Ella estaba nerviosa ante su pregunta, pero antes de dudar y perder la oportunidad de conecerlo contestó.
Valentina: Claro, a mi también me encantaría conocerte más, ¿cuando nos vemos?.
Él con cara de satisfacción respondió.
Axel: Nos veremos el sábado en la tarde en el bob's coffee, espero verte allá muero de ansias. Adiós hermosa, debo ir a clases.
Ella no se lo creía, iba a tener una cita con el chico más hermoso del instituto, sin saber que eso sólo sería el comienzo de su perdición.
Alegre se acerca a su amiga y le comenta lo que ha pasado.
Valentina: Kiara no me lo vas a creer, Axel me a invitado a salir, nos vamos a ver el sábado en la tarde.
Kiara: ¡Eres muy terca Valentina!- expresó enojada su amiga- Después no digas que no te lo advertí, pero está bien eres mi amiga, no me queda de otra que apoyarte y servirte de confidente cuando todo esto explote.
Valentina: Tranquila querida ya veras que todo saldrá bien y que prontamente tendré a esa fiera comiendo de mi mano.
Terminada la tarde y saliendo del instituto se dirigían a sus casas como de costumbre.
Valentina estaba perdida en su mundo cuando de repente se acercó Axel en su motocicleta ofreciéndose a llevarla a su casa. Y ella sin dudar aceptó.
El camino fue muy silencioso, solo se hablaron para la dirección de Valentina, y en el momento en que llegaron él se despidió con un beso en su mejilla y se marchó.
Su madre que estaba en la ventana observando no dudó en preguntar quien era ese joven de apariencia temible y brusca.
Julieta: ¡Valentina! ¿puedes explicarme quien es ese muchacho que te ha traído?.
Valentina: Es sólo un amigo que conocí hoy en el instituto madre, - exclamó - o qué ahora no se me está permitido hacer amigos, - preguntó de manera desafiante-.
Su madre se quedó solo observándo como su hija subía las escaleras hacia su habitación y de manera decepcionada pensó, que le estaría pasando a su niña para que reaccionara de esa manera tan brusca hacia ella.
Valentina subió furiosa y sin razón alguna las escaleras y se dirigió a su habitación y de forma brusca cerró de un portazo, tirándose a su cama a pensar como sería ese encuentro anhelado con su futura perdición...