Esa mañana me costó levantarme, en verdad sentía mi cuerpo muy pesado y el clima no ayudaba en nada con esa llovizna helada. Estaba tan bien allí, envuelto en los brazos de mi papá que siendo honestos no quería levantarme.
Pero él me instó a hacerlo. Así que en contra de mi voluntad dejé la cama y me fuí a duchar. El agua tibia me reconfortó quitándome esa modorra tan molesta.
Una vez vestido bajé a desayunar algo molesto por haber abandonado mi zona de conford. Desayunamos en silencio pero casi al final mi padre me dijo que Sarada pasaría por mí para acompañarme a la escuela. Esto me sorprendió sobremanera. ¿Por qué tenía que acompañarme? Ya era mayorcito y bien podía ir solo pero él aegumentó que se debía a mi estado de salud emocional y se sentiría más tranquilo si estaba con alguien. Si eso lo hacía sentirse bien no podría ninguna objeción pero empezaba a sentir que ella sería mi niñera y honestamente no me gustaba nada la idea. Era muy mandona.
- Papá dime la verdad ¿Qué me pasa?
- No es nada malo, solo que esa bebida tuvo un extraño efecto secundario en tí.
Sabía que algo me ocultaba, lo conocia demasiado bien como para darme cuenta pero cuando quise insistir sonó el timbre. Igual no me rendí
- Necesito saberlo
- Debe ser Sarada abriré la puerta - lo sujeté fuertemente del brazo sintiéndome molesto
- Es mi salud, mi vida, así que dímelo ahora - el timbre volvió a sonar pero no me importó - ¡Contestame!
Pero él se hizo soltar, estaba molesto eso era evidente y fue a atender. En efecto era Sarada quien venía por mí. Tan frustrado estaba que me levanté, tomé mi mochila y tras colocarmela en el hombro derecho lo miré con dureza. Él quiso agarrarme pero esquivé su roce. No admitiría nada de su parte si no estaba dispuesto a confiar en mí ni siquiera tratándose de mi propia salud.
- Boruto...
- Ya olvídalo - espeté - Es tarde - luego me dirigí junto a mi amiga dije - Vámonos o llegaremos tarde.
Sin esperar respuesta salí de mi casa. Durante el trayecto no intercambiamos palabra hasta llegar a la escuela donde se suponía estaría a salvó. Aunque no sabia de qué o de quién. Mi salud emocional hacia años que estaba deteriorada ¿,Cómo era posible que recién se diera cuenta? Era más que evidente que seguía dudando de mí, seguía cuidandose de su hijo anormal. Eso me dolía más que cualquier otra cosa. Sarada interrumpió mis pensamientos
- Si quieres hablar sabes que conmigo puedes contar
- ¿Para qué? ¿Para que me juzgues como lo hacen los demás?
- No, para que al menos sepas que cuentas con alguien que te puede entender
Esto me detuvo, voltee para mirarla atentamente. Parecía sincera, suspiré hondo al recordar cómo coqueteaba cada vez que veía a mi padre y me molestó.
- No, tú no estás siendo sincera conmigo - le dije dolido pero al querer irme ella me sujetó del brazo - ¿Qué? Te dijeron que seas mi niñera pero...
- No, te equivocas
- ¿En qué?
- En todo - de repente su mirada se volvió rojiza, debía ser por la luz - Primero no estoy interesada en tu padre porque ya me interesa otra persona, segundo si estoy siendo sincera contigo. Tercero no soy tu niñera sino tu amiga y sé que algo te sucedió porque ayer no estabas bien. Boruto no soy estúpida, te dieron algo además oí a nuestros padres hablar muy preocupados. Nada de todo lo que dices y haces es tu culpa...fuiste drogado. No sé por quién pero eso le decia tu padre al mío ayer.
- ¿Qué? ¿Drogado? Pero... - fue cuando lo recordé. El sábado a la noche tras beber esa bebida todo cambió.
- Nuestros padres están muy preocupados por tí...y yo también. Quiero ayudarte, es peligroso que andes solo Boruto...peligroso para tí ya que no se sabe quién colocó esa droga en las bebidas. Sé que fueron bebidas porque eso le dijo tu padre al mío ayer.
Eso me hacía sentir peor ya que confirmaba que mi amiga confiaba más en mí que mi padre, la persona que supuestamente me amaba. De pronto sentí ganas de llorar pero me contuve. Sin poder resistir la abrazé con fuerza sorprendiéndola y haciendo que se sonroje.
- No te alejes de mi...por favor Sarada...tú eres más sincera que mi padre...y...y...me duele...
- Me contarás todo luego ¿De acuerdo?
- Ok, solo espero que no me des la espalda como otros lo hicieron luego de saber qué me sucede en verdad
Cuando llegamos al aula Inojin había visto la escena que tuve con Sarada pero no pudo oír nada por la distancia. Pero al vernos que estábamos lo suficientemente cerca e incluso abrazados dijo en alta voz:
- ¿Qué pasó? ¿Qué me perdí? ¿Ustedes dos...abrazados? Boruto ¿Acaso no eras Gay?
Lo fulminé con la mirada y tras darle un fuerte empujón entré sin decir nada. No me importaba ser grosero, él me tenía harto. Aunque ¿Desde cuándo me sentía así? Nuevamente esa confusión en mi, quizás se deba a la droga que Sarada había mencionado en definitiva podía confiar más en ella que en mi padre. Otra vez el dolor y la rabia al saber aquello. Entré y directamente me dirigí a mi asiento pero Shikadai me interceptó con su acusadora mirada diciéndome:
- Inojin no tiene la culpa de tus trastornos
Me detuve y le clave tan fría y dura mirada que retrocedió aunque seguía mirándome como.si fuese un anormal, un bicho raro.
- No es asunto tuyo - dije con el tono de hielo - Ahórrate los comentarios Shikadai
Luego me senté en mi banco y crucé los brazos apoyando mi cabeza en ellos. Me molestaban todos con sus acusadoras miradas por el solo hecho de ser diferente. Sarada se sentó a mi lado para alivio mío. Suavemente me susurró:
- Sé que cuesta pero finge que solo fue un mal inicio. Será más fácil
- Estoy harto de fingir felicidad Sarada. No me he sentido feliz en mucho tiempo...ya te contaré todo más tarde
- Parece que alguien se levantó de malas pese a tener que dar muchas explicaciones - la inconfundible voz de Mitsuki detrás mío me terminó de alterar pero cuando estaba dispuesto a voltaer para saltarle a la yugular Sarada sujeto mi brazo susurrandome "Tranquilo". Sorprendentemente me calmó.
- No tuvo un buen domingo, no lo provoquen - me defendió ella y parece que funcionó porque no volvieron a molestarme.
Esa mañana transcurrió en calma luego de ese inicio. De hecho en el almuerzo todos mis amigos se sentaron conmigo y se comportaron más atentos y comprensivos de lo normal. Aún Mitsuki, Inojin y Shikadai. Así que supuse que Sarada les había contado algo y en efecto así fue. Mitsuki incluso se veía preocupado. Yo solo quería huir, regresar a casa junto a mi papá. Me sentía fatal por haberlo maltratado así. No había probado bocado y no tenía apetito. No deseaba nada.
- Boruto ¿Necesitas algo? - preguntó Mitsuki a lo que lo miré sorprendido.
- De echo si, que dejaras de mirarme con esa mirada acusadora y comiences actuar como el amigo que solías ser...pero como siempre solo deseo lo que no puedo tener. Así que...no, no necesito nada.
Ante mis palabras se produjo un silencio mortal en el que fui el centro de todas las miradas. Aquello me molestó y sin decir nada me levanté y me fuí. No soportaba tanta hipocresía porque ahora sentía que a excepción de Sarada todos los demás eran hipócritas. Sarada me siguió los pasos, aquello me tranquilizó ya que no me sentía solo. Cuando salimos del colegio un auto negro pasó frente nuestro mermando la velocidad. Tuve un mal presentimiento y sujeté a Sarada con fuerza. Cuando ví que bajaban la ventanilla y un extraño se asomaba con un arma en la mano apuntándonos a nosotros, todo sucedió en cámara lenta. Cubrí a mi amiga con mi cuerpo mientras recibía los impactos de dos disparos que nos arrojaron al pavimento. Inmediatamente nuestros cuerpos se impregnaron de mi propia sangre. El auto en cuestión aceleró , podía oír los gritos de la gente pero me centré en ella.
- Sarada ¿Estás bien?
- ¡Boruto!
Velozmente fui perdiendo la conciencia. Lo último que oí fueron los gritos de mi amiga pidiendo ayuda. Luego la oscuridad me envolvió y dejé de sentir.