Amor imperdonable de un millonario: (libro 1)

Ramiro

Tomé un taxi y me dirigí al lugar en el que había acordado con Ramiro, sentí un poco de miedo, no sé qué pasaría si Deivis se entera de esto.
En cuanto llegó baje con mucho cuidado del taxi ya que mis tacones estaban muy altos le pagué al conductor y le dije que se quedará con el cambio en realidad el dinero para Deivis le sobra.
Caminé unos quince pasos y lo vi, vi a Ramiro sentado justo en una banca y a su lado estaba su auto, vestía una camisa marrón con un jeans blanco, se veía muy bien.
Elevó su mano para indicarme dónde estaba él y una hermosa sonrisa se dibujó en sus labios, no sé qué pasó pero en ese momento me sentí nerviosa, me senté justo a su lado y de inmediato él dijo.
-¿Cómo estás?.
-Muy bien Ramiro ¿Y tú?-Él sonríe, su sonrisa es muy blanca a decir verdad tiene una hermosa dentadura.
-Estoy súper agradecido con la vida de tenerte aquí.
-No es para tanto.
-Bueno, ahora sí, cuéntame de tu vida.
-Antes de eso, ¿Qué te parece si vamos al bar más cercano?-Propongo y él asiente.
-Esta bien, vamos en mi auto-Subimos a su auto, y nos vamos para el bar más cercano, en este caso el bar que queda en mi linda ciudad amurallada.

Pedimos un cóctel el cual estaba delicioso.

Y nos disponemos a hablar.
-¿Cuánto llevas con tu novio?-Preguntó.
-En realidad llevamos más de cuatro meses.
-Muy poco, ¿Pero lo amas?-Arquea una ceja.
-Si, se podría decir que si-Bebí de mi cóctel.
-Qué afortunado es ese hombre.
-Si, eso creo, ¿Y tú porque te divorciaste?.
-Bueno-Arrugó su rostro, parece que le es difícil recordar-Mi mujer me engañaba con mi primo-Quede boca abierta.
-Lo lamento, pero ¿Aún la quieres?-qué pregunta más obvia.
-Ya no, de igual manera ella está embarazada de mi primo, actualmente ellos viven juntos y bueno como dicen por ahí no hay mal que por bien no venga. Ahora están muy felices, es más, oficializaron su relación.
-Te admiró, yo no estaría contando la historia como lo haces tú.
-Me considero un hombre altamente pasivo, y eso es todo-sonríe, nuestras bebidas habían acabado por ello pedimos una botella de tequila.
Extrañaba beber, ya hacía meses que no lo hacía, y créanme que se siente súper genial.
-¿Bailamos un poco?-pidió Ramiro y se colocó de pie, como negarle el baile.
Nos pusimos a bailar un vallenato, la verdad no es que Ramiro sepa mucho de bailar, es un torpe con los pies, pero lo supe coordinar.
Sus manos estaban puestas en mi cintura, y su rico olor a perfume navegaba en mi olfato.
-Hueles bien-le digo en el oído y él ríe de manera coqueta.
-Qué decir de ti, hueles a vida.
Estaba muy sudada, mi cabello se empezó a pegar a mi espalda y eso me daba fastidio, a decir verdad este mes todo me ha molestado, he cambiado de humor, me la paso vomitando y mi apetito ha aumentado.
El disco terminó y nos sentamos otra vez, lleve a mi boca un trago amargo y luego chupe una rodaja de limón.
-Eres una dura bebiendo-Exclamó Ramiro mientras me miraba con impresión.
-La costumbre mi amor-le respondí en un mar de risas, ya el alcohol empezaba a joder mi vida.
-Coral, tu novio no es celoso ¿Me dijiste?-Preguntó.
-No, para nada, él es el hombre más tranquilo que hay en este maldito mundo-Solté una carcajada.
-Eso es porque no te quiere-Respondió, y su comentario me dejó dudosa.
-¿Por qué lo dices?-Llevo a mi boca otro trago y agite mi cabeza para no marearme .
-Nosotros cuando amamos cuidamos a esa persona como una joya, pero cuando no nos importa una vieja, solo la tomamos por diversión, y luego la tiramos.
-Si, eso lo sé-Dije obvia.
-Ese novio tuyo en verdad no te ama, le pongo la firma-Sirvió otro trago y me lo ofreció-Te voy a dar un consejo.
-Si dime-Dije atenta con los ojos abiertos.
-Nunca pero nunca le demuestres amor a nadie, por mucho que estés enamorada, jamás lo hagas, porque más luego se apoderan de tus sentimientos y luego te traicionan. ¿Sabes por qué?-niego-Por que ellos sienten que luego tú los vas a perdonar, y si, los perdonamos, pero más luego te engañan una y otras cien veces más.
No creo que Deivis sea capaz de eso, él es un hombre de negocios y muy serio en sus decisiones.
-Bueno ya dejemos de hablar de eso-Dije Para calmar la tensión, no quiero andar de celosa, imaginando con que mujer estará mi novio.
Ya son las doce de la noche, mi cabeza está dando vueltas, vueltas y vueltas no puedo siquiera pararme, por su parte Ramiro también está ebrio y está hablando mucha mierda ya.
Está diciendo que va a volverse un fantasma y me va a robar. Este hombre es muy chistoso.
-Coral, tu-Me señala-Me gustas un montón.
-¿Verdad?-asintió tomando mi mano.
-Si, me gustas, ¡Joder!-Exclama, sus ojos estaban medio abiertos y su voz estaba muy ebria. Quizá ni sepa lo que dice este hombre.
-Me tengo que ir, tengo que cuidar al hijo de mi novio y a mi hermana-Ramiro tomó mi mano nuevamente.
-Si tu novio te falla, no dudes en venir donde mí, aquí obtendrás refugio y mucho amor de mi parte-Esas palabras me llegaron al corazón y sin pensarlo sonreí.
-Lo mantendré en cuenta.
-Oye coral, ¿Me das un abrazo de amigos?-Me pide y como negarle.
Le doy un abrazo, y pude sentir el suspiro que él dió, su cabello estaba todo mojado al igual que su camisa.
-Enserio me gustas Coral-Musitó cerca de mi oído.
La verdad él es un hombre muy atractivo, tiene hermosos ojos y una mirada arrasadora, si tan solo no estuviera con Deivis me hubiera dado una oportunidad con él.
-Me tengo que ir Ramiro-Me despido dejando un beso en su mejilla.
-¿Qué fue eso?-Me pregunta y yo sonrió.
-Un beso con cariño.
-Mas nunca me lavaré la cara.
-Eso espero-Le sonrió.
-Linda, ¿te puedo llevar?.
-No, como crees, estás ebrio podríamos chocar. Más bien pediré un taxi para ti, y uno para mí.
-Me gusta que me cuides-Le digo segura.




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