Cada segundo es una marcha interminable de tiempo por un momento había querido que avanzará lo más rápido posible, todo lo contrario a otra veces dónde solo quería que se detuviera.
El con los nervios a flor de piel esperando a que al fin la mujer por la cual pasaba las noches en vela y se encontraba distraído durante el día llegará. La espera hacia que su mal humor saliera a flote y con eso se encerró en su ofina para que alguien más no tuviera que pagar por sus infortunios.
Escucho la puerta abrirse y sus ojos se iluminaron al verla pero supo ocultar aquello de inmediato.
Malena observo su rostro que se mantenía neutro, sabía que llegar tarde de nuevo le traería consecuencias y como todo estaba dispuesta a asumirlas.
— Lo siento— se adelantó antes que pudiera decir otra cosa e inclinó su cabeza.
Estaba claro que YoonGi sabía de su falta pero eso era algo que por el momento le tenía sin cuidado.
— No te preocupes por eso— pasando por un lado del amplio escritorio se posicionó delante de ella a una distancia considerable y para nada de su gusto pero si quería saber que era lo que ella pensaba de lo ocurrido la noche anterior se mantendría alejado para no presionarla — se más pultual la próxima vez.
Sonrió de boca cerrada sintiendo el alivio en su ser más que agradecida, sin embargo, sabía que no solo tendrían ese tema de conversación por el cual tratar.
— Estuve pensando en lo que pasó ayer y me veo obligada a decirle lo que realmente creo que es lo mejor— sus palabras lo tomaron por sorpresa así que se dispuso a poner más atención.
— No sé volverá a repetir— acorta de una vez y mantiene un gesto serio.
— ¿Que no se volverá a repetir?— aunque había entendido tenía la vaga esperanza de que se refiriera a otra cosa.
— El beso.
Abrió su boca con ganas de decir algo pero de nuevo la cerro al no saber cuáles serían las palabras correctas.
»— Cruzamos los limites de manera brutal, admito que para que eso pasara yo también puse de mi parte y por un momento me deje llevar de la situación y el momento... Pero está mañana reflexione respecto a eso y me di cuenta de que fue algo que no debió pasar nunca— YoonGi hizo un intento por acercarse pero ella lo detuvo colocando su mano enfrente — ¡Quédate ahí!. No he terminado aún.
»— Nada de esto sería bueno para ninguno de los dos... Yo. Solo olvídalo.
— ¿Que me olvidé?, ¿Enserio me pides eso?
— Como tú lo dijiste una vez. Solo fue un beso.
YoonGi río por la manera en había usado sus propias palabras. Recordó aquella vez dónde había salido despavorido de aquel salón tropezando a Malena en su camino, la manera en como le cobro con una bofetada por tan solo un roce de labios.
— ¿Ahora te estas riendo?,¿Que es lo gracioso?.
— Si. Antes habías dicho que no recordabas ese día — lo miro incrédula por la manera en como había obviado todas sus palabras.
— Como no voy a recordarlo— más que un recuerdo gratificante hizo un gesto de molestia — Creeme estuve a punto de llamar a la policía.
Hizo un intento por acercarse de nuevo pero ella retrocedió — Yo también reflexione está mañana — Se mantuvo a la espera de lo que diría pensando que también estaba de acuerdo con ella en que todo eso había sido un error pero fue todo lo contrario.
— Y te aseguro que jamás pensé en cuál sería la opinión de las demás personas, ¿Fue lo que tú hiciste no? — enmudeció porque por muy irritante que fuera YoonGi sabía que tenía razón.
— ¡Ya basta!. Parece como si estuviéramos terminando una relación por diferencias sociales.
— No ha comenzado porque tú no quieres.
— ¿En que momento me lo pediste?
— Pensé que ayer te habían quedado claras mis intensiones. No puedo creer que aparte de ciega también seas sorda.
— ¡¿Lo ves?!. Es por esa maldita actitud tuya que no sé si dices las cosas en serio o solo estás jugando.
— ¿Esperabas que me colocará de rodillas y te pidiera estar conmigo?— se tapo la boca con la mano y disimulo su risa — ¿Cuántos años tienes?.
— Los suficientes como para saber que tu no tendrías nada serio conmigo y por el contrario te estás burlando de mí.
— Deja de estar siempre a la defensiva, yo no me burlaría de ti jamás, estoy siendo honesto cuando te hablo— camino de nuevo hasta ella — sorprendente toda mi atención está enfocada en ti. Se que tengo maneras extrañas de demostrar lo que siento, ni siquiera yo mismo se lo que es pero—
— Detente— lo detuvo de inmediato pues todo lo que estaba diciendo le parecía totalmente ridículo — Ya no compliques más las cosas. Yo no siento lo mismo que tú.
Su sonrisa se esfumó...
Mientras una rara sensación se acumulaba en su pecho se mantenía firme. Ella lo estaba rechazando sin antes haberle dado una oportunidad de terminar de confesarse, ahora se sentía como un completo idiota.
Sabía que no podía esperar mucho de ella, apenas tenían unas semanas de conocerse que para él fueron más que suficientes. No tenía una idea clara acerca de lo que sentía, solo su corazón latiendo como loco cada ves que la veía y la inusual sonrisa que se formaba en su rostro al escucharla.
El demostrarle y querer contarle sus sentimientos era algo que jamás espero hacer, era la primera vez que abría de esa forma su corazón.
Tragó el nudo en su garganta y mantuvo su dignidad intacta. Aunque era de esas personas que no rendían tan fácilmente sabía que todo tenía un límite y Malena acababa de imponerlo.
— Bien— fue lo único que pudo responder.
— Si tú intensión al contratarme al contratarme iba más alla de lo laboral entonces no quiero ni debo seguir aquí— Malena había notado que tal vez sus palabras anteriores habían sido un poco toscas pero prefería dejar todo claro y lo que ahora diría.
Después de la muerte de sus padres había aprendido a ganarse las cosas por si sola y con esfuerzo. No necesitaba valerse de atributos externos para conseguir lo que quería y tampoco pretendía hacerlo ahora.