-Si tu novio no te quiere embarazada-Pauso sus palabras.
-¿Qué harás al respecto?-Cuestionó sin previo aviso.
-B-bueno, te llevaría a vivir conmigo-Su voz se cortó y eso me dió mucha gracia.
-Si así lo dices, pues porque no irme a vivir contigo-Dije emocionada.
-Pero eso es si el imbécil de tu novio no se hace cargo, no quiero que más luego me maten por andar de metido-me aclara.
-Lo se, tonto-coloco los ojos en blanco-Ademas mi novio no se atrevería a tanto.
En cuanto estamos hablando la mirada de Ramiro cambia, sus ojos estaban mirando mis labios, me sentí incómoda por un momento por eso opté por hablar.
-Creo que voy al baño-me levantó de la cama y me dirijo al baño mientras que él pasa la palma de su mano por encima de su rostro, está avergonzado.
-Te esperare-Grito a lo lejos.
Hice mis necesidades, y luego salí del baño en cuanto regreso no veo a Ramiro, bueno por lo menos debe de estar ocupado, o quizá salió a comprar algo.
Me senté en la cama y tomé mi teléfono para ver si había alguna notificación, pero nada.
Solté un suspiro agotador, estoy segura de que deivis sabe sobre mi paradero, quizá esté molesto o no sé si solo me está castigando.
O quizá esté muerto, Dios, no, no, no puedo estar imaginando estás escenas tan salvajes. De nuevo. Le doy un jalón de cabello a mi cabeza.
-¡Me estoy volviendo loca, maldita sea!-grité en medio de la sala, de inmediato mi corazón empezó a latir muy fuerte. Esto me da cada vez que entro en pánico.
Ya estaba empezando a preocuparme por ello, hice una técnica que me enseñó la psicóloga para controlar mis nervios.
Ya me siento un poco más tranquila, mi respiración volvió a la normalidad.
-Hola coral, mira lo que te traje-Dijo Ramiro mientras entraba a la habitación. No sentí en qué momento entró.
En sus manos tiene unas medias blancas.
-Están muy bellas-las agarro. Le había dicho a Ramiro que la noche aquí era muy fría, y lo más probable era que necesitaba unas medias, y bueno, me las trajo, eso me da a demostrar que él es un hombre muy atento.
-El señor de la tienda me dijo que no son alérgicas-Le sonrió.
-Me encanta que seas muy especial conmigo.
-Eso no es nada, mi vida.
Nos pusimos a platicar un poco, el pasar tiempo con Ramiro hace que mis momentos de ansiedad se vayan, y créanme es demasiado extrovertido.
-Ya es de noche, coral.
-¡UPS! No me había dado cuenta, es que contigo el tiempo se va volando.
-Digo lo mismo-Me sonríe de manera tierna.
-Ramiro-El me mira atentamente.
-Sí, dime mi vida.
-Ramiro, tengo que aclararte que yo aún amo a mi novio-Tenía que decirle, él se ha portado muy lindo conmigo, pero no quiero que mal entienda las cosas. No quiero herir su corazón.
Su rostro se marchitó, pero de repente sonrió como si nada hubiera sucedido.
-No te preocupes, lo entiendo. Eres una buena novia ¿Lo sabías?.
-Lo siento, deberás-Agacho mi rostro.
-Para nada, es normal que aún lo ames.