Amor Sin Altura - Libro 1 Shb

CAPÍTULO 11

Hemit.

Llegué a mi casa y vi a mis tres hermanos, parados y con los brazos cruzados. Yo rodé los ojos y resoplé.

— No ruedes los ojos, Hemit… —habló Andy.

— Buitrago… —siguió Dany

— Álvarez —terminó Harry.

«¡No puede ser! Estoy en problemas», pensé al escuchar que ellos me habían llamado por mi nombre completo.

— Si les cuento algo gracioso ¿Evitarán darme un sermón sobre lo que sucedió hace dos noches?

— ¿Qué tan gracioso? —preguntó Andy.

— Muy gracioso —respondí.

— ¿Estás segura de que es algo que puede hacernos reír a los tres? —preguntó Dany.

— Estoy segura.

— Bien estrellita, si nos haces reír, no hablaremos del tema —comentó Harry.

— Bien. 

Tres horas atrás.

Le había pedido ayuda a mis amigos y ellos, aunque estaban confundidos, aceptaron acompañarme.

— ¿Por qué estamos siguiendo al profesor Correa? —preguntó Juanpa.

— Pronto entenderás.

Seguimos al profesor hasta el laboratorio y lo vimos abrir dicho lugar.

— Escuchen, si el profesor sale y cierra esa puerta, perderé mi oportunidad de darle una lección a Carlos.

— ¿Por qué quieres darle una lección? —preguntó Dhina

— Porque ese engreído jura que en pocos minutos me dará mi primer beso.

— ¿Y por qué piensa así? —preguntó Juanpa

— Porque yo le pedí que me besara en el jardín de la universidad. Es una larga historia y el punto aquí es que primero muerta antes de regalarles mi primer beso al chico que ha besado a casi todas las chicas en esta institución.

— ¿Y qué planeas hacer? —preguntó Dhina.

— Esperen para ver. Ahora quiero que ustedes saquen su actor y actriz interior y distraigan al profesor mientras yo secuestro al anfibio.

— No estoy seguro de eso —dijo Juanpa.

— ¿Quieres que te perdone haber puesto droga en mi bebida gaseosa?

— Está bien.

— Yo estaré escondida —expresé.

Me alejé se ellos para posteriormente ocultarme de sus miradas y entonces Juanpa y Dhina fingieron estar discutiendo.

— Ese color de cabello te hace parecer a un mono aullador —expresó Juanpa.

«¡Oh no! No sigas por esa línea», pensé. 

Si había algún tema sobre el que no se debía hablar, ese era precisamente el color de cabello de Dhina.

— ¿Disculpa? —escuché la voz indignada de mi amiga, pero Juanpa la ignoró.

— Pensándolo bien te pareces a un tritón del este, pero en las mañanas juro que pareces un pez beta.

— ¡Pez beta tu abuela! —exclamó Dhina.

«¡Oh no!», volví  a pensar pues la abuelita de Juanpa también era una tema intocable.

— ¡Con mi abuelita no te metas!

— ¡Tú empezaste!

— ¿Acaso dije mentira?

— Murciélago yoda.

— Úrsula.

— ¿Úrsula? —preguntó Dhina.

Yo también me hice esa pregunta ¿Qué tenía que ver el personaje de la sirenita con mi amiga?

— Sí, ese labial rojo y el iluminador azul en tus ojos... ¿Acaso no has visto el maquillaje de Úrsula?  Te pareces a ese personaje.

No pude contenerme y reí, ahogando con mis manos el sonido de mi risa. Juanpa estaba aprovechando la oportunidad para criticar el maquillaje de mi amiga. Un tema que para Dhina también era delicado.

Mi amiga empezó a gruñir y a decir cosas que no alcanzacé a oír.

— ¿Te duele que te digan la verdad, rana tomate?

— ¡Cállate! Gato esfinge.

— ¿Qué sucede aquí? —interrumpió el profesor a quien no había visto salir por estar pendiente de la discusión de mis amigos porque sí, al llegar a ese punto, estaba segura de que ellos no estaban actuando.



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En el texto hay: trillizos, humor y amistad, romance amor

Editado: 25.06.2020

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