Me encontraba en la secundaria, cómo toda estudiante preparandome para los exámenes de admisión. Tenía muchísimas ansias de entrar y comenzar de nuevo un capítulo del destino, pero también estaba asustada al comenzar en otro lugar mi vida. Odio tener que estar obligada a las decisiones de mi madre pero soy menor de edad, así que tenia que aceptar lo que ella diga.
Al salir de la escuela me dirijo a una de mis librerías favoritas que es parte de mi rutina, por suerte mi mamá seguía en el trabajo talvez platicando con sus compañeras sobre sus experiencias, o talvez realizando cuentas de las ventas del trabajo, quien sabe, pero el tema era que estaba ocupada.
Al entrar a la librería me dirijo a mi estante favorito: suspenso. Encuentro un libro con portada interesante y empiezo a leerlo. Era de esperarse que me adentrara en la historia y se me pasara el tiempo leyendo. Al terminar el libro me doy cuenta que tardé 6 horas sentada leyendo ese increíble libro y al checar mi celular tenía 27 llamadas de mi madre. ¡Que horror! De seguro estará furiosa cuando llegue a casa. En fin, llegué a casa y empieza la discusión. Después de tantos gritos e insultos llegamos a un acuerdo.
Son las 6 de la mañana y estaba nerviosa pues hoy eran los exámenes. Ayer me puse a estudiar una vez más para rectificar mis conocimientos. Me metí a la ducha para aliviar ésta tensión que me dominaba junto al nerviosismo, al adentrarme en el agua sentía una ligera descarga de estrés y preocupaciones. Al salir de la ducha me puse mi uniforme bien aromatizado, planchado, libre de manchas y bien acomodado; seguido de eso me puse las calcetas y los zapatos que estában súper boleados y brillantes. Me amarré el cabello a manera de hacerme una cola de caballo con rizos.
Mi madre me estaba gritando desde la cocina que bajara. Yo al escuchar su grito le respondí que me estaba arreglando. No quería tensarme con sus gritos, así que trataba de no responderle de la misma manera.
Chequé de nuevo mi lapicera para verificar que tuviera los lápices necesarios con punta, goma y sacapuntas.
Al bajar a desayunar encuentro en la mesa un buffet de comida que me hacía ¡agua la boca!. Había un poco de todo, milanesa, ensalada de verduras, agua de naranja, espagueti, cóctel de frutas, malteada de chocolate, una rebanada de pastel, en fin había un manjar de comida frente a mis ojos. Estaba sorprendida al ver los alimentos y pensar ¿en cuanto tiempo realizo todo ésto mi madre?
En fin, comí un poco de todo ya que no quería atiborrarme de demasiadas cosas. Al terminar subo a realizarme una limpieza bucal, ya que ¡no puedes asistir a la escuela con mal aliento!. Al concluir ésta actividad bajo las escaleras para dirigirme a la puerta de entrada e irme rumbo a la escuela. En el transcurso del camino voy leyendo uno de mis libros favoritos: "Drácula de Bram Stocker", al llegar a la escuela me tropiezo con un chico y se me caé el libro de la mano, me arrodillo para levantarlo pero el chico se apura y lo agarra, al ver la portada me lo entrega y me dice: "tienes buen gusto en la lectura", ésto me impactó y al levantar la mirada hacia él me sonríe. Me dí cuenta que éste chico era un lector como yo, pero no tanto porque él no leía al entrar en la escuela o a la hora del receso, tampoco se dirigía a alguna biblioteca después de la escuela. Él era un poco alto, medía más o menos unos 1.65 cm, tez morena clara, sus ojos son color café intenso y con mirada penetrante, naríz es pequeña, pelo corto de color negro/café, creo que tiene 15 años, su voz es dulce pero un poco seria y también es sociable, en cambio, yo soy una chica que mide 1.50 cm, pelo largo color café amarillo, tengo tez morena clara, mis ojos son color café claro, brillantes un poco grandes, tengo 14 años, mi voz es seria con un tono bajo.
Al salir de clases, me dirijo a un lugar solitario de la escuela para terminar de leer mi libro. Al encontrar ese lugar deseado me siento y abro el libro en la página donde me quedé, después de 5 min no logro concentrarme en la lectura ya que a lo lejos escucho voces, al escucharlas me paro de inmediato y me escondo detrás de un arbusto para que no me vean, al esconderme me vuelvo a sentar y realizo todo mi esfuerzo por concentrarme en la lectura. ¿¡Cuando va a parar ésto!? Me dije a mi misma mirando hacía arriba, poniendo los ojos en blanco y tapando mi cara con el libro; en un instante siento que alguien se para detrás mío, me arrebata el libro de mis manos, lo que acto seguido levanto la mirada y veo al mismo chico con el que me tropecé en la entrada de la escuela. - Hola -me dice con un tono agradable - ¿Qué estás haciendo por aquí?- me pregunta - leo un libro- le dije con tono tímido, el chico me mirándome con sospecha agrega -¿Acaso nos estabas espiando?- me levanté y dije -No, ni siquera sabía que estaban aquí- el amigo del chico me preguntó -¿Y si estabas leyendo, porque lo hacías detrás de un arbusto?- no pude evitar sonrojarme al escuchar esas palabras y comenté -eso no te incumbe- miré al chico y le pedí mi libro amablemente lo cual el argumentó -espérame en tu biblioteca de siempre al terminar las clases, ahí te lo devolveré- me enfurecí mucho el saber que no tendría mi libro por un tiempo, así que intenté arrebatarselo y el hazlo el libro en mano impidiendome tenerlo, brinqué para agarrarlo pero el se inclinó para atrás, seguía brincando para obtenerlo pero era imposible, al bajar del brinco me tropiezo con una piedra y caigo encima de él tirándolo hacia el pasto al darme cuenta que estaba sobre su pecho me levanto sonrojada y me voy del lugar rápidamente llorando de la vergüenza.