Amor Sin Altura - Libro 1 Shb

CAPÍTULO 2

Después de haberme puesto el vestido y de que Dhina me hubiera maquillado, Juanpa me indicó cómo debía posar.

— ¿Debo explicarte nuevamente? —preguntó Juanpa en modo sarcástico.

— ¿Tengo que recordarte que no soy modelo? —cuestioné.

— Hemit, ¿quieres ayudar? Lo que estás haciendo ni si quiera se asemeja a una pose. Pareciera que…

— Está sacando la nalga para echarse un gas —intervino Dhina.

— Yo no echo gases.

— ¿No?

— No en público.

— Ya dejen de hablar y tú —Juanpa me señaló—, haz lo que te digo.

Pasaron las horas, horas en las que recibi muchas indicaciones de mi amigo y demasiados gritos por parte de mi amiga. Pero, al final, ellos decidieron dejarme en paz.

Los tres nos dirigimos al cuarto de Juanpa y él se sentó frente a su computador personal, el cual estaba encendido. Él conectó la cámara al puerto USB.

Por su parte, Dhina alzó la silla que allí había y la ubicó al lado de Juanpa para posteriormente sentarse. En cuanto a mí, yo decidí acostarme en la cama de mi amigo, la que estaba perfectamente ordenada.

— Me sorprendes Juanpa, pensé que eras como mis desordenados hermanos —expresé.

Esperé a que hiciera un comentario, pero como no dijo nada, seguí hablando.

— Ellos dejan su ropa en el piso y no son capaces siquiera de ordenar sus camas —dije.

Nuevamente no obtuve respuesta, lo que me obligó a cerrar la boca. Era obvio que ellos estaban concentrados viendo las fotografías.

— Esa está terrible —escuché que decía Dhina.

Yo solo me dediqué a oír en silencio sus burlas: 'En esa se parece a una bruja'. 'En esa parece una tabla, lisa por detrás'. 'En esa aparece con los ojos cerrados'. 'En esa tiene los ojos muy abiertos’. 'Esa está borrosa'. 'En esa…'.

¿Tan mal habían salido las fotografías?

Cuando me cansé de escuchar sus críticas, me levanté y los encaré.

— Ya sé que no soy una modelo, pero, eso no les otorga el derecho de hacerme víctima de sus burlas.

— Mira aquí es donde estás echando gases —dijo Dhina.

Tanto ella como Juanpa soltaron ruidosas carcajadas y yo empecé a sentir que mi sangre se calentaba.

— ¿Saben qué? Me voy y no me importa la estúpida promesa que hice, tengo diecinueve años y me importa un maní que piensen que no tener novio es sinónimo de chica fracasada.

Juanpa se ubicó frente a mí, interrumpienso mi caminar, entonces lo golpeé en la cabeza. Él se quejó, pero no se apartó, lo que sí hizo fue sujetarme por la cintura.

— Lo siento, perdóname por burlarme y por favor no te vayas; no te enojes por una tontería. Dhina y yo ya no seguiremos con las burlas.

— Está bien, pero quiero ver todas las fotografías y yo elegiré la que pondré en mi perfil.

— Bien —dijo, pero aún no me soltaba.

— Juanpa…

— Tu cintura es tan pequeña.

— ¡Aleja tus coquetas manos de mi cintura! —dije y él retrocedió un paso, entonces hizo un gesto con sus manos, indicando que me calmara.

Hemit, deja el drama y ven a ver tus fotografías.

Obedecí a Dhina. Me ubiqué a sus espaldas y vi cada una de las fotografías. Yo no era uma experta, pero no necesitaba serlo para notarlo. Mis amigos tenían razón, las fotografías eran terribles, exceptuando algunas.

— ¿Es esta de la que hablaban? ¿La fotografía donde no se me ve trasero? —despegué mi vista de la pantalla para mirarlos y ellos asintieron.

Volví a mirar la pantalla. Era verdad, en la imagen no se notaban mis nalgas.

— No eres tan buen fotógrafo ¿Cómo es posible que me vea sin trasero y cuadrada si practico actividades físicas? —señalé mis glúteos y después el resto de mi cuerpo— ¿Acaso estás ciego? Juanpa, yo soy delgada, pero tengo más de 95 centímetros de cadera.

— Tienes razón, soy muy mal fotógrafo —dijo.

— O quizá tú eres una modelo terrible —susurró Dhina.

— Escuché eso —comenté y después de mostrarme un gesto de inocencia, bajó su cabeza.

«Cobarde», pensé y quise sonreír, pero debía seguir fingiendo que estaba enojada.

Yo señalé la pantalla y volví a abrir mi boca.

— Me gusta el fondo, pero no quiero que vean los lugares que frecuento, así que, Juanpa, tú le pondrás un fondo de colores, no quiero que mi rostro tenga tanto arreglo; quiero verme natural.

— ¿Me hablas a mí? ¿Cuándo dejé de ser un mal fotógrafo?

— Aún sigues siendo un mal fotógrafo, pero sabes editar muy bien —respondí.



#24053 en Otros
#3526 en Humor
#37474 en Novela romántica

En el texto hay: trillizos, humor y amistad, romance amor

Editado: 11.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.