Al día siguiente fuimos con Sarada al trabajo, en verdad me sentía muy bien. Había pasado la noche a su lado y puedo decir que disfrute muchísimo. No solo del amor que nos demostramos fundiendonos en uno solo, sino también de los momentos compartidos.
En cuanto a mi padre ¿Qué puedo decir? Ni me acordé de él. Fue como si nunca hubiese existido. La paz que sentía era impagable, con decir que no había dolor alguno en mi alma.
Pero al llegar al trabajo él me mandó a llamar urgentemente. Sabía que mi paz había llegado a su fin. Con gran pesar besé a Sarada disculpándome de ante mano.
Porque sabía que al salir de su despecho habría vuelto a caer en su embrujo amoroso sintiéndome fascinado y en las nubes. Sin deseos de ver a nadie más.
—No me rendiré Boruto — me susurró ella — Pelearé por tí y por tu amor. Sé que me amas.
—Quizás deberías buscarte a alguien que te merezca en serio...mi amor. —El dolor comenzaba a invadir mi alma maldita sea.
—Ni hablar mi amor, tú eres a quien amo.
Ella me besó fugazmente y se fue a su sector de trabajo. Yo dejé mis cosas en mi lugar y tras respirar profundo entrè a su despacho.
Estaba de pie contemplado la ciudad, de espaldas a mí. Apoyado en el vidrio de la ventana. Contemplé su figura y nuevamente perdí el aliento. ¿Por qué demonios tenía que ser tan apetecible?
Su voz me sacó del trance devolviendo me a la realidad. Estaba muy molesto y yo empezaba a excitarme. Maldita sea. ¿Hasta cuándo seguiré con éste amor que tanto me lastima?
Él volteó y me clavó la mirada, era una mezcla de furia y tristeza. Me ordenó que hechase llave a la puerta. Tragando en seco obedecí.
Luego me pidió que me acercase a él. Me sentía como un cordero frente a un depredador.
—¿Q-Qué p–pretendes papá? — no pude evitar mostrar mi temor.
—Me traicionaste —fue su dura acusación
—¿Qué? ¿Traicionaré? ¿Yo?
— Sí
— ¡No! ¡Tú lo hiciste al revivir tu relación con Sasuke!
Él me sujetó con fuerza y mientras me sacudía con fueria me dijo:
—¡No tienes idea de lo que pasé mientras estuviste inconciente! De no ser por Sasuke yo....yo...no estaría aquí de pié.
— Quizás habría sido mejor que esa bala me hubiese matado entonces.
Como respuesta él me besó con furia y pasión en la boca, mientras me estrechaba fuertemente entre sus brazos presionandome contra su cuerpo.
Yo me aferré a él y a ese hambriento beso posesivo sintiéndome su único dueño una vez más. Me verdadero amor regresaba a la vida y junto a él la intensa posesión. Por dios no solo lo amaba sino que deseaba ser su dueño, exclusivamente mío y de nadie más.
Mi papá hacía revivir mi lado más oscuro y sombrío. Mientras que Sarada despertaba mi luz interior, mi ternura. Era ese amor inocente, sincero y puro. En verdad estaba loco. Ya lo tenía asumido.
Mi papá me arrojó al escritorio mientras me desboronaba el pantalón y yo le hacía lo mismo. El deseo onubiló nuestra razón. Lo hicimos ahí mismo, sobre del escritorio. Sus alocadas embestidas me provocaban dolor y placer a la vez.
Cuando él se derramó dentro de mi y yo en mi abdomen recién respiramos paz. Pero estaba manchado, sin embargo él me mostró un bolso dónde me trajo una muda de ropas.
Sonriendo me dijo:
—Entra al baño y lávate. Pero recuerda bien ésto Boruto, tú eres mío. Me perteneces solo a mí. Pediré a Sasuke que traslade a Sarada a la otra sucursal de la empresa.
—¿Qué? P–Pero....
— Nada, no la toleraré aquí. De echo ya lo hablé con él y está de acuerdo.
—Papá....no....
—Si vuelvo a verte hablando con ella aunque sea por teléfono la trasladaré a otra ciudad solo a ella. Sé que Sasuke estará de acuerdo conmigo.
—En ese caso él también deberá ser trasladado....
—No hijo, lo necesito aquí conmigo. Por lo tanto Sasuke se queda.
—¡No es justo!
—Eres mío Boruto, mío solamente.
—Pero tú si que puedes revolcarte con Sasuke ¿Verdad...papá? — aquello lo dije con lágrimas en los ojos. Maldita sea cuánto me lastimaba éste amor.
Como respuesta él me abrazó con ternura logrando enamorarme cada vez más. Maldita sea. Odiaba saberlo en brazos de otro que no sea yo.
—No sabes lo que dices hijo
— No soy idiota papá — dije intentando hacerme soltar de su agarre — Suéltame
—No — me besó con tanta ternura y amor que me perdí en sus besos abrazándolo con fuerza.
—No alejarás a Sarada de mí y tienes la intensión de seguir junto a Sasuke. No es justo.
—No estoy con Sasuke hijo
—Mentira
—Estuve con él, ya no más.
—¿Cuándo?
—Cuando despertaste y reaccionaste en el psiquiátrico. Ahí acabé la relación, es la verdad hijo.
No pude evitar llorar, lo abracé con tal fuerza que él me consoló. Imaginaba cómo debió sentirse, en su lugar me habría despertado.
—Papá, tranquilo. No me iré de este mundo sin tí. Nunca te dejaría solo...yo te amo tanto.
—Y yo estoy loco por tí Boruto.
Nos besamos con pasión intensa logrando olvidarme de Sarada y ese puro y tierno amor para entregarme una vez más a éste intenso, salvaje e incestuoso amor pasional.
Nunca podría dejarlo. Nunca. Tenía razón, soy suyo y de nadie más. Él es mi padre y mi gran amor. Así como era suyo él era mío y nadie más. Tan pasional como enfermizo era este amor que nos une y ambos éramos consientes de que moriríamos antes de aceptar una separación.
—Lo mejor que puedes hacer papá es sacar a Sarada de mi vida porque yo no tengo la fuerza para hacerlo.
—Lo sé mi amor, lo sé. Por eso Sasuke está diciéndole todo ahora, él personalmente la llevará a su nuevo trabajo en la otra sucursal. Además tendrá un puesto jerárquico más alto.
—Genial. Aunque a ella no le gustará nada.