Cuando el alba se asomó por la ventana los rayos luminosos dieron con su rostro y de inmediato le fastidio, se negaba a abrir los ojos puesto que su cabeza no dejaba de dar punzadas, fue inevitable despertar gracias al brillante sol de la mañana.
Se sento sobre la cama y su aspecto era un desastre, aunque no podía verse al espejo lo sabía. Miro a su lado con los ojos casi cerrados y noto a Malena más que profunda del sueño, su brazo rodeaba su cintura y se negaba a soltarlo, sonrió por tal acción y se acostó de nuevo frente a ella.
Una sensación de calidez se instalo en su pecho al tenerla tan cerca, apreciaba cada detalle de ella olvidando por completo la resaca que lo tomaba de la mano, corrió el cabello rojiso de su sien y lo ubico detrás de su oreja, repasaba con la yema de sus dedos cada facción y acariciaba con el dorso su mejilla.
Conteniendo cualquier impulso de besarla se mordió los labios y trato de pensar en algo más pero su cabeza no daba para pensar nada, un mínimo intento y el malestar se incrementaba. Se sentó de nuevo sobre la cama sin mirar algún punto en específico, trataba de recordar todo lo de la noche anterior pero no daba resultado, las lagunas en su mente eran enormes, solo podía recordar algunas cosas que le parecieron más que importantes.
Observo de nuevo la chica a su lado pues él no traía su camisa y ella tampoco, por su cabeza pasaron un montón de situaciones que trato de despejar o su cerebro explotaría. La sangre subió a sus mejillas y sonrió como un idiota.
Malena se removió tanteando el espacio vacío a un lado de ella, YoonGi solo veía como ella lo buscaba y se rió de ella.
— ¿Por qué finjes estar dormida?— echo sus brazos hacia tras apoyándose en ellos.
— Necesitaba saber si te aprovecharias de mi estando en un momento vulnerable— Se incorporó pues su farsa había sido descubierta.
— Eso fue algo arriesgado.
— Aún así no lo harías, ¿Verdad?— lo miraba atenta notando así las ojeras que se marcaban debajo de sus ojos sobre la blanca piel de su rostro, podía intuir que sus aspecto era el mismo con la diferencia de que no estaba pasando una dolorosa resaca.
— ¿Podrías explicarme qué pasó exactamente anoche?— de la nada YoonGi soltó la pregunta y su rostro se coloreó al instante.
— ¿Todo o solo un poco?— se repasaban con la vista sin descaro alguno hasta que sus miradas se encontraron.
Ahora eran dos tomates mirándose fijamente...
»— Yo fui a buscarte al bar donde estabas y te traje aquí— resumió de la forma más corta obviando detalles importantes que le avergonzaban y sin duda lo pondrían a él en evidencia.
Arrugó el entrecejo y le dió una mirada no muy convencida — ¿Solo eso?.
Asintió varias veces buscando la sábana para taparse ya que YoonGi no le quitaba los ojos de encima.
— Egoísta — Le dijo al verla cubrirse.
— Y tu eres un pervertido. Ya vístete — le lanzó la camisa a la cara.
— El apreciar la belleza femenina y sobre todo la tuya no me hace ser un pervertido— sin ninguna intensión de obedecer se relajo aún más en su posición.
— Al menos ve a darte un baño, hueles como los mil demonios— Dijo intentado bajarse de la cama para buscar su preciada blusa. Necesitaba salir lo más pronto posible de aquel apartamento porque el calor corporal que sentía solo iba en aumento.
YoonGi se levantó casi al mismo tiempo que ella y la jalo de la muñeca de vuelta a la cama, el ritmo de su respiración se aceleró cuando se subió encima de ella, colocando sus manos a cada lado de su cabeza mantenía la distancia, se posicionó en medio de sus piernas y entonces su corazón ya era un desastre al igual que la alta temperatura de su cuerpo.
Tapo la mitad de su rostro con las sábanas y cerro los ojos con fuerza, a YoonGi le era imposible soportar tanta ternura, las pecas que se agrupaban en el puente de su nariz y se esparcirán sobre sus pómulos le parecían encantadoras.
— ¿Te irás tan pronto?— no escucha una respuesta de su parte, Malena se había quedado estática y muda. Ladeó su cabeza y acarició su mejilla con la punta de su nariz para después rozar sus labios contra la delicada piel.
— No lo sé...— y en efecto, ya no tenía idea de absolutamente nada, era como si sus neuronas pensantes ya no existieran, empacaron su maletas y solo volvían hasta que YoonGi no estuviera cerca de ella.
Bajo con cuidado la tela que cubría los labios de la chica que lo hacía delirar, sin importarle nada más en un acto desesperado la besó, atrapó su labio inferior entre los suyos y disfruto su textura, los días sin haberlos tocado le parecieron años ahora que podía sentirlos de nuevo, Malena le correspondía aquel beso y eso era lo que más le gustaba. Subió sus manos y rodeó su cuello acariciando el cabello detrás de su nuca, enredando sus dedos entre sus bucles y jalandolo cada vez que YoonGi apretaba sus labios jugueteando.
De pronto la sábana blanca entre ellos le pareció estorbosa, buscaba con sus dedos el borde de aquella para quitarla y así poder sentir su cálido vientre contra el suyo, las manos de la pelirroja no podían quedarse quietas, tocaba el pecho de su contrario y luego su abdomen tanteando todo el terreno para luego dar a parar a su espalda dónde apretó al sentir a YoonGi apretar su muslo contra su cadera. Un beso para nada inocente y por el contrario bastante apasionado era lo que se brindaban, su lengua internandose en cada espacio de su boca humedecia sus labios y les daba una textura que les parecia exquisita.
De pronto el malestar en su cabeza se esfumó y no sentía otra cosa más que satisfacción. Se separó de ella para mirar aquellos ojos castaños que no destilaban otra cosa más que deseo, entonces de nuevo volvió a ella con más ferocidad.
Besaba la piel de su cuello, succionaba, mordía y lamía a su gusto bajando a su clavículas para dar paso a la cima de sus senos y dedicarles más tiempo. Escucho un suspiro agudo de parte de ella y sonrió victorioso, su brasier le resultó fastioso asi que bajo hasta su abdomen y besaba a un lado de sus costillas.