Hemit.
Estaba feliz porque faltaba un par de semanas para que finalmente llegarán las vacaciones.
Pero todavía me faltaban por hacer algunos exámenes.
— ¿A dónde irás a pasar las vacaciones? —preguntó Dhina.
— Mi padre, mis hermanos y yo iremos a las islas de San Andrés —dije.
— ¿Bromeas? Mis padres y yo también iremos al mismo lugar —comentó Juanpa.
— Eso es magnífico —expresé.
— Les tengo una noticia, yo también iré —comentó Dhina.
— Doblemente magnífico —dije.
— Esta vez tu hermano sí caerá —afirmó Dhina.
— Veo que no te das por vencida.
— Quien persevera, alcanza.
— Me da gusto saber que no estaré muy lejos de mis chicas —dijo Juanpa y nos abrazó.
Sentí su mano subir por mi cintura e inmediatamente me separé de él y vi que Dhina también se había alejado.
Ambas lo golpeamos en sus costillas.
— ¡Pervertido! —hablamos al mismo tiempo.
Juanpa sonrió.
— Ustedes no saben lo que se están perdiendo —expresó él.
— No me interesa averiguarlo. Yo solo tengo ojos para mi Dany —comentó Dhina.
— ¿Y tú? —preguntó Juanpa.
— ¿Yo qué?
— ¿Para quién tienes ojos?
— Estoy bien soltera.
Él me miró en modo analizador.
— Hemit, creo que tú debes volver a abrir tu cuenta en…
— Habilité mi cuenta otra vez.
— ¿De verdad?
— Quiero cumplir con lo que les prometí ¿Saben algo? Conocí a alguien y quedamos de ir a cenar esta noche.
— No puedes hacer eso; no vayas —expresó Juanpa.
— ¿Por qué no? —preguntó Dhina.
— Porque… porque no, tú no deberías ir —dijo él.
Juanpa se alejó de nosotras y su actitud me dejó confundida.
— ¿A ése qué le pasa? —pregunté.
— Créeme que si yo no supiera que tiene algo de interés por mí, juraría que él está enamorado de ti.
Miré sorprendida a mi amiga.
— ¿Siempre lo has sabido?
— ¿Por qué crees que hablo tanto de tu hermano cerca de Juanpa?
— Espera, explícame ¿Acaso tu interés por mi hermano es fingido?
— Al principio sí, pero cuando lo vi, la vez que fui a tu casa.
— ¿Hablas de la vez que Juanpa me drogó?
— Sí. Ese día me arriesgué a besarlo y casi me hice mantequilla, Dany besa de maravillas. Creo que desde ese día me enamoré de él.
— ¿Estás enamorada de mi hermano?
— Sí ¿Soy una loca?
— No, no estás loca.
La escuché suspirar.
— Aunque admito, que he pensado en rendirme con Dany.
— No lo hagas ¿Sabes algo? Ya sé qué hacer para que se fije en ti.
— ¿Qué cosa?
— Déjalo en mis manos; pronto entenderás.
Regresé a casa al terminar los exámenes del día.
Andy era el único que estaba allí. Él coordinaba todo lo relacionado con la construcción de la edificación para su bufete de abogados, desde casa.
— Hola Andy.
— Hola estrellita.
— ¿Todo bien con tu proyecto? —pregunté pues parecía estar estresado.
— Sí, el arquitecto y sus colaboradores ya han empezado la construcción.
— ¿Y cuál es el problema?
— Hice un estudio sobre el presupuesto y me falta fondos.
— ¿Puedes hacer un préstamo?
— No quiero endeudarme con ninguna entidad financiera pues eso me estresaría mucho más.
— ¿De cuánto dinero estamos hablando?
— De cien.
— ¿Cien mil pesos?
— No, estrellita, hablo de cien millones de pesos.
Mi boca se abrió por la sorpresa.
— ¿Tanto?
— La edificación que quiero, será de seis plantas.
— ¿Hablas de seis pisos?
— Sí.
— ¿Por qué tantos?