Amor en Construcción

Capitulo 41

♡♡Capítulo 41♡♡

AMELIA

 

--Tienes que comer, no me hagas perder la poca paciencia que tengo-.. me grita. Me paro de la cama molesta.

 

--Ya te dije que no tengo ganas, llévate esa porquería-.. digo cerquita de él, no le voy a demostrar mi temor, al contrario, lo miro desafiante. El me agarra de los brazos.  –Para que quieras que coma, déjame morir, prefiero eso que estar aquí-..

 

--Vas a comer y punto-.. dice tirándome en la cama bruscamente.

 

Siento como todo me da vuelta, estos mareos cada día están peor, intento levantarme, pero se me dificulta un poco. Siento como se me acerca para agarrarme.

 

--Estas bien, perdóname, no quise tratarte así-.. me dice dique arrepentido.

 

--Suéltame no me toques-.. digo, zafándome de su agarre.

 

--Maldita sea, porque no puedes aceptarme, yo te amo como un maldito loco, deberías de sentir lo mismo-.. dice alejándose y tirando la comida.

 

Yo lo miro con cara de ¿estás loco?

 

--Dices que me amas y me tienes secuestrada, Wow, que amor es ese, estas demente, eso es lo que estas, amar a alguien no funciona así, no puedes obligar a que te amen, entiendes-.. le grito, el me mira mal y se me acerca, yo no me muevo.

 

--Como tengo que tratarte para que me ames que tengo que hacer-.. dice de repente, mirándome diferente.

 

La verdad nose como interpretar esta situación, este hombre está loco, un día dice que se va a vengar y otro que me ama, pero tengo que ser astuta, creo que aprovechare este momento, tengo que calmarme y hablarle bien, si, esa será mi estrategia.

 

--Quieres saber-.. le pregunto, el asiente que si, como un niño obediente, Dios, estos cambios de este hombre, me pondrá loca.  –Dame mi espacio, quiero por lo menos salir al jardín, me estoy sofocando trancada en estas cuatros paredes, además, creo que le puede afectar al bebe-.. digo, tratando de escucharme calmada y segura, mi voz no salió nada temblorosa.

 

El me mira y no dice nada, en que estara pensando, aunque no me importa lo que piense, yo solo se que quiero salir de aquí, cueste lo que cueste, su mirada refleja confusión. Después de un rato sale de la habitación sin decir nada. Yo solo suspiro.

 

Maldito psicópata, me acuesto en la cama y las lagrimas salen, que mal es que estoy pagando, necesito salir de aquí.  Creo que ha pasado varias horas y a mi mente llega algo, busco el teléfono que conseguí ayer, se lo quité a uno de esos matones, que ni cuenta se dio, son unos idiotas.

 

Intento prenderlo, pero no quiere nada, no me haga eso teléfono prende porfavor, los botones lo presiono con fuerza, es un teléfono bastante viejo de botones. Y por fin prendió, a quien llamo, si a Leidy, marco el número, empieza a sonar, al segundo tono atiende.

 

-Si, quien habla-.. dice, que alegría escucharla.

-Soy yo Amelia-..le dijo en un susurro, espero que nadie me escuche.

-Por el amor de Dios, donde estas, nos tienes muy preocupado-.. escucho que grita.

-Lo siento, no tengo mucho tiempo, diles a todos que por el momento estoy bien, Álvaro me tiene encerrada, nose que hacer-.. le digo y empiezo a llorar, últimamente estoy más sensible.

-Pero en donde estas, dime que hago, dime que todavía existe el-.. la escucho alterada, sonrió para mí.

-Si, él bebe aun esta, tratare de llamarte luego-.. le digo, pero me cayo, porque escucho unas voces acercándose. --Ahora tengo que cerrar, el ya viene-.. digo y cierro.

 

 

Algo nerviosa apago el teléfono y lo guardo debajo del colchón, no soy tan estúpida puede sonar y me delataría. Me siento en la cama y justo entra el, se ve molesto, él se me acerca.

 

--Vamos, saldremos juntos-.. me dice y yo obedezco, ya no me puedo comportar tan grotesca.

 

Mientras caminamos por toda la casa, que por cierto es una mansión, trato de mirar por todos lados, para ver las ventanas y cual me convendría, porque en la habitación que estoy tiene protectores.

 

Cuando me desperté, después de haberme quedado dormida en el carro, ya estaba en la habitación, lo primero que hice fue salir por la ventana, pero me di cuenta de que no podía, la puerta no tenía seguro, pero había un hombre cuidando de que yo no salga.

 

Me sentía tan frustrada, llore mucho, desesperada, el me grito yo le grite, nos dijimos de todo, pero ya hoy desperté con otra mentalidad, tengo que jugar su juego, aunque para el no lo es, tener que fingir no será fácil, pero me arriesgare.




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