CAPÍTULO 13

Hemit.

Llegué a la universidad y cuando cruzaba por el parqueadero de la misma, un lindo automóvil captó mi atención y no pude evitar recordar a su dueño.

Miré a mi alrededor y no vi a nadie

¿Por qué estaba 3B en mi universidad? ¿Me estaría buscando?

Dudé sobre lo que haría en el momento.

«Esperaré a 3B», pensé.

Pasaron cuarenta minutos y nada, él no aparecía… y cuando pensé en irme a clases lo visualicé a lo lejos y me escondí.

A escondidas lo observé. 

3B era guapo, muy guapo; era quizá el hombre más guapo que había visto; era incluso más guapo en persona, pero…

«¡No! ¿Por qué tenía que ser así?», gemí en mi interior.

Debí haber tenido en cuenta que no todo es tan bueno como uno lo imagina.

Decepcionada, me dirigí al salón de clases.

— Han pasado diez minutos de clases, no puedes entrar Buitrago.

¿Podía mi día empeorar?

La maestra de expresión corporal cerró la puerta en mi cara.

Frustrada decidí, por primera vez, saltarme todas las clases y volver a mi casa.

Cuando llegué, entré y vi a Dany acostado en uno de los sofás de la sala.

— ¿Hemit?

— No, soy su hermana gemela.

Él se sentó.

— ¿Qué te sucede? ¿Por qué te saltaste las clases de hoy?

— Me sucede que hoy pude comprobar que soy la mujer con la peor suerte del mundo y por ese motivo estoy aquí.

— ¿Quieres contarme?

— Está bien.

Me senté a su lado.

— Comenzaré por decirte cómo conocí a 3B.

— ¿3B?

— Sí y no finjas desconocer de lo que hablo, tú leíste los mensajes de mi chat con él. Algo que por cierto no he olvidado.

— Hemit, solo presioné por error ese contacto de tu chat, te juro que no leí tus mensajes porque salí de tu chat enseguida.

— ¿Estás mintiendo para librarte de mi castigo?

— No y ahora dime quién es el tal 3B.

— Es Bernard.

— ¿El hombre que te rescató del club?

— Sí, ese mismo.

— ¿Qué tiene que ver él con el hecho de que estés aquí?

— Todo.

— ¿Qué es todo?

— Lo vi hace poco en la universidad. 

— ¿Te estaba buscando?

— No y no sé lo que hacía allí.

— No entiendo nada.

— Dany, yo a él lo conocí por medio de esa tonta página donde se busca parejas.

— Flecha...

— Sí, sí, la misma y por favor no la menciones.

— Hemit, ya deja de dar vueltas.

— Bien. El punto es que hemos estado hablando y él me pidió una cita.

— ¿Aceptaste?

— ¡No! Bueno estaba considerando aceptar, pero ahora ya no.

— ¿Por qué no?

— Porque no es mi tipo.

— ¿Eh?

— Como escuchaste.

— Hemit, él parece ser una buena persona.

— Sí, seguro.

— ¿Entonces cuál es el problema? 

— No lo entenderías.

— Pues explícame.

— Pues...

Dany no quitaba la mirada de mí así que suspiré y decidí decirle.

— Es pequeño.

— ¿Pequeño?

— Sí, yo soy más alta que él.

— Pero es un fotógrafo muy reconocido porque ya lo investigué, no es feo ¿Acaso el dinero y el físico de un hombre no es lo primero en lo que las mujeres se fijan? 

— No soy interesada y no soy superficial.

— ¿No?

— No, pero sí me fijo en la estatura.

— La estatura hace parte del físico de un hombre.

— Sí, como digas.