Amor Sin Altura - Libro 1 Shb

PRÓLOGO

Llegué a la universidad, era mi primer día de clases. 

Yo había elegido estudiar comunicación social y periodismo porque esperaba empezar a relacionarme un poco más con las personas y así dejar la timidez que, durante la secundaria, había cargado en mis hombros.

«Y también podrás encontrar un novio», habló una voz en mi cabeza y yo sonreí.

— Sí, también puedo hacer eso —susurré.

Caminé hasta la entrada de la universidad y un joven muy apuesto se interpuso en mi camino.

— Hola amor, te vi sola y como soy un alma noble he decidido que quiero acompañarte ¿Cómo te llamas?

«Recuerda, nada de ser tímida. Quizá el guapo que ahora está frente a ti podría ser tu futuro novio», repetí en mi mente.

— Soy Hemit.

— Hola Hemit, lindo nombre. Soy Carlos.

— Es un placer Carlos.

— ¡Carlos! ¿Ya le dijiste a tu amiga que yo soy tu novia?

Levanté la mirada y vi a una joven muy guapa quien me fulminaba con sus ojos.

— Tranquila amor. Ella solo me pidió información para poder llegar a su salón, pero ya le dije que no sé nada.

El joven se alejó de mí y caminó hacia ella.

— Vamos amor. Te invito a comer un helado —dijo él y se alejó en compañía de aquella joven.

«Era muy bueno para ser cierto», pensé.

Finalmente encontré el salón en el que estaban quienes serían mis compañeros durante los siguientes cuatro años.

— No hay nada más triste que estar sola, te lo digo yo que hace más de seis meses no tengo novio —decía una joven.

Yo la observé. Su piel era clara, su cabello rizado y de color cobrizo; cabello que en ese momento llevaba suelto hasta la espalda. 

Yo estaba sentada a su lado, esperando el inicio de la clase y entonces la joven me miró y pude ver sus llamativos ojos marrones. Ella me sonrió.

— ¿No crees tú que estoy en lo cierto? 

— Eh… sí, si tú lo dices —respondí.

— ¿Acaso tú estás soltera? —preguntó con una ceja izada.

— Si ese es el caso, yo estoy soltero —habló alguien más.

Giré para ver a quien había hablado, era un chico que estaba ubicado tras la joven de ojos marrones. El mismo era un castaño de ojos grises quien entraba fácilmente en el selecto grupo de hombres guapos. 

¿También haría parte del grupo de los granujas?

— Soy Juan Pablo —dijo él.

— Hemit —dije algo incómoda por la mirada que me brindaba el joven; mirada que me confirmaba que, efectivamente, él era todo un rompecorazones.

— Y yo soy Fernandhina, pero llámame Dhina —dijo la joven de cabello cobrizo—… y no te preocupes querida, pronto conseguiremos un novio para ti.

— ¿Y quién te dijo a ti que necesito uno? —pregunté.

— Cielo, todos necesitamos uno —respondió.



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En el texto hay: trillizos, humor y amistad, romance amor

Editado: 25.06.2020

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