Amor en Construcción

Capitulo 42

♡♡Capítulo 42♡♡

AMELIA

 

Espero que haya sido la mejor decisión de entrar y comprobar, pero tenía que hacerlo, no me podía aguantar, seguro a él no le gustara, pero no me importa, la verdad ya me estoy hartando de fingir, pero tengo que aguantar más, si quiero salir ilesa.

 

Cuando ya estoy en la puerta, me detiene un hombre.

 

--Debe de quedarse fuera-.. dice autoritario.

 

--Necesito ir al baño dejaras que haga las cosas allá fuera-.. le digo, con cara de niña linda. Pero como quisiera darle su cachetada.

 

El me mira con cara de pocos amigos y niega.

 

--Entonces tendré que gritar para que venga Álvaro y me deje entrar hacer mis necesidades y que sepa que los inútiles de sus secuaces no me dejan y te echen-.. le digo cruzándome de brazo y mirándolo desafiante, el me mira mal, pero termina cediendo y dándome el paso.

 

Yo le sonrió triunfante y sigo caminando, pero aumentando el paso, mientras mas camino escucho voces, ya cerca, puedo ver a alguien, una rubia, con curvas, por sus tonos de voz están discutiendo.

 

--Eres un idiota, que tiene ella, dime-.. habla la rubia y esa voz es de ella, Yesica. –olvídala, me tienes a mí, ella no vale la pena, no seas tonto-.. su voz se escucha suplicante.

 

--Me estas haciendo perder el tiempo con estupideces, para que viniste, no te dije que te quedaras, eres una estúpida-.. dice Álvaro muy molesto, veo como empieza ahorcarla.  –Vas hacer que nos descubran, no tenias que viajar-.. grita el, aun ahorcándola, veo como se está poniendo morada.

 

Que hago, dejo que la mate, no, no puedo permitir eso, no soy tan mala persona y por lo que veo ella esta enamorada de él, hay que estar loca para enamorarse de ese hombre y mas como la trata, porque estoy segura de que eso no es nada.

 

Decido arriesgarme y me les acerco.

 

--Vaya, siempre supe que eras una farsante-.. digo acercándome a ellos, Álvaro me fulmina con la mirada, mientras suelta a la estúpida y la tira al suelo.

 

--Te dije que te quedaras, porque no puedes obedecer-.. me grita acercándose a mí.

 

--¿Por qué?  Es que yo no obedezco a nadie y menos a ti-.. le digo calmada, pero la verdad estoy muy nerviosa.

 

--Cállate, vete a tu habitación-.. dice agarrándome de los brazos.

 

--Suéltame, me estas lastimando-.. digo, mientras me lo intento quitar, con toda la fuerza que tenga lo empujo, me acerco rápido a la estúpida que aun está en el suelo y le agarro de los cabellos.

 

–No te imaginas las ganas que he tenido de darte tu merecido estúpida-..

 

Le doy una cachetada en varias mejillas, pero ella me empuja, por suerte no me caí y pude sostenerme, ella me mira con odio, me le voy a acercar otra vez, pero siento que me agarran levantándome.

 

--Suéltame imbécil-.. empiezo a patalear. –Maldito infeliz suéltame, desgraciado, déjame-.. grito, pero no me baja. –Y tú, eres una maldita infeliz-.. le grito a esa estúpida.

 

El me lleva a la habitación y me tira en la cama.

 

--Saldrás cuando se me de la gana-.. me grita y sale.

 

Joder, porque no me controle, tenía que quedarme escondida, pero y como, al escucha y conocer su voz no lo pude evitar, también al ver lo que él estaba haciendo, no podía permitir que terminara matándola, creo que yo quedaría traumada.

 

Pero ya no puedo actuar expulsivamente, eso le podría hacer daño a mi bebe y no quiero perderlo. 

 

Comienzo acariciarme la barriga y a susurrarle cosas lindas a mi bebe, a pesar de donde estoy, me siento un poco bien porque no estoy sola, tengo a una personita que me hará feliz cuando nazca.

 

Después de unas horas deambulando por la habitación, mi estomago ruge, tengo hambre, necesito comer y doble, me paro de la cama sin hacer ruido, reviso la puerta y no tiene seguro, la abro un poquito y no hay nadie, que raro, me devuelvo cerrando de nuevo la puerta.

 

Mejor busco el teléfono, comer puede esperar, lo prendo, con el corazón acelerado marco el número que debí haber marcado hace tiempo, empieza a sonar, al primer tono atienden.

 

-911 ¿Cuál es su emergencia? -.. dice la operadora.

-Me tienen secuestrada, ayúdenme porfavor-.. le digo en voz baja, sin quitar la mirada a la puerta.




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