Único Capítulo

Durante siglos había esperado a esa persona especial esa que dicen que es tu alma gemela, con la que recorrerias el mundo entero sin importar nada, pero ¿qué ocurre cuando llega y no es lo que imaginabas?

Yacía tumbado en un banco del parque con un brazo bajo la cabeza, el sol me cegaba por completo y cuando cerré los ojos para librarme de él me quedé dormido. Al abrirlos de nuevo comprobé que era de noche y no solo eso sino que un chico me observaba a pocos pasos sentado en el suelo. Su pelo negro caía sobre sus ojos azules que no pestañeaban fijos en mí. Me incorporé irritado.

- ¿Eres del clan de Genji?

Me quedé paralizado momentáneamente ¿de qué me conocía?

- ¿Quién eres?

- Blau.

No podía creerlo. Blau era el guardián del que todos hablaban en mi clan, el que primero fue un guerrero poderoso al que hicieron guardián y tras eso abandonó su clan. Era un héroe y un traidor a partes iguales. Siempre me había fascinado su historia.

- ¿Qué necesitas?

- Tu sangre.

No pude evitar reírme.

- ¿De qué hablas? Además de abandonar a tu gente ahora robas sangre.

- Si la robase no te estaría hablando, te habría atacado.

- Bien visto - Me levanté sin creer en sus palabras, él imitó mi gesto. Su altura era la misma que la mía.

- Prometo que será rápido e indoloro.

- No, gracias.

Le di la espalda y comencé a andar, a los segundos miré por encima del hombro comprobando que no se fuera a lanzar contra mí. Había desaparecido. Al volver la vista al frente allí estaba. Tuve que parar en seco para no chocarme con él.

- No soy el único que te está buscando y créeme soy tu mejor opción.

- Si creías que me lo iba a tragar, lo siento.

Vi como ponía los ojos en blanco, sin decir nada agarró mi mano tirando de mí. Aunque intenté resistirme él era más fuerte. Me puso tras un árbol con él a mi espalda.

- Observa - Señaló al banco donde estuve minutos antes. Un grupo de hombres con gabardinas negras olfatearon alrededor del asiento y uno de ellos indicó el lugar por el que nos habíamos ido - Vienen a por ti.

- Genial - Dije tratando de ocultar mi temor.

- Si confías en mí todo será distinto.

Apretó mi hombro y se interpuso en su camino. Los hombres le rodearon, opuso resistencia pero eran más que él. Di un paso hacia delante pero su mirada se cruzó con la mía para negar con la cabeza. Cuando cayó un grito salió de mi garganta como un lamento. Los hombres desaparecieron y cuando corrí hacia él su cuerpo se evaporó.

Me agarré el pelo con desesperación girando sobre mí mismo hasta que vi una silueta sentada en el suelo donde le vi la primera vez. Dudé un segundo antes de correr hacia él. Ahí estaba con una sonrisa.

- ¿Cómo? ¿Qué acaba de pasar?

- Tenía que hacerlo, era la única manera de que otros no se llevaran tu sangre. He estado observandote desde hace unas semanas. Era lo único que se me ocurrió para protegerte.

Sonreí como un idiota y me lanze hacia él para abrazarle. Oí su risa mientras me abrazaba. Me aparté de inmediato.

- Lo siento, yo...

- Estoy encantado de que lo hayas hecho.