Trato de dormir pero el molesto tono de llamada de mi celular no cesa. Lo tomo de inmediato para que nadie lo oiga y despierte, en especial Eun-tak que está a mi lado.
— ¿Y ahora que será lo que quiere?— siseo. El nombre “Señor dramas” aperece en la pantalla.
Estoy prepara para decirle unas cuantas groserías si me ha llamado de nuevo solo para molestar.
— Hola Malena. Soy yo TaeHyung— despego el celular de mi oído y corroboro que es el número de YoonGi pero me confunde porque es TaeHyung quien está al otro lado de la línea. Me frotó los ojos y vuelvo a la llamada.
— ¿Taehyung?. Que...—
— Lamento llamarte a esta hora pero necesito pedirte un favor. ¿Podrías?.
Miro el reloj en la mesita a un lado de la cama y son casi las dos de la madrugada— ¿Que necesitas?— digo con los ojos cerrados por el sueño.
— Es que después de salir del trabajo YoonGi y yo salimos a beber una copas pero él a tomado de más y está aquí tirado en una esquina sin querer levantarse. No quiere hacerme caso, está demasiado ebrio— arrugo mis cejas y me quito el cabello de la cara poniendome de pie.
Ahora mismo estoy procesando información — ¿Ebrio?... Pero... ¿Cómo podría ayudarte?.
— Dijo que si no venías el no iría a ningún lado— hago una cara de frustración. — Creeme no tuve más opción que llamarte. No puedo dejarlo aquí solo y en ese estado.
— Pásamelo. Quiero hablar con él— responde con un ok y ahora tengo a YoonGi al teléfono porque reconozco de inmediato su voz. Se enreda con la palabras y es poco lo que le entiendo. Solo dice tonterías de que soy muy cruel y cosas así.
— ¿YoonGi en dónde estás?— No hay respuesta.
— Te lo dije— ahora es TaeHyung quien habla — está de necio en que no se quiere ir si no es contigo.
¿Que le pasa a ese tonto?.
Busco unos jeans para ponerme e ir por él porque mi maldito corazón de pollo que se apiada por todos me lo dice. Además el hecho de pueda cometer cualquier locura me preocupa.
— Dame la dirección e iré— anoto la dirección del lugar que taehyung me dice en un papel y lo guardo en mi bolsillo. Se que no puede estar muy lejos.
»— Gracias por llamar. Llegaré pronto— Señor dramas espero seas conciente de todas las travesías que me haces pasar y de como tengo que posponer mi siesta por ir por ti.
— Gracias a ti por acceder. Te espero aquí— mi cambio de ropa es en tiempo récord. Tomo mi celular, un abrigo y mis zapatos, ato mi cabello en una coleta baja y salgo haciendo el menor ruido. Abro y cierro la puerta con cuidado y salgo a pasos rápidos.
Pido un taxi por la aplicación y ya no recuerdo la última vez que la use. Tomar taxis no es algo que esté en mis opciones de transporte.
La calle se me hace muy conocida a medida que voy avanzando y veo por la ventanilla del taxi los coloridos letreros fluorescentes de sitios de bares y restaurantes. “New moon” es el nombre del bar donde hay una cola enorme de personas esperando por entrar mientras que otras apenas salen tambaleándose. La principal razón por la que lo reconocí de inmediato es porque trabajé haciendo turnos de mesera y que puedo decir, la propina era una miseria comparada con todo lo que tenía que soportar pero al menos me servía para pagar algunas cosas de la universidad y sustentarme a mi misma y claro con la ayuda de otro trabajo en las mañanas que era igual o peor.
Pago el taxi y veo en una esquina a TaeHyung y en cuanto me ve levanta la mano para que me acerque.
— ¿Dónde está?— me paro frente a él y nisiquiera lo saludo porque mi única preocupación es YoonGi...
— Está adentro todavía— pasamos por en medio de la gente que comienza a quejarse al ver cómo nos dejan entrar fácilmente. Lo único que se es que aquí hay dinero de por medio. No me extraña ver puros niños de papi y mami que no saben en qué gastar, así como hombres de traje que de seguro son “importantes” en la sociedad. Si supieran lo pervertidos y asquerosos que pueden ser.
Él está ahí, hecho un ovillo en una esquina detrás de una mesa — ¿Que es lo que pasa por tu mente para hacer estás cosas?— me acerco y renuevo su hombro.
TaeHyung está hablando con uno de los meseros y se alejan cada vez más dejándome sola con YoonGi (no del todo porque este lugar está repleto de personas). Me siento a un lado de el llamndolo pero sigue sin escucharme.
— ¿Soy patético no es así?— al fin voltea a verme. Su cabeza descansa sobre sus rodillas y al mismo tiempo las abraza.
— No. No lo eres.
— ¿De que me sirve tenerlo todo en la vida y no tenerte a ti?— lo dice pero no me mira a los ojos. Siento un cosquilleo en el pecho pero es difícil de explicar así que carraspeó mi garganta y respiro profundo.
— ¿No quieres irte a casa?. Ya has bebido suficiente, No puedes darle mal ejemplo a tus empleados— trato de hacerlo entrar en razón refiriéndome a TaeHyung y yo pero parece que el chiste no le ha causado la mínima gracia.
— ¿Es fácil para ti decirlo no?.
— No compliques más las cosas. No puedes solo beber hasta perder la consciencia y reclamarle a la vida lo que no te da. Y no. No es fácil para mí decirlo porque creeme, me a tocado renunciar a muchas cosas y no solo por eso me embriagó y hago shows.
Parece pensarlo pero de nuevo entierra su cabeza entre su rodillas — ¿Por qué viniste?.
— Porque estaba preocupada por ti. Tenía que venir a tu rescate.
— Mientes.
— ¿Por qué mentiría?— acerco mi mano para pasarla en su espalda pero me arrepiento al instante.
— Solo vete y déjame aquí— ¿Por qué es tan testarudo?.
— No me iré sin ti— la música se escucha fuerte y hace que mi pecho tiemble, un tamborileo en mi corazón cuando tomo su mano y la dejo en mi regazo se hace presente.
El levanta su cabeza y me mira a los ojos. Sus mejillas y nariz enrojecidas, su corbata desecha y su cabello cae en pequeñas ondas a los lados de su cara.