Amor de luna.

Cap 4

Capítulo 4

Me desperté, el otro lado de la cama estaba vacío, al escuchar un ruido abajo, me asomé por las escaleras solo para ver a Ricardo salir por la puerta, eran las 2:00 de la mañana ¿A dónde iba a estas horas?

Regrese a la cama, con miles preguntas, acaso tenía una amante, de seguro tiene una emergencia, en la clínica veterinaria, pero ¿Por qué? no me aviso, la verdad no quería pensar en eso, baje a tomar una taza de café, y comer un pan para las penas.

Me desperté temprano en la mañana y otra vez no estaba, me empezaba a preguntar si todas esas veces en las que creía que se iba temprano en verdad no dormía en la casa, después de que Aron se fuera a la escuela, me comunique con mis otros clientes para disculparme por no poder asistir y para pedirles que me enviaran los archivos par a hacer home office , Vanesa insistió mucho en que me quedara en casa , a veces era como una hermana siempre estábamos al pendientes una de otra, Después de avanzar un poco en el trabajo termine de arreglarme pedí un taxi hacia a la clínica.

 Al llegar me pidieron mis datos, a pesar de que había mucha gente, pase de inmediato el doctor reviso mi tobillo, Esteban tenía razón solo necesitaba una semana de reposo.

 Cuando me dirigí a la recepción a pagar la consulta, la enfermera ya me esperaba con una bolsa de medicamentos, lo que se mi hizo raro, ya que solo te los daban si los pedias.

- Aquí están los medicamentos

- Gracias... -Estaba buscando la cartera en el bolso para pagar

-Los gastos ya fueron cubiertos por la empresa en la que labora.

- ¿Esta segura? -

-Así es

- Muchas gracias

Tomé un taxi y me dirigí a la casa. Al llegar me llego un mensaje de esteban

 él había sido él responsable de los servicios médicos. Me sentía muy confundida, por una parte, no podía estar molesta con él, no me gusta que la gente decida sobre mi persona, pero por otra parte era agradable sentir, que alguien estaba al pendiente.

 

 En ese momento llego Vanesa con Natalia y Aron, después de comer salimos al patio

 Los chicos estaban jugando y aproveche el momento para desahogarme con Vanesa y platicarle sobe los mensajes de esteban.

 -No quiero ser pesimista, pero ojo de loca nunca se equivoca, de seguro tiene una amante, no encuentro otra razón para que saliera a hurtadillas de su casa a esas horas.

 -Tal vez tubo una emergencia y no quiso despertarme

-Si en verdad creyeras eso no estaríamos teniendo esta conversación- Tenía razón por más quería creer que todo estaba bien, debía aceptar que en los últimos dos años las cosas habían cambiado, ya no parecíamos una pareja, se lo atribuía a otras cosas, las deudas eran grandes y él tenía mucho trabajo, además de atender su veterinaria hacía visitas a ranchos y granjas mientras que yo me debatía entre el trabajo de hogar y como contadora – prefiero no hacerme ideas.

 

Mejor cambiemos de tema al griego, creo que deberías de aceptar su oferta, Aron ya esta grande y yo te puedo apoyar en las tardes con él. Así sales de esta casa y y con el dinero extra empiezas a tratarte como te lo mereces y te compras unos nuevos oufits.

-Oye, pero si me visto muy bien

Eran las 10:30 y Aron ya se había dormido, Estaba bajando las escaleras cuando llegó Ricardo, y alarmado se me acerco

- ¿Estas bien? ¿Qué te paso?

 Yo solo me reí en dos días. No sé dio cuenta

- ¿¡Es enserio?!, no te preocupes estoy bien- conteste de modo sarcástico, de alguna forma ya me estaba cansando su indiferencia, esto solo demostraba que no me veía y me dolía aceptarlo

- ¿Qué pasa’ ¿Por qué estas enojada?

- ¿Por qué no me dices en dónde estabas?

El me miró sorprendió no estaba costumbrado a que yo alzará la voz o le hablará así.

-En la veterinaria

- Desde las dos de la mañana

-Me dio la espalda mientras colgaba sus cosas en el perchero.

- Hay un paciente que se está quedado en la veterinaria y he tenido que ir a verlo.

- En verdad quería creerle.

- Ya me vas decir que te paso.

- me tropecé el lunes en la mañana- el solo me miro sorprendido y sin más salía por la puerta de la cocina.

A la mañana siguiente otra vez Ricardo no estaba,

 Después de despedirme de aron y de tomar mi taza diaria de café, decidí que mantenerme ocupada era lo mejor para no pensar en tonterías, trabaje un poco en la computadora y ahora estaba en la cocina con la intención de hacer brownies para agradecer a Vane, por su apoyo.

Mi único problema era que había guardado el chocolate en la parte más alta de la alacena y ahora me encontraba parada arriba del banco con un pie lastimado, el subirme fue fácil con ayudada de las muletas, pero estas ahora se encontraban en el piso, pensé varias formas en bajarme, pero en todas terminaba lastimándome más de lo que ya estaba.

El timbre suena y suena, justo lo que me falta.

- ¿Quien?

-Soy esteban, solo quiero asegúrame de que estés bien- mi corazón de pronto empezó a latir muy rápido, no entendía que hace aquí y porque yo estaba tan emocionada de que viniera. -Sí soy importuno me retiro enseguida, pero déjame verte- su vos sonaba adolorida y por alguna razón sentí mucha tristeza.

 -Puedes entrar Por La Puerta De Atrás-

Intente bajarme para que no me viera en esta ridícula situación

El me atrapó justo a tiempo tomándome por la cintura, cuando el banco estaba por voltearse, quedé a escasos centímetros de su cara podía sentir su respiración y su aroma me envolvía, pero lo que más me afectaban eran esos hermosos ojos dorado, eran de un hermoso café, pero si los veía de cerca parecían tener brillo, volviéndose más intensos. Sentía que podía perderme en ellos.

 Después de no sé cuánto tiempo porque perdí la cuenta, me ayudo a estabilizarme en el piso.

- ¿Qué estaba haciendo allá arriba?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.