Por un momento creí perderme en la maravillosa vista pero el abrazo de YoonGi desde atrás me hizo caer en cuenta en dónde estaba.
— Estoy un poco mareado— puedo sentir el olor desagradable a alcohol mezclado con su perfume, yo también estoy mareada.
Camino con él a cuestas y veo la cama frente a nosotros, es espaciosa así que intento soltarlo de mi para que se acueste pero su agarre es fuerte y producto de el estado de YoonGi ambos caemos. De espaldas encima de el aprieta mi cintura y yo abofeteo sus manos para que me suelte.
»— Aunque me pegues no te soltaré.
Pellizco, pataleo y nada resulta hasta que un codazo fuerte y preciso hace que me libere — No eres tan fuerte como pensaba— le enseño la lengua y el se soba el estómago diciendo algunas palabras mal sonantes que no le entiendo.
— Ahora tambien me maltratas físicamente— dice haciendo un puchero y yo me mantengo reacia a creerle su sufrimiento.
— Tu te lo buscaste.
— Tu amor duele... Y mucho— se sienta sobre la cama tapándose la cara y lucho por no ir y darle un abrazo. ¿Por qué todo con el tiene que ser tan difícil?.
— Que duermas bien— digo para tomar mi bolso y salir. Tal vez esté siendo demasiado cortante y dura pero no puedo permitir que todo entre nosotros se confunda más de lo que está, pienso que estoy haciendo lo correcto.
Unos cuantos Sollozos me detienen y lo miro sorprendida — ¿Estás llorando?— una parte de mi se siente mal por el, no es lastima, es consideración así que me atrevo a hacer aquella pregunta por más tonta que fuera.
— No sabes cuánto daría por no haberte conocido nunca— dice. Se que está ebrio y eso hace que diga cosas extremistas o sin sentido pero el hecho de que diga eso me hace sentir muy mal.
»— No se que mierda me hiciste pero me hace sufrir mucho.
— Te pegue en el estómago— le respondo pero esta noche nada de lo que yo diga lo hará reír. Quiero levantar su ánimo pero se que ahora no conseguiré nada si él está así de dolido.
— Maldita sin corazón— mi ojos se abren en gran manera por lo que ha dicho. Golpeo su hombro y se queja.
— Si no tuviera corazón no te habría buscando en ese sitio. Malagradecido de mierda— digo volviendo a ponerme de pie más que enojada — consigue alguien más a quien insultar porque yo no estoy dispuesta a soportarte.
— ¡¿Yo te pedí que fueras a buscarme?!— Lo miro indignada.
— Tae me llamo y me dijo que tú no querías irte a menos que de que yo fuera por ti. ¿Acaso perdiste la memoria?.
— ¿Ahora le llamas Tae?— y ahí va de nuevo. Sus reclamos patéticos me tienen hasta la coronilla.
— El como le llamé no tiene nada que ver con el hecho de que tú eres un caprichoso que solo hace berrinche, porque el jueguete que le gustó no puede ser para él.
— Ahora tu eres la que me está insultando.
— Solo digo la verdad.
— Si estamos hablando de verdades entonces reconoce que tú eres una cobarde, a ti no te interesa nada de aquello de las posiciones sociales, lo que te aterra de estar conmigo es que todo lo que sientas por mí se vuelva tan grande que te sea imposible dejarme.
— ¡Felicidades!, Acabas de ganar un premio a la mejor película de la historia— le sonrio con amargura.
— No es una película, es la verdad y lo sabes muy bien— dice con seguridad.
— Estás equivocado— le respondo de la misma manera. Ahora que está a una distancia considerable me siento con el valor de todo.
Se levanta de la cama y yo retrocedo, mi valentía se ha ido al piso — si no eres una cobarde entonces... ¿por qué te alejas de mi?— Porque cuando estoy cerca de ti no puedo reconocerme a mi misma, termino diciendo o haciendo cosas que no debería.
— Eso no es asunto tuyo.
— Si lo es.
— ¡No!
— ¡Que si!.
— ¿Sabes que?, Ya me voy— paso a un lado de él y sin querer choco su hombro.
— ¡Malena vuelve aquí ahora mismo!— grita mientras yo intento abrir la puerta pero está no se abre.
— Solo abre la estúpida puerta— estoy tan desesperada por irme que no mido mis palabras, siento que me sofoco aquí dentro.
— No te abriré nada. Suerte con eso— lo veo recostarse de nuevo en la cama mientras se acomoda para dormir, la sangre sube a mi cabeza al verlo tan relajado.
— ¿Por qué le pusiste de nuevo el código a la puerta?— le reclamo pero me ignora — Entonces saltaré por la ventana— le advierto pero no se inmuta en lo más mínimo.
— Adelante— me responde con toda la naturalidad.
— Me estás reteniendo en contra de mi voluntad, ¿Sabes cómo se llama eso?, Es secuestro y llamaré a la policía si no me dejas ir.
— Uy qué miedo— Se tapa con la sábana de los pies hasta la cabeza y lo escucho reírse por lo bajo.
— ¿Te gusta molestarme?, ¿Te complace hacer mi vida más difícil?— Me cruzó de brazos y aprieto mi mandíbula conteniendo toda mi rabia, ahora se que YoonGi saca lo peor de mi.
— Tal vez, solo un poco— deja al descubierto solo su cara y sonríe de oreja a oreja.
— Si no le colocas el puto código a la puerta iré hasta donde estas y mis manos te servirán de collar.
— Quiero ver qué lo intentes... — dice enarcando una ceja. Me está provocando y no pienso darle el gusto de fastidiarme.
Saco el celular de mi bolso y marco un número al azar fingiendo llamar a la policía — eh ¿Si hola? Porfavor necesito ayuda.
— No serías capaz— dice al verme con el celular al oído.
— No me conoces— Lo miro fijamente mientras continuo mi supuesta llamada policial.
— Cuelga eso ahora— estoy harta de que crea que puede darme órdenes. Le enseño el dedo de en medio y lo veo levantarse con rapidez para dirigirse a mi pero yo soy más rápida y corro hasta el living colocándome detrás de un mueble.
— Si, mi jefe se volvió loco y me encerró en su apartamento— mi voz está metida en el papel de víctima pero mi cara solo puede sonreír al verlo tratar de rodear el mueble para alcanzarme , caminamos en círculos alrededor de el mientras yo sigo hablando.