Una semana después,mientras el sol se escondía tras las montañas,Eleanor decidió dar un paseo.La niebla que cubría las colinas le daba a todo un aire de ensueño,y por un momento,sintió como si pudiera escapar de las cadenas de su vida diaria.
Sin rumbo fijo,dejó que sus pies la llevaran más allá de los límites de su hogar,hacia las colinas que separaban su propiedad de Dunraven.
El viento hacía que mirara hacia el suelo,y de repente al alzar la vista,lo vio. A lo lejos,entre la niebla,un hombre montado en un caballo negro.Aunque no podía distinguir su rostro,había algo en su porte que la cautivó al instante.
Sus corazones latieron al unísono cuando sus miradas se cruzaron en la distancia.
Él tiró de las riendas y se acercó lentamente.
Eleanor sintió cómo su respiración se detenía mientras el jinete se acercaba a ella.
—No esperaba encontrar a nadie por aquí a estas horas—dijo la profunda voz del desconocido.
Eleanor levantó la barbilla,sin dejarse intimidar por su presencia.
—Tampoco yo.¿Quién es usted?
El hombre la observó por un momento antes de responder.
—Soy Duncan Fraser,el dueño de Dunraven.
El corazón de Eleanor dio un vuelco.Allí,en medio de la niebla,estaba el hombre del que tanto había oído hablar,el misterioso Laird que había regresado tras años de ausencia.
—Lady Eleanor McAlister—dijo,devolviendo la mirada firme del Laird—.Supongo que también he oído hablar de usted.
Duncan sonrió levemente.
—Me temo que no todo lo que se dice de mí es cierto.
Eleanor sintió que algo dentro de ella cambiaba.El destino,que parecía haber estado dormido,acababa de despertar en las colinas de las Highlands.
Editado: 05.11.2024