Amor en la oscurida

Capítulo 5:La Verdadera Cara del Miedo

El campus de Oakwood estaba tranquilo bajo el manto de la noche, con solo unas pocas luces encendidas en los pasillos y edificios. Emely estaba en su apartamento, revisando unos documentos antiguos y fotos, buscando detalles que la pudieran ayudar en su misión. La luz de la lámpara proyectaba sombras largas en las paredes, creando un ambiente tenso y solitario.

De repente, su teléfono vibró. Era un mensaje de Darwin.

"¿Podemos hablar? Quiero asegurarme de que estés bien."

Emely miró el mensaje, sintiendo un nudo en el estómago. Había estado tratando de mantener la distancia, pero la preocupación de Darwin no se desvanecía. Finalmente, decidió responder.

"Claro. ¿Te parece bien si te veo en el café de la esquina?"

"Perfecto. Estaré allí en 20 minutos."

Emely se levantó, sintiendo una mezcla de ansiedad y alivio. Sabía que era importante enfrentar sus miedos y conflictos, pero también temía lo que podría surgir de esa conversación.

El café de la esquina estaba desierto a esa hora, salvo por un par de clientes. Darwin ya estaba allí, esperando en una mesa cerca de la ventana. Cuando Emely entró, le hizo un gesto para que se acercara. Ella se sentó frente a él, tratando de mantener una expresión neutral.

—Hola, Emely. —dijo Darwin con una sonrisa suave, aunque sus ojos reflejaban una preocupación sutil.

—Hola, Darwin. ¿Qué pasa? —preguntó ella, intentando sonar casual.

Darwin la miró con seriedad, sin dejar de mostrar su apoyo.

—He notado que has estado un poco distante últimamente. Solo quería asegurarme de que estés bien. No quiero presionar, pero me preocupa que estés pasando por algo difícil.

Emely se quedó en silencio por un momento, luchando con las palabras. Finalmente, decidió abrirse un poco más, aunque no completamente.

—He tenido mucho en la cabeza, Darwin. Mi vida no es tan simple como parece. Hay cosas que me persiguen y que me hacen sentir atrapada.

Darwin asintió, escuchando con atención.

—Lo entiendo. Pero, a veces, hablar sobre lo que nos preocupa puede ayudar a aligerar la carga. ¿Hay algo específico que te esté atormentando?

Emely miró hacia el suelo, sintiendo el peso de la verdad. Sabía que no podía contarle todo, pero la empatía de Darwin le daba una pequeña chispa de esperanza.

—Mi pasado... hay cosas que no puedo cambiar y que siguen afectándome. Pero hablar de ello es complicado. No quiero arrastrarte a mi mundo oscuro.

Darwin se inclinó hacia adelante, su mirada fija en Emely.

—No estoy aquí para juzgarte. Estoy aquí para apoyarte. Si necesitas ayuda o simplemente alguien con quien hablar, cuenta conmigo.

Emely sintió una oleada de emociones. La sinceridad en la voz de Darwin la conmovía, pero también la asustaba. La idea de abrirse completamente era aterradora.

—Gracias. —dijo, su voz temblando. —Significa mucho para mí que estés aquí.

Antes de que pudieran continuar la conversación, el café empezó a llenar de nuevos clientes, creando un ambiente más ruidoso. Darwin notó la interrupción y decidió cambiar de tema para dar un respiro a la tensión.

—¿Cómo va tu proyecto de investigación? ¿Algo interesante?

Emely se sorprendió por el cambio de tema, pero agradeció la distracción.

—Sí, en realidad, he estado investigando algunos aspectos históricos interesantes. Aunque a veces siento que me estoy perdiendo en los detalles.

Darwin sonrió, disfrutando de la nueva dirección de la conversación.

—Estoy seguro de que lo estás haciendo genial. Si alguna vez necesitas una segunda opinión, siempre puedo ofrecerte una perspectiva fresca.

Emely sonrió, agradecida por el cambio de enfoque. Pasaron el resto de la noche hablando de temas más ligeros, pero la conversación dejó una marca en ambos.

Más tarde esa noche, Emely volvió a su apartamento, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación. Aunque se había abierto un poco a Darwin, aún mantenía muchos secretos. La conversación la había dejado más consciente de la necesidad de enfrentar sus propios miedos, pero también le había mostrado que la conexión con Darwin era real.

Mientras revisaba sus documentos, su mente seguía enredada en la conversación. Sabía que no podía seguir viviendo en la sombra de su pasado para siempre. Sin embargo, la idea de revelarlo todo era aterradora.

De repente, su teléfono vibró nuevamente. Era un mensaje de Darwin.

"Solo quería decirte que, independientemente de lo que estés enfrentando, estoy aquí para ti. No olvides eso."

Emely miró el mensaje y se sintió abrumada por una mezcla de gratitud y tristeza. Sus lágrimas empezaron a caer mientras pensaba en lo que estaba a punto de decirle a Darwin. Sabía que no podía mantener la verdad oculta por mucho más tiempo.




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