Amor fingido

4. La reunión

Dicen que un nuevo día trae consigo mayor claridad , y está creencia creencia me parecía un poco muy errónea, por no decir demasiado, no es como si el sol saliera otra vez y con su llegada los errores del día anterior quedarán atrás.

Quizás esa teoría funcionará para los entusiastas, para los felices, para los que ven un rayo de luz en medio de una tormenta. Yo definitivamente no era uno de ellos .

Al menos no en este instante en el que mí futuro se veía bastante negro por no decir espantoso, oscuro, tenebroso.

Los rayos de la estrella más brillante no tuvieron el poder suficiente para eliminar de mí memoria el hecho de que:

Mí prometido me había dejando a meses de nuestra boda.

Mí jefe estaba obligándome a formar con mí peor enemigo un equipo de trabajo.

Me sentía como la persona más desdichada del universo.

-Estas segura de que te encuentras bien?-consulto mamá pasando un brazo por sobre mí hombro, en un gesto protector y maternal que calentaba la frialdad de mí interior.

-Si, ma. Tu sabias que no hacía falta que me acompañarás al trabajo hoy , ya no tengo cinco años, y aún no es la época del año de “Trae a tu madre al trabajo”- sentencie, haciendo un gran esfuerzo para no quedar como una auténtica borde. Al fin y al cabo ella había hecho un gran esfuerzo para estar hoy aquí.

Mamá era enfermera , su vocación llego tarde, bastante para algunos sin embargo ella irá contra aquellos que se animen a decir semejante cosa y los corregirá afirmando que no fue así. Que esto sucedió en el momento adecuado. Ella la descubrió tras la muerte de mí abuela. El servicio médico había hecho tanto por ella que se vio en la necesidad de retribuirles esto de algún modo , y que mejor manera de hacerlo que entregándose en cuerpo y alma.

-Lo se, cielo. Es que nos habíamos quedado realmente preocupados luego de verte en ese estado anoche. Aparte en el trabajo me han dado el día libre cuando les conté mí…Circunstancia particular.

-Que a tu hija la hayan dejado plantada en el altar-menee mí cabeza disgustada - Que digo, ni eso, que la dejaran antes de su casamiento no es una situación merecedora de un día libre. Que dirán tus pacientes, no estarán tranquilos sin ti dando vueltas.

No es por ser su primogénita ni nada por el estilo no obstante ella era muy buena en lo que hacía y era querida en la ala donde cuidaba a decenas de personas. Era devota con su profesión. Tristemente esta era exageradamente demandante, como un bebé recién nacido, y eso generaba que no pasará tanto tiempo en casa como nos gustaría.

-Es grave- murmuró, usando ese tono que ocupaba cuando algo no la entristecía y no quería que nos dieramos cuenta de ello.

-Estoy bien - respondí- Lo prometo.Saldre de esta, con paciencia y tranquilidad estoy confiada de que podré batallar esta lucha.

-Claro que lo haras- revolvió mí cabello juguetonamente-Esa es la actitud. Enséñale al universo que eres una guerrera- gruñó, y elevó su bicep libre-Él no te merecía, y no lo digo porque tu hayas salido de mis entrañas. Es en serio. Eras mucho para ese mequetrefe.

-Mamá- grite horrizada, tratando de disimular la carcajada que quería salir de mí garganta tras oír el apodo que le había puesto.

Otro dato sobre ella es que no era de las que les gustaba insultar. Ella sostenía que se atrapaba más moscas con miel que con yiel. Bajo ese concepto nos habían criado y rara vez escucharían salir de mí boca alguna “mala palabra”.

Aunque lo confieso que en más de una ocasión sentí la necesidad de quebrar esta regla para dedicarle unos buenos a Warren .

Bien merecidos se los tenía.

-Que? Estoy siendo absolutamente honesta aquí. Con tu padre lo habíamos hablado en varias veces ya. No me simpatiza confesarlo que lo hicimos a tu espalda, tu nos conoces , odiamos los secretos, aún así te veníamos tan feliz, brillabas cuando estabas a su lado y eso nos gustaba de él. Lamentablemente eran sus estúpidas condiciones las que nos ponían de los pelos. Cómo padres rogabamos que ni tu ni tu hermana se quedarán embarazadas en su adolescencia y tuvieran que abandonar sus estudios. Por fortuna ninguna de las dos nos dio tal disgusto. Lo que ni logro comprender es, si ya son adultos responsables y asentados, porque no vivir juntos.

-Tu sabes … Su fe-nos detuvimos frente al despacho de Ross.

Por el ruido que provenía de este era evidente que el señor “Patán” ya se encontraba allí.

-Si. Pero, es que si te amaba porque no adelantar la boda? Así podrían haber respetado sus creencias y hacerte feliz a ti también.

-C…Creo que no estaba preparado para hacer ese sacrificio.

Lo había dejado muy en claro.

-No te preocupes cielo, ya hallarás a alguien que esté dispuesto a hacerlo. Que daría la vida por ti si fuese necesario.

-Gracias, mamá - me incline hacia ella al ver qué venía hacia mí con sus labios estirados- Con un abrazo alcanza, me dejaras una marca en la mejilla.

-Es de la buena suerte- contesto con una sonrisa - Tu avísame si hace falta que ingrese a intervenir.

-No ser…

La puerta se abrió antes de que pudiera completar la frase.

-Gillie, siempre es un placer verte- exclamó Peteral toparse con mí madre.

-Rossie-me soltó para salidarlo- Vengo a acompañar a mí niña ! Cómo estás ?

-Excelente , te prometo que la estás dejando en buenas manos.

Ella asintió.

-Okay. Estoy a una llamada por si requieres un s.o.s.

-Descuida, no harán problemas, pronto estaré en casa.

-Te la devolveré en una pieza- mí jefe me tomo del brazo con delicadeza, tirando de mí hacía el interior de la sala.

Otra farsa más. Desde que recibí esa carta estaba en más de una, habían cientos de pedacitos de mí desperdigados por ahí.

Captando la indirecta , ingrese y el dulce aroma de la familiaridad me acogió de inmediato.Para mí mala suerte, una que parecía perseguirme, esta no duro mucho.

-Hasta que te decides aparecer - comento , tirado a lo largo y ancho del sofá.




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