Amor imperdonable de un millonario: (libro 1)

Iremos a tu casa

-¡Coral cállate!-Dijo mi hermano dándole una palmada a la mesa.
-Me haces el favor y jamás me vuelvas a alzar la voz, porque seas dos años mayor que yo, eso no quita el derecho de que me respetes-elevé mi voz defendiendo mis derechos.
-Coral sal de aquí-Ordenó mi hermano en un susurro.
Me levanté del asiento y salí al jardín, creo que aquí estaré mejor que en medio de esa estúpida reunión, con esos idiotas.
Me senté en el jardín a contemplar las flores que se movían de lado a lado, por la brisa.
-Señorita Coral-Es la criada, volteó a su llamado y ella tiene mi teléfono en sus manos-Su teléfono está sonando.
Tome el teléfono y conteste.
-Hola-Dije sin ánimos.
-Hola hermosa-Ah, es Deivis.
-¿Cómo estás Deivis?-Me acosté sobre las hierbas del jardín.
-Pues…No estoy tan bién-Su voz estaba ronca, quizá sea por la resaca.
-¿Qué te ha pasado?.
-Bueno, es solo que quiero volver a verte.
Mi estado de ánimo cambió en cuestión de segundos, y mi estómago sintió cosquillas.
-¿En serio? ¿A mi?-el se echa a reír.
-Sí, por supuesto. Si quieres dime y yo paso por ti esta noche-Esta noche no sé si pueda, tengo noche de chicas con mi hermana, todos los lunes tenemos un encuentro en su cuarto, ya que eso le sirve como terapia-¿Puedes?-Preguntó sacándome de mis pensamientos.
-Si, claro que podré-Respondí sin pensar, no quería quedar mal con mi pequeña hermana, pero tampoco quería dejar pasar esta segunda cita con Deivis, ese hombre me atrae un montón.
-Está bien muñeca, pasaré por ti, solo dime dónde vives y con gusto te recogeré-No puedo darle mi dirección por esa razón le di otra, eso sí, tengo que salir unos minutos antes para poder llegar a la dirección que le daré a continuación.
Le di la dirección a Deivis la cual queda a unos cuantos metros de mi residencia.
-Listo, te veo a las ocho, ¿Está bien a esa hora?.
-Si, si claro, te esperaré a esa hora.
-Bueno hermosa, nos vemos esta noche-Cuelga la llamada. Llevo mi teléfono a mi pecho y doy un suspiro, en serio me gusta mucho este misterioso hombre. Creo que ayer nos conectamos rápidamente, y se que hubo mucha química entre los dos.
Estaba viendo para el cielo, las nubes se movían lentamente, una de ellas tenía una figura muy rara, era como si fuera un ángel, claro, esos son los Ángeles que mi madre envió para que me acompañaran y cuidaran de mí.
Cerré mis ojos y en medio de varios suspiros me quedé sumamente dormida.
-¡CORAL! ¿Estás bien?-Es mi hermana. Despierto de mi hermoso sueño, soñaba que estaba bailando con Deivis.
-Si cariño, estoy bien-Ella se acuesta a mi lado.
-Ayer viniste borracha-Bajo su rostro, a ella no le gusta mucho la idea de que yo me la pasé bebiendo.
-Así es, y créeme que lo siento mucho, por ello no quise despertarte.
-No importa, de igual tú no cambias-Me echó a reír y ella me sonríe de manera tímida.
De momento su sonrisa se apagó y sus ojitos marrones empezaron a aguarse.
La tomé de la barbilla y la hice mirarme.
-¿Qué pasa mi niña?-Sus lágrimas caen ya por fin.
-Hermana, como le hago entender a mi corazón que ya mi Ernesto no estará conmigo. Yo lo amaba-Aquí vamos otra vez.
-El está en un mundo mejor-Lo siento mucho hermana, si tan solo supieras que estoy involucrada en la muerte de tu Ernesto.
-Si, y se que los que lo asesinaron tiene que pagar-Su comentario hizo erizar mis vellos.
-Así es, pero ya olvídalo ¿Si?-Ella negó.
-Me cuesta tanto-Tengo una idea.
-Hermana, ¿Qué tal si esta noche nos vamos de paseo?-No sé si sea buena idea, de llevar a mi hermana para la cita que tengo con Deivis.
-¡Si! ¡si!-Eso es, le encantó la invitación.
-Muy bien, pero con una condición-Asintió-No le dirás nada a mi hermano.
-¿Y si nos busca? ¿O envía a uno de sus hombres?.
-No, eso no sucederá-Respondí tranquila.
-Esta bien, no le diré nada, lo juro.
-Aprovecharemos que hoy es día de chicas, tú sabes que mi hermano no suele molestarnos este día.
-Si, es verdad-Sonrió mientras secaba sus lágrimas-Además él creerá que estamos en el cuarto.
-Si, entonces, está noche a las ocho, nos vemos.
Dicho esto cerramos la plática y me dirigí a mi cuarto, ella se quedó felizmente mientras buscaba ropa en su clóset
Mi habitación estaba ordenada, al parecer la criada la limpio, me dirijo a la caja en donde guardo mi arma, la abrí y desenvolvi el arma.
La contempló con determinación, adoro mi arma a pesar que no le he dado uso.
Este fue un regalo departe de mi padre cuando cumplí mis veinti siete años, es de color negra, me encanta su color además por que combina con mi forma de ser.
La guardo y cierro la caja, luego estiré mi cuerpo y me asomé a la ventana viendo así, a mi hermano junto con sus hombres quienes se embarcan en las camionetas para marcharse.
Que les vaya bonito, partida de inútiles.
Chasqueo mis labios, estoy muy enfadada con Yeison.
Estaba a punto de entrar al baño para hacer chichi, cuando sonó mi teléfono, es un mensaje.
Tomó el teléfono y es un mensaje de What****, abrí el chat, y es el mismo número que me llamó hace poco.
En su foto de perfil, tiene una calavera prendida en fuego.
"Hola mi bebé".
¿Su bebé? Solté una risa, y de inmediato lo agregué y luego le respondí.
"Holi" ?✓✓
Luego del mensaje que me envió se desconectó y me dejó en visto. Ese cretino.
De igual manera le diré que voy en compañía de mi linda hermana.
Deivis.
Conectado hace diez minutos.
"Quería decirte que iré en compañía de mi hermana menor"✓
Esperemos que va a decir, ojalá no se moleste.
Pasados unos minutos fui al baño, hice mis necesidades y luego me dispongo a buscar en el clóset el vestido más hermoso.
En ese momento sonó mi teléfono y claro, era él.




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