CAPÍTULO FINAL

Cuatro meses después.

Hemit.

Después de tanta insistencia por parte de Bernard, finalmente acepté ir a un hospital para saber cómo avanzaba mi embarazo.

Mi familia también había insistido en el tema.

¿Por qué?

Porque mi embarazo se había convertido en una oportunidad para ganar dinero.

Bernard y yo fuimos recibidos por Nat.

— Mamá está aquí.

— Ya lo imaginaba. Sus múltiples llamadas para saber a qué hora vendría, eran sospechosas.

Saludé a mi hermano y Bernard igual. Ellos se habían vuelto algo cercanos.

— Vamos.

Entramos al consultorio de Nat y él me hizo cambiar mi ropa por una bata de hospital; bata que podía abrirse por la parte frontal.

— Ya estoy lista —expresé al salir de su baño privado.

Nat me hizo acostar sobre la camilla que allí había.

— Muy bien, hermana, abre esa bata.

— ¿Por qué estás emocionado?

— ¿No te lo ha dicho? Nat y yo también hacemos parte de la apuesta —habló mamá.

— ¿Y están en el equipo…? —preguntó Bernard.

— De Harry —habló Nat.

— ¿Crees que Harry tenga razón? —preguntó mamá.

— ¿Acaso no estás viendo su vientre, mamá?

Sonreí al recordar que en mi casa estaban todos reunidos y que, justo antes de que saliéramos, Harry propuso una apuesta. Según él, serian tres y según Andy serian dos. Dany se unió a Andy y a ellos dos se unieron: Sander, Joel, papá, Karina, Paula, Luisa y Alejandra quien desde hacia poco más de dos meses había empezado a visitarme, durante los fines de semanas. 

— Hijo, ya empieza a examinar a tu hermana —habló mamá.

Bernard y yo estuvimos en el consultorio de mi hermano durante hora y media y luego salimos para dejar que Nat siguiera trabajando.

Mamá salió junto a nosotros y Bernard se ofreció para llevarla a su casa. Sobra decir que ella estaba más que feliz.

Tras dejar a mamá en su casa, mi prometido y yo fuimos a almorzar para celebrar.

— Llegamos —expresó.

Bajamos del automóvil y observé el restaurante frente a nosotros. Una sonrisa apareció en mi rostro cuando recordé que justo allí, Bernard había frustrado la que sería mi primera cita con un hombre.

— ¿Por qué aquí?

— Aquí tuvimos nuestra primera cita.

— No es así como yo recuerdo las cosas.

— También te traje para que no se te olvide que solo conmigo, tú saldrás.

— Como lo diga usted, señor posesivo.

Entramos y pedimos una mesa para dos.

— ¿Quiere que pida por los dos?

— Sí, mientras tanto, entraré al grupo de WhatsApp.

Entré al chat de WhatsApp familiar para dejar un mensaje.

'Familia y amigos, Bernard y yo estamos celebrando con un delicioso almuerzo, al llegar a casa les diremos cuántos niños serán. Solo para adelantar algo, sí es más de uno', escribí.

El primero en reaccionar fue Joel.

¿Sé fueron a almorzar? ¡Oh desconsiderados! Sabemos que disfrutan dejarnos en suspenso.

Otro mensaje apareció en el chat. Era de mi prometido.

Hemit es quien disfruta al saber que ustedes sufren por saber qué equipo es el ganador.

Levanté la mirada y vi a Bernard sonriendo. 

— ¿Quieres poner a todos en mi contra? —pregunté 

Te conozco amigo, tú también disfrutas al vernos sufrir. Andar con tu chiquilla diabólica te ha vuelto un ser manipulable; haces todo lo que Hemit te dice.

'Sander, ¿Chiquilla diabólica?', escribí y junto al mensaje envié la popular carita con aureola de ángel.

'No soy manipulable’, escribió Bernard y envió junto a su mensaje una cara de enojo.

Entonces empezaron a llegar caritas sonrientes de parte de Karina, Paula, Papá, los trillizos, Alejandra, Nat ¿Y mamá?

— Al parecer todos están conectados ¿Quieres que les digamos ahora? Interrogué.

Los mensajes seguían llegando y uno de ellos captó mi atención.

'Yo sé que son tres. Disfruten su almuerzo, pero no tarden. Hemit, tú y yo celebraremos que ganamos', escribió Harry.

— No. Un poco de suspenso no está mal.