Amor imperdonable de un millonario: (libro 1)

Su miedo

-Ponte en cuatro-ordenó con voz demandante.
Hice caso a su petición y de inmediato me coloque en cuatro, tomé un suspiro en cuanto sentí su penetración, la cual iba entrando sin previo aviso.
mis ojos se echaron para arriba y mi boca se abrió, era tan inmenso el placer que no podía describir esta sensación. Sus robustas estocadas eran tan salvajes que me aferré a las sábanas mientras mi cuerpo se balanceaba hacia adelante y atrás.
-¡Ah!-Exclamó como toda una perra en calor.
-Te gusta?-Cuestionó con voz entrecortada.
-¡Si! ¡Me encanta!-Mis palabras hacen que sus movimientos se aceleren a tal punto de dejarme sin aliento y un pequeño dolor en mi vientre indicaba que me estaba excediendo.
Descanse en cuanto Deivis se detuvo.
-¡Nena, eso estuvo genial!-ruge al mismo tiempo que se derrumba en la cama, tomé la sábana y la coloque encima de mi cuerpo.
Mire a Deivis quien sonreía como tonto mientras miraba para el techo.
-Eres una delicia, ¡Joder!-Dijo esta vez soltando una risa.
Al principio me sentía muy feliz, y claro es que volver a ver a este papasito es algo mágico.
Pero…
¿Qué hay entre nosotros dos?
Estamos teniendo sexo como dos benditos animales y dejamos atrás los valores, claro, ¿Valores? Ya los perdí, soy una estúpida zorra que se acuesta con cualquiera.
Cerré mis ojos con gran decepción, me sentía la peor mujer, no puedo estar de regalona, ya soy una adulta, hombres como él, siempre se aprovecharán todo el tiempo de mi. Aunque siempre les exprimo todo su dinero, reía en mi interior, es como dar y recibir.
-¿Pasa algo?-Murmura Deivis mientras me mira. Por un segundo me perdí en mis pensamientos.
-¿Dime que va a pasar entre nosotros?-Pregunté apartando mi rostro.
-Mmm, no lo sé-Respondió él sin problemas, osea, me comió, me manoseo y ahora me dice que no sabe. Que estúpido, mejor dicho, diosito llévatelo. Pero antes de llevártelo asegúrate de que se enamoré de mi, a tal punto de hacer lo que yo diga.
-Pense que tenias claro lo nuestro –lo miré con desaprobación.
-Me gustas mucho nena. Es solo que no te quiero presionar.
-¿Presionar?-Cuestionó.
-Solo quiero que todo fluya libremente-Me miró y sonrió con ternura.
-¡Se mi pareja!-Dije de manera rápida y él me miró extraño.
-¿Me estás pidiendo ser tu novio?-asentí mientras tomaba sus manos.
-Si, eso fue exactamente lo que quise decir.
El trago grueso y lamió su labio inferior.
-Esta bien, a partir de hoy eres mi mujer.
Sentí una pequeña felicidad en mi estómago. Entonces ya somos novios.
Él se acercó a mí y me abrazó con su enorme brazo.
-Eres tan bonita coral, tu manera de ser me encanta.
-Si, de hecho es mejor que no sepas mas de mi, o de lo contrario terminarás enamorado-Me eché a reír, lo cual dejó pensativo a Deivis.
-¿Qué tan malo sería estar enamorado de una hermosa mujer como tú?.
-Lo suficiente como para hacer cosas indebidas-Le deje un beso en la mejilla.
-Bueno eso lo vamos a ver-Eleva su mano y la deja reposar en mi cabello.
-Deivis, quiero hacerte una pregunta.
-Si, dime te escucho.
-Cuéntame más acerca de tu hijo-Soltó un suspiro.
-Mi hijo tiene diez años, es un gran chico, actualmente está bajo mi cuidado-Lo interrumpí de golpe.
-¡Está bajo tu cuidado!-asintió.
-Si, de hecho se la lleva muy bien conmigo.
Me encantan los niños, en otra vida quisiera ser una gran profesora, porque en esta vida de mier.. que tengo no lo lograré.
-Sabes, me encantan los niños, bueno en realidad son mi perdición.
-Eso suena fabuloso-Acaricio mi cabello.
-Quiero que me presentes a tu hijo-hice cara de perrito tierno para convencerlo.
Pero él no hizo más que negarlo una y otra vez. Algo estaba mal, algo no cuadra en esta conversación.
-No, no puedo, lo siento-Negó muchas veces.
-¿Pero por qué? Soy tu novia ahora.
-No seas intensa, no es el momento.
-Dame una buena explicación del porque no se puede conocer a la criatura.
-¡No puedo!-grito al final, su rostro estaba preocupado era como si algo estuviera sucediendo.
-Si me lo dices de esa manera, muy bien.
Me levanté de la cama con rabia, él trató de decirme algo pero yo lo ignoré y me dirigí al baño.
Abrí el lava manos y me empecé a lavar el rostro, mi corazón dolía, no entiendo el porqué se enojó de esa manera, si estamos hablando de su hijo.
Siendo así no andaré con alguien que no me dejara conocer su familia. Aunque… qué tan lejos puedo llegar con mis mentiras. Siento que estoy siendo muy egoísta, quiero saber más de él, pero en cambio ¿Que estoy aportando yo? Solo una vida que no es.
Sequé mi rostro con la toalla, y luego salí en busca de mis cosas, me tenía que marchar. Creo que esta relación no va a funcionar.
Él estaba sentado en la cama mientras me miraba detenidamente.
-¿Te vas?-Preguntó con las cejas fruncidas.
-Si, si me voy-Respondí en seco.
-Nena, no es para tanto.
-Lo siento Deivis, pero no puedo andar con alguien que se niegue a presentarme a su hijo, y más porque te dije que adoraba a los niños-Dios me odio a veces, pero ya he dicho muchas mentiras, por tanto seguiré, solo quiero saber hasta dónde puede llegar este Millonario.
Él se levantó de la cama y se dirigió a mí.
Me tomó de la cintura y pegó su nariz junto a la mía.
-Coral, mi hijo-hace una pausa y tragó grueso.
-¿Que pasa?-Respondí con los ojos bien abiertos
-El está en el hospital-su respuesta me dejó fuera de base.
-¿Le pasó algo?.
Él asintió con la boca arrugada.
-Si, él fue gravemente herido.
-¡Que!-¿Quién le haría algo así a un niño?.
-No te preocupes, él está bien ahora, bueno gracias a Dios.
-Gloria a Dios-Lleve mi mano a mi frente y solté un suspiro
-Bueno, ahora que ya sabes el porque me negué a responder, ¿Vas a dejar de ser mi novia?-sonríe.
-Por supuesto que no. No lo haré-Mire a Deivis y pude entender el porqué lo hizo, solo quería protegerlo.
-Prometo que en cuanto recuperé te lo presento.
-¿Qué tan mal está?.
-Bueno lo malo ya pasó, ahora está en recuperación, pero se está sanando rápidamente.
Mientras estoy hablando con él, su teléfono suena.
-Dame un momento-me pide un momento para contestar-Es lo mejor que he podido escuchar, bueno está bien, lo llamaré en la tarde-Colgó la llamada y me miró con una sonrisa.
-Coral, mi hijo está preguntando por mi-Me dio un fuerte abrazo.
-Eso es genial.
-Mi hijo había quedado inconsciente, y debido a lo sucedido, dejó de hablar, me imagino, que quedó con algún trauma, pero me llamó la psicóloga y me dijo que él está preguntando por mi-Deivis no dejaba de hablar de su pequeño hijo, me dio mucha felicidad verlo tan contento, ahora entendía cuál era el miedo más profundo de Deivis. Su hijo. Era todo para él.




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