Amor imperdonable de un millonario: (libro 1)

Obstáculo en su vida

Me senté en la cama nuevamente, la criada me había preparado unas sopas de calabaza, y eso me ayudó muchísimo.
-No me puedo ir de viajes dejándote de esta manera-Dijo Deivis.
-Te dije que no ha pasado nada-Le explico de nuevo, ya van cinco veces que le he dicho que no pasa nada.
Deivis regresó hace poco, en realidad se devolvió. No podía ir tranquilo a donde iba.
Aunque me haré una prueba de embarazo, nunca hace falta despejar las dudas.
-Mi vida, mañana me tengo que ir, ¿Segura que estás bien?-Asentí.
-Si, puedes irte tranquilo, haremos videollamada diario ¿Si?.
-Obvio mi Reyna-entrelace sus manos con las mías-Ojo Deivis con andar de picaflor-Se que es guapo y cualquier mujer andaría con él.
Él soltó una carcajada.
-No, jamás te engañaría, en mi mente solo estás tú, mi Coral.
La tarde llegó, y Deivis ya estaba empacando sus maletas listas para mañana, él estaba muy triste en realidad no quería dejarnos solos.
Alan ya estaba acostumbrado a que papá se fuera de viaje cada tres meses por ello, solo aceptó y le deseo un buen viaje.
Mientras estoy acomodando unos zapatos de Deivis dentro de la maleta, escucho unos susurros que vienen desde abajo.
Me asomo a la ventana que está en la habitación y mire hacia abajo, me encuentro con mi hermana Carolina mientras habla con uno de los hombres de Deivis en un callejón oscuro.
-Si, te he dicho que me gustas, Carolina-Dijo el guardia. No puedo dejar que mi hermana se enamore de otro hombre de nuevo, no puedo dejar que ella sufra otra vez.
Baje las escaleras como una loca, estaba a punto de abrir la puerta cuando escucho la voz de Deivis.
-Mi amor mira-Volteo con los vellos de punta, en sus manos tenía un perfume.
-Hola amorcito-Me acerque a él.
-Este lo encargue especialmente para ti.
-Muchas gracias-Tomo el perfume, estaba intranquila, mi mente estaba en otro lado.
-¿Te ocurre algo?-Deivis tomó mi muñeca para que le pusiera más atención.
-Amor, es mi hermana, ella está hablando con uno de tus hombres.
-Pues no le veo nada de malo.
-Pero acabo de escuchar como se le declaro a mi hermana, y sabes el diagnóstico que ella padece.
-Por ser autista no significa que no se puede enamorar, además ella tiene que experimentar muchas cosas, no seas un obstáculo en su vida.
-No puedo Deivis-me safe de su agarre y me dirigí a la puerta para abrir pero Deivis otra vez me detuvo, cerrando la puerta con brusquedad.
-Déjala ser ella, mírala está enamorada, y para que sepas mis hombres no son hombres malos, los he educado bien.
-Los educas como si fueran perros ¿O que?-El coloca los ojos en blanco.
-No seas grosera conmigo, solo trato de calmar tu desconfianza.
-Ella es mi hermana, y yo decido qué hago o no con ella-Empuje a Deivis y salí de la sala de estar, estaba hecha una furia, en cuanto llegó está mi hermana hablando con el guardia de manera coqueta.
La tomó del brazo y la jalo.
-¿Qué pretendes?-Le gritó y ella me miró asustada.
-Señora, no está pasando nada, solo hablamos pacíficamente-Explica el guardia.
-Tu cállate-lo señalo, y el me miro angustiado.
Jale a mi hermana hasta la habitación en dónde duerme y la encerré.
-Coral no seas tan mala, no he hecho nada-Exclamó.
-Te dije que no hablaras con ellos, y mira, ellos son malos para ti. Te harán daño.
-Hermanita-Se pone a llorar-No seas tan ruda, merezco ser feliz.
¿Feliz?, no llamaría felicidad a alguien que se quiere suicidar constantemente porque un maldito hombre le rompe el corazón, lo siento trato de ayudarte.
Baje las escaleras y Deivis estaba mirándome con desaprobación.
-Crees que si la encierras es mejor para ella?.
-Esta mucho mejor allá, que hablando con tus patéticos hombres.
-Eres un animal… Coral, enserio te desconozco.
-Y tú un imbécil-Salgo de la casa y me postro en el jardín.
Deivis había quedado boca abierta luego de escuchar como lo trataba.
Me encuentro en el jardín sentada, mientras miro como los murciélagos vuelan.
-No permitiré que ningún maldito se burle de mi hermana.
Mi teléfono sonó otra vez y era Ramiro, me sentí feliz por un instante, y le contesté.
-Hola buenas noches hermosa flor-Se echa a reír.
-Hola Ramiro, ¿cómo has estado?.
-Con ganas de verte, bueno eso sí, tu novio te deja.
-Si claro que se puede, él no es celoso.
-Bueno, ¿Qué te parece si mañana nos vemos?
-Perfecto-Sonreí mordiendo mi labio.
-¿Pasó por ti?-Pregunto atento.
-No, no, te estaré esperando en la entrada del oriente a las cinco de la tarde.
-Ah, perfecto, estaré allí.
Colgué el teléfono ya que venía uno de los hombres de Deivis.
-Señora el jefe la está esperando en la habitación.
-Dile que no me joda la vida-No me gusta que se metan en mis decisiones. Ella es mi hermana no la suya- Me acerque al guardia con mucho enojo-Y dile al baboso de tu compañero, que si le vuelve a echar los perros a mi hermana, lo voy a destruir.




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