—No puedes hacer esto, soy mayor que tú, en la tierra era tu novio y en el infierno soy tu hermano.- dice apenas con un hilo de voz, y decido ignorarlo antes de que sea peor la situación, adentrándome más al bosque encuentro la piedra de los sacrificios dónde lo dejo reposar en lo que preparo aquel sacrificio de traición.
—Una muerte lenta se ha de merecer por querer hacerme olvidar, ha ese hermano traicionero que intento matarme de dolor, hoy es tu castigo por traición y no volverás a ver la luz ni con tu dolor al sacar del corazón la daga del poder.– voy diciendo en lo que convierto una rama encantada en la daga sagrada, me acerco a el y Terminó diciendo.— dolido y perdido en el Olimpo vas a caer.–esta muy débil y solo está esperando lo peor y es ahí cuando sumerjo la daga en su pecho hasta llegar al corazón dando unas dos vueltas para volverla a sacar y meter repetidas veces hasta dejar de escuchar sus plegarias, sus gemidos de Dolor.
El matar a un demonio no es tan fácil así que me prepare bien, para terminar agarro un bote con agua bendita que me dieron entrando en el internado, saco la daga del pecho y observo la fingida tranquilidad que se ve en su rostro y al mismo tiempo contemplo el agujero que hay en su pecho y es ahí donde vierto el agua para que haga la reacción donde el se retrocede del dolor de manera exagerada y segundos después se ve como sale el demonio del cuerpo de aquel mundano, aquella persona no merecía morir así que me acerco a el y beso su frente como disculpa, era demasiado inteligente como para que la vida se le arrebatará desde aquel momento que fue escogido para ser la máscara de un animal y es ahí cuando me sentía más relajada pero con un fuerte dolor de cabeza por lo sucedido, me siento en la tierra recargando me sobre la piedra, pues es ahí donde se repite la historia, el estar viviendo lo mismo una y otra vez hasta este momento que es el final, debo escoger mi camino y mi juzgado no será nada fácil y es ahí donde vuelvo a vivir a recordar a sentir todo lo sucedido en estos tres años, pero con la conciencia y alma bien despiertos.
Pasaron los días y me estaba recuperando bastante rápido aunque faltaba mucho a la vez pues iba descubriendo mis poderes poco a poco pero de forma que cansa mentalmente que prefieres morirte pues no es como que con una siesta de cuatro horas te recuperes, todo lo sentía bien pero dentro de poco está tranquilidad acabará estoy esperando y me pone nerviosa como voy a morir o bueno matar al cuerpo que poseo; la forma que pasó esto fue de manera pública y a muchos les está ayudando a saber quiénes son, a no tener medio a las reglas del lugar que realmente todo lleva a la muerte hasta es un cuento aburrido a decir verdad, ahora parece más una escuela, veo peleas, abusivos, defensores y yo prefiero mantenerme neutra pues si hago algo me pueden hasta expulsar por el hecho que les desbloquee los recuerdos, pero aún así siento que seré defensora por un rato al menos pues hay un alma que me llama mucho, una niña de primer año, tendrá apenas unos 12 años es muy tierna, delgada y miedosa, perfecta para mí.
—hola.- le sonrió de forma sincera pero aún así se asusta.
—ah hola.- desvía la mirada, parece que quiere irse.– tu eres quien mató al chavo hace unos dos días?.- ahora sí me ve directo a los ojos y eso me llega de sorpresa pero me da un poco de risa esa curiosidad.
—no lo mate, lo envíe a otra dimensión.-que básicamente es mi mismo.- no pienso hacerte nada, ¿Sabes? simplemente me volví defensora por lo sucedido debo tener varios cambios y prefiero este que es más fácil de cumplir pues así como puedo llegar a hacer tu mayor pesadilla puedo llegar a hacer un angelito, tan así que no me hicieron nada por el escándalo.- le sonrió un poco.
—eso de los defensores no me agrada y nadie me ha hecho nada así que prefiero que no te me acerques, también puedo llegar a hacer tu mayor pesadilla, solo mírame a los ojos.– algo me obligó a hacerle caso y si, sus ojos son portales a los peores y más profundos miedos, sueños, a un mundo inimaginable para una persona, es un demonio será más fácil tratarla.
—te servirá eso por un tiempo pero yo tengo mucho más poder del que imaginas.- con algo que aprendí fue enviarle a sus ojos imágenes sobre quién soy, quien fui y quien seré, junto con ella y algo de su futuro, se quedó perpleja y no dijo más, desvió la mirada y se fue, no la perseguiré pero será fácil tenerla cercas.
Después de eso me dirigí a la dirección a ver qué me dirán ahora.
—Buenos días director.–me quedó parada en la entrada a recibir una invitación de pase.
—Buenos días, sienta te.–extiende su brazo y dirige la mano a la silla que está enfrente de su escritorio, es un espacio bastante amplio y muy minimalista, un escritorio color gris, sillas negras, solo tiene una computadora cerrada centrada en el espacio a lado una pequeña libreta con una pluma, detrás de el hay un estante llena de libros y todo lo demás es pared gris con detalles blancos, viste formal con siempre, es una persona ya mayor tiene una barba bastante cuidada y todas sus facciones son muy marcadas, me siento cruzando las piernas y le sonrió de forma hipócrita.
—Bien, como habíamos hablado no tendrás castigo alguno pero si tendrás que pasar por unos meses otras dos asignaturas, meditación demonial y psicología pacífica.–me extiende una hoja donde está la información.– Dependiendo de sus avances contigo, se te quitarán las asignaturas y seguirás normal con las demás clases, si no tendrás mayores consecuencias, ¿entendiste?.– se me queda viendo para que responda.
—Si, está bien, entonces, ¿desde cuándo empiezo?.
—Como son clases nuevas, estarán disponibles en una semana, serás el primer paciente y si ya no tienes dudas puedes retirarte a tus clases.– Se endereza y abre la computadora, yo me levanto y salgo en menos de un segundo, las clases que me faltan ese día era educación física, dónde nada más nos ponen a correr durante media hora y después juego de vóley.
El tiempo pasa rápido y saliendo de ahí me voy a la comedor donde compro una hamburguesa con papas fritas, un refresco, agua y golosinas me dirigí dónde siempre me veo con mis amigas siempre es afueras del comedor, tiene cuatro entradas, pues es el corazón de todo el internado, es bastante amplio y lo que nadie sabe, ni yo hasta ahora, es que el comedor tiene sus divisiones dependiendo del tipo de poder, nivel, o lo que sean esas personas y de hecho tiene una peculiar forma de estar, hay mesas redondas, cuadradas, unas partes son más claras y otros más oscuras, hay unas de diferentes colores, y como siempre hay mucha gente, son seis cocineras y dos cajeras, hacen comida de todo y venden de todo y eso me gusta, avanzo hasta salir del comedor por el lado derecho paso un pasillo un poco estrecho y largo saliendo por una puerta más pequeña y de ahí salgo para el área verde hay varias bancas y está cercas del bosque, es algo encantador pocas personas vienen acá, normalmente nos sentamos en el pasto, pues es más área verde, cuando llegó ya están mis amigas esperándome mientras comen y platican animadamente simplemente me siento en silencio y escucho su charla.