Amor en penumbas

Capítulo 11: Triana

Observo a Josh dormir y sonrío. Todavía no puedo creer que a él le suceda lo mismo que a mí y anoche tuvimos sexo, y fue un gran sexo.

Alzo la mano y delineo sus facciones relajadas, él se remueve y toma mi mano.

—No quiero ir a trabajar.

Suelto una carcajada.

—No tienes que ir y yo estoy libre hasta la noche.

Él sonríe y mi corazón se acelera, no pongo objeciones cuando se me atrae hacia él para besarme.

Pensaba que estar juntos no era una opción y que sería raro por crecer como primos, sin embargo, es todo lo contrario, se siente correcto y especial.

¿Estaré enamorada de él? No quiero que sea solo una novedad o una fuerte atracción basada en la confianza de años.

—No sé como no me di cuenta antes de lo que sentía por ti.

—Yo tampoco me di cuenta. Tal vez no era el momento para nosotros.

—Espero que no sea algo pasajero y si lo es que no se vuelva raro entre nosotros.

Acaricia mis labios con los suyos.

—Dudo que lo sea. Mi pene no reaccionó con Kate y jamás me pasó antes, ni estando ebrio, y contigo reaccionó de inmediato, así que tomo eso como que mi cuerpo me está avisando que me olvide de las otras mujeres porque solo quiere estar contigo.

Sonrío.

—Eres mi mejor amigo y te quiero.

—Yo también te quiero y es posible que esté enamorado de ti y no lo sepa.

—Lo descubriremos juntos.

Volvemos a besarnos y a hacer mucho más que eso, una vez que yo recibo mi orgasmo, decido preparar algo de desayunar mientras él se da una ducha rápida. Lo acompañaría si mi estómago no estuviera desesperado por comida.

Quito la alarma y salgo al porche a dejar la comida y agua para los animales callejeros que suelen pasar, luego preparo un buen desayuno porque como chef que ama cocinar no puedo evitarlo.

Josh me abraza desde atrás y mete las manos por debajo de su remera que llevo puesta. Me aparto para no quemar los huevos con queso y beicon.

—No creí que me sentiría tan cómodo durmiendo y despertando con una mujer, mucho menos desayunando con ella.

Se sirve café.

—Sigues en toalla.

—Si quieres me la quito.

Suelto una carcajada.

—Ahora no. Tengo hambre. Y supongo que conmigo te sientes cómodo y nos conocemos de toda la vida.

—Es posible y es extraño que estemos aquí hablando de lo más normal luego de haber tenido sexo como si fuera algo que llevamos haciendo desde hace mucho tiempo.

—Yo esperaba un momento incómodo al despertar o arrepentimiento.

Bebe un poco de café y me abraza apenas apago el fuego. Esta vez correspondo a su beso y no pongo objeciones cuando me levanta para sentarme en la isla y se acomoda entre mis piernas.

—Me alegro de que no haya arrepentimientos porque yo solo me arrepiento de no haberte besado antes—acaricia mis piernas—. Y pretendo seguir haciéndote el amor siempre que pueda.

—¡Triana!

Josh y yo nos quedamos quieto al escuchar mi nombre, rompemos el beso y ambos giramos la cabeza al mismo tiempo que Milka asoma en la cocina y nos mira con asombro.

—Milka… —digo.

—¿Estoy alucinando o en una dimensión paralela?

Josh ríe.

—No, estaba besando a Triana con la idea de hacerle amor de nuevo, así que, puedes irte y volver en un rato.

—¡Josh! —lo aparto y bajo de la isla. Mi amiga parece en shock—. No está mintiendo, pero no tienes que irte porque me alegro de que estés aquí—la abrazo y ella se recompone—. Hay mucho que contarte.

—Ya veo…

—Buen día. Por favor, Tri, di que tienes algo de desayunar porque nuestro refrigerador está pelado y no hay energías para ir hasta el hotel… —exclama Kenny y se detiene a observarnos con el ceño fruncido—. ¿Josh?

—Hola, ex esposo—levanta la jarra de café—. ¿Café?

—¿Qué sucede aquí? —nos señala.

—Que yo tenía razón—responde su esposa—. Josh y Triana se atraen y están juntos… ¿Están juntos o es solo sexo?

—Lo estamos descubriendo. —respondo.

—Estamos juntos. Al parecer mi pene solo reacciona con ella, así que no le queda otra que aceptarme. No renunciaré al sexo.

—Okay, necesito café, demasiado para asimilar.

Josh le tiende la taza y Kenny la agarra.

Les pido a ambos que se sienten y empiecen a desayunar mientras nos cambiamos, pues yo estoy con la remera de Josh sin sostén y él con la toalla.

Cuando ambos estamos vestidos, regresamos a la sala. Kenny y Milka se callan de repente, la segunda nos brinda una sonrisa manifestando su alegría de que estemos juntos porque ella siempre sospechó que había algo entre nosotros.

En teoría, estamos juntos gracias a ella, pues ninguno se dio cuenta de nada hasta que ella lo resaltó a ambos, desde ahí yo comencé a ver a Josh con otros ojos y a él le pasó lo mismo.



#227 en Thriller
#2228 en Novela romántica
#729 en Chick lit

En el texto hay: humor, acosador, romance

Editado: 31.07.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.