Amor imperdonable de un millonario: (libro 1)

La noche que jamás debió suceder

Antes de empezar, está novela está bajo derechos de autor registrada en Colombia, por si hay algún plagio tienes que eliminar la tuya cuanto antes.

¡Empecemos!
Es doloroso enamorarse de la persona menos indicada, y lo peor de todo es entregar ese amor a alguien que juro amarte, o eso era lo que él demostraba, pero al final del túnel todo se sabe y cuando eso sucede, es difícil remendar el daño.
Caliman; Eres y serás mi más linda y dolorosa casualidad

Capítulo -1

15/Enero/2022, Colombia.

Club-Las costas.

Me encantan las fiestas nocturnas. El sonido de la música hace estallar mis oídos, es una sensación que me transporta a un lugar en el cual puedo ser yo misma.
Me llamo Coral Velázquez, tengo veintitantos años, no mentira, tengo treinta. Si, se que soy un poquito mayor para andar de fiesta en fiesta, pero… Me da igual lo que piensen de mí.
Llevo a mi boca un vaso de tequila y lo bebí de golpe, las miradas de los hombres apuntando a mi trasero, me hacen sentir deseada.
Muevo mi cuerpo de lado a lado y llevo mis manos dentro de mi cabello para luego jalar de este de manera sensual.
Pego un grito de emoción tras escuchar mi canción favorita de Maluma. Sobrio.
En el momento que estoy bailando note que las miradas de todos los hombres se enfocaron a la izquierda.
Volteo hacia esa dirección y veo a cuatro hombres.
Ellos se sientan en el bar. ¿Qué tienen de especial? ¿porque todos los miran?. Algunas personas que bebían en el club salieron corriendo en cuanto llegaron ellos, y otros simplemente siguieron como si nada.
No me importa quien sean. Yo seguiré bailando.
Pasó el mesero y le pedí otro vaso de tequila, nuevamente lo bebí a tope, como toda una hembra.
Jugaba con mis pompis y las personas otra vez enfocaron sus miradas hacia mí. Eso es, me encanta ser el centro de atención, me gusta ser el que dirán, esa soy yo. Coral Velazquez.
Desvié mis ojos hacia los hombres, que estaban sentados, pero uno de ellos llamó mucho mi atención, era el más joven, cuando menos lo espere, ¡pumm!, me miró; sus ojos negros me estan mirando.
Trague en seco al saber eso.
Tiene una mirada fría que derrocha curiosidad.
A decir verdad es muy apuesto, su barba hace que se vea aún más bello.
Su piel mestiza hace juego con su atuendo negro, y que decir de sus brazos, están como Dios hizo el mundo. ¡Perfecto!
Mientras estaba ensimismada viendo el hermoso hombre este me susurraba algo.
Era obvio que no le iba a escuchar. La intro estaba candente.
-¡No te escucho!-le gritó y él hizo un gesto de incomodidad.
Le dice algo a sus colegas o no se que seran de él. Pero por la manera en cómo actúan. Deja pensar que son sus escoltas.
El se levanta de su asiento y se dirige hacia mi.
¿Así que te quieres quemar con candela, bebé?.
Ven con mami, te enseñaré las tablas de multiplicar.
No obstante mire hacia los lados. No creía que un hombre tan bello me dirigiera la palabra. Acostumbro a estar con vatos feos, pero este… Este bombón está buenote.
Y si, llego justo en frente mío, él es demasiado alto tanto que tengo que mirar hacia arriba para poder verlo.
Su larga nariz exhalaba una refrescante respiración a menta, la cual topaba en mi cabeza.
-Hola hermosa-Dijo con una voz bastante grave.
-Hola guapo-respondí segura.
-Veo que bailas super bien-Responde con una ligera sonrisa.
-Me encanta bailar-le digo devolviéndole la sonrisa.
-Uy, qué sonrisa hermosa-Me halaga.
-¿Bailamos?-propuse divertida y él asintió.
En ese momento se filtró una canción que me encanta, se llama Pepas de farruko.
Sus manos acarician mis brazos, su tacto hace que mi respiración se corte por momentos.
-¿Tu nombre?-Le preguntó de manera sensual.
Él se inclinó hasta llegar a mi oído y susurra.
-Deivis–Su nombre hizo eco en mi mente, es un nombre bastante común aquí en Colombia, pero… ya que él nombre proviene de él, me parece fantástico-Se nota que te la pasas súper en esto de las fiesta-añade, tomando de mi cintura con un poco de delicadeza.
-Si, de hecho suelo venir todos los fines de semana-Por Dios, he estado con muchos hombres, pero él…él me pone nerviosa.
-Bailas super bien-Musito con una sonrisa ladina, sus dientes son como cristales, los puedes ver sin cansarte.
-Gracias-Su perfume es delicioso, huele a cítricos.
-Sabes... No todas las mujeres bailan con un hombre como yo-Dijo al mismo tiempo que enlaza nuestras manos. Pero qué engreído es ¿no?.
-Y sabías que ¿no cualquier hombre toca mi cuerpo? -le dije casi con la misma respuesta. En realidad era una farsa, estoy mas tocada que el celular del minutero.
-Entonces soy un afortunado-ríe encima de mi cuello.
-Algo así-respondí con una pequeña carcajada.
-¿Cómo te llamas? No te había preguntado.
-Me llamo-Hice una cara de "déjame pensar".
-Vamos, ¿cómo te llamas?–Insiste con una mirada tierna.
-Me llamo Coral Velázquez-Tras escuchar mi nombre él me suelta de golpe.
-¿Velasquez?-Preguntó confuso.
-Si, ¿Pasa algo?-Negó y me tomó nuevamente de la cintura.
Mientras bailamos miré a los hombres que estaban minutos antes con él.
-¿Quiénes son ellos?-pregunté..
-Son mis hombres-Me sonríe con ternura.
Cerré mis ojos con tranquilidad, a decir verdad no es que tenga enemigos, pero ser la hermana de Yeison Velázquez, no me ayuda mucho, mi hermano es el líder de una banda criminal, llamada los indios, y bueno, el salir a la calle es uno de mis miedos más comunes, nunca se quien es mi enemigo.
Actualmente vivo con mi hermano Yeison y con mi hermana Carolina, ella es aún joven pero tiene una condición especial. Autismo.
Mi vida no es la más feliz, salvó los fines de semana que salgo a bailar, pero los días de semanas son un total calvario, me toca escuchar los sermones de Yeison mientras regaña a sus hombres.
Y los gritos de quienes lo traicionan, a diario vivo rodeada de sangre y muertes, ya hasta me he acostumbrado, la irá de Yeison aumentó desde el día en que asesinaron a nuestro padre, él era el líder principal de los indios.
-¿En qué piensas linda?-Deivis me saca de mis pensamientos.
-Ah-Lo mire-Solo estaba pensando en mis padres-miento, ellos están muertos.
-Me imagino, que te regañan si llegas tarde-Acaso me cree niña.
-Bueno, tal vez-Él llevó su mano hasta mi cabeza y acarició mi cabello-Te han dicho que tienes unos labios hermosos?-le pregunté y él de inmediato respondió.
-Nunca-Lamió su labio inferior, y eso me causó más curiosidad.
Este hombre está más bueno que mango con sal y limón, está que arde de lo bueno que está.
No sé si es que estoy pasada de tragos o que, pero lo quiero ver desnudo en la cama. Se que este será un buen polvo.




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