Después de ese día no podía hacer otra cosa que no fuera pensar en aquel chico, aunque trataba de concentrarme en la escuela, hasta mi familia comenzó a notarlo.
-Anika que tienes hija no has comido bien últimamente- me preguntaba mi madre con su instinto maternal
-Nada mamá cosas de la escuela- tratando de evadir la situación.
-Hija sabes que es casi imposible que tu o alguno de tus hermanos me puedan ocultar algo- diciendo mi madre con su mirada de sueltan ya.
-Odio cuando te damos la razón mamá- poniéndole los ojos en blanco.
-Como debe ser siempre- orgullosa de si misma mi mamá.
-Es que hay un chico nuevo en quinto semestre que no tiene mucho de haber llegado pero siento que lo conozco de algún lado- explicando con la actitud más jocosa que pude hacer.
-Hay hija eso es todo, creo que te llegó tu primer flechazo- riendose un poco mi mamá con una mirada de comprensión.
-Mamá ea ti es diferente, porque aunque es guapo no es el primero en quien me fijo, nosé siento que lo conozco de algun lado o de otra época - diciendo desesperada.
-Mira hija, primero calmate, respira y piensa con claridad después, habla con tus amigos al respecto, ya sabes lo que dicen, 3 cabezas piensan mejor que una- desafandose mi mamá del tema.
-Creo que tienes razón otra vez mamá- riendome como tonta.
Lanzándose un beso mi mamá se fue a lavar los trastes y otras cosas de la casa mientras yo ponía la lavadora e iba a mi habitación a hacer mis deberes escolares con mi música favorita a todo volumen en los auriculares.
Al terminar me fui a preparar la cena, me senté con mi familia y me bañe y lave los dientes para ir a dormir, pero no podía esperar al día siguiente para hablar con mis amigos que me dirán.