilla que traes con el jefe— no, no y porsupuesto que no, ninguna de esas tres cosas las vas a saber, lo siento Ji-eun pero apenas tengo unos días de conocerte, no haré como si fuéramos amigas de toda una vida y contarte cada cosa que me pase, al menos de mi parte quiero ir con cuidado.
»— Crees que no he notado la tensión entre ustedes, tu pareces no soportarlo y el disfrutar de tu enojo— finaliza para después salir juntas — ¿Podemos irnos juntas a la hora de salida?— vaya, en serio está decidida a qué le cuente todo.
— Okey— digo pero no estoy tan convencida.
— Okey, está bien, no, si, claro— imita mi tono de voz y chasquea la lengua — No sabes decir otra cosa— lo dice en un tono divertido haciendo que ría un poco.
— Ya no te burles de mi, te veo después— está mujer y sus ocurrencias.
( . )
Ya son casi las 6 de la tarde cuando estoy organizando mi escritorio para irme a casa, lo malo de todo esto es que no dudo que Ji-eun este en la salida esperándome, no puedo esconderme toda la vida pero si al menos por ahora. Tome mi bolso para ir a la oficina de Min y dejar los últimos documentos del día, pero con sigilo de no encontrar a mi compañera en el camino.
Me preguntó si será buena idea decirle a Min lo que ocurrió ayer en la tarde cuando me quedé encerrada en su oficina, claramente eso no fue un accidente del viento, además de que deberia tener cuidado y no dejar la puerta abierta cuando no esté.
Escuché su voz indicandome a pasar después de unos cuantos toques. La luz colorida de un naranja intenso se filtraba por el enorme ventanal de la oficina dando la vista de un atardecer hermoso. Camino con parcimonia mientras Min mantiene su cabeza enfocada en lo que está haciendo, coloco los papeles sobre el escritorio haciendo un ruido por accidente, hubiera preferido solo dejar eso hay y marcharme lo antes posible.
Min me mira con una ceja enarcada, probablemente crea que lo hice a propósito.
— ¿ Pasa algo?— deja el bolígrafo encima de la hoja y se levanta hasta llegar al perchero dónde toma su chaqueta.
— Solo traje esto último que faltaba... Ya me voy— estoy dispuesta a salir de no ser porque Min se interpone en la puerta mientras se acomoda su chaqueta. ¿Cómo rayos llegó tan rápido?.
— Dame un minuto, iré contigo— esto no me suena a pregunta.
— No es necesario, puedo irme sola, no creo que sea conveniente que nos vean salir juntos tan a menudo... Está tarde y ahora tambien, no quiero que— me da una mirada mordaz que hace que me calle.
— ¿Es que acaso un hombre y una mujer no pueden salir juntos sin el fin de ser una pareja?.
— Dile eso a la sociedad— ruedo los ojos y el asiente a la ves que abre la puerta y extiende su mano indicandome salir.
— Presiento que quieres decirme algo y aún así no lo haces — no sé si fue mi mirada dubitativa o el temblor de mis manos lo que le dieron esa señal pero justo eso me da el pie a hablar.
— ¿A qué hora saliste a ayer?— suelto sin más.
— Estaba algo aburrido así que me fui muy temprano— responde con simplesa, su labios se estiran en una sonrisa sin mostrar los dientes.
— Pues justamente por eso pase uno de los peores sustos de mi vida— me mira con interés y asombró al mismo tiempo así que procedo a continuar.
»— Después de las cuatro se me hizo raro no recibir una señal de vida de tu parte, Me quedé encerrada en tu oficina cuando fui a buscarte, se supone que soy tu secretaria, como tu mano derecha... Este trabajo es algo extraño, la mayor parte del día no hay mucho que hacer y tú siempre me ignoras con lo que te digo— chasqueo los dedos ante el ya que ni una pizca de atención me estaba dando— ¿Acaso este es el ambiente de una empresa de gran reconocimiento?— creo que me desvíe del tema. Las puertas del ascensor se abren y Min entra primero.
— Con respecto a mi desaparición lo hice porque quería y podía. Lo otro pues... — lleva su labio inferior hasta adentro y lo apreta con sus dientes, sus ojos como dos media lunas me indican que se contiene para no reirse de mi anecdota y evidente reclamo— No me sorprende que eso te halla pasado a ti— empuja mi frente con su dedo índice y lo aparto de inmediato con ágil manotazo.