N U E V E ≠

Me arreglo la coleta y toco a la puerta. Espero unos segundos hasta que Darian se deja apreciar bajo el umbral de la puerta.

—Dijiste que no...

Le silencio de la forma más estúpida que puedo hacerlo. Sin embargo, no se siente como eso.

Mis labios encajan en los suyos como un rompecabezas, en una sincronización maravillosa.

Simplemente ya no soportaba más. Ya quiero acabar con esto y cumplir mi plan para acabar con Zerox, y Darian es una atajo que deseo tomar.

No, lo deseo a él.

Estoy jodida. Deje que me enamorara. Ahora me gusta.

En otra ocasión sería un suicidio entregarme a él, pero aunque él lo sueñe y desee con todas sus fuerzas, no podrá tenerme en su lista de víctimas.

Sus manos aprietan mi cintura, siguiendo mi beso. Cierra la puerta a mis espaldas, estampando mi espalda a la pared. Abro un poco mis labio en un suave quejido por el golpe, pero a él eso no parece importarle.

Su agarre en mi cintura aprieta, levantándome en el aire hasta que logro enrollar mis piernas al rededor de su cintura. Rodeo su cuello con mis brazos y muevo mi cabeza a un lado para profundizar el beso.

Todo a mi al rededor parece dar vueltas por un instante, hasta que frena, como si fuera una pieza acomodándose. Luego todo desaparece, como mi ropa y la de Darian.

Sobra decir lo que pasó después. Solo sé que fue mi mejor decisión hasta ese momento.