Amor sincero.

Capítulo 29: Medidas extremas.

Dante

Espero una respuesta de parte de mi hermano y de mi cuñado Santino, ambos se han quedado callados después de lo que les comenté.

Pero lo mejor que podemos hacer es tener a las mujeres y a mi sobrino en la mansión que es donde tenemos mayor seguridad, era algo que había pensado desde que mi hermano me contó sobre el posible asesinato de mis padres, pero recién con lo que pasó con Andrea he conseguido una excusa para tenerlas aquí sin que sospechen las verdaderas razones. Los único que sabemos son Santino, Donato, y yo... Le dijimos a nuestro cuñado porque todos corremos peligro, y bueno Lía quien fue atacada y quién descubrió a eso seres.

—Pía hará muchas preguntas, ya saben que no se le escapa una —dice Santino rompiendo el silencio después de varios minutos.

—Le diremos que es por lo que ha pasado con Andrea, que los paparazzi no las dejarán en paz y que pueden atacarlas si están en el departamento —le explico mi plan, y en parte es real, porque la noticia de que mi mujer me engaña está por todas partes y estoy que mato a alguien por todas las barbaridades que dicen de ella, pero esto no se quedará así.

Nadie se mete con uno de los míos y sale ileso, esto solo afecta a mi ángel, es volver a su pasado. Estos malditos insensibles no solo están con esa foto y su supuesto engaño, sino que también han estado hablando de su pasado y la maldita bulimia de lo que tanto le costó salir a mi ángel, y no pienso permitir que vuelva a caer en eso por personas malintencionadas.

—Es una buena opción, y estoy de acuerdo en que lo mejor es que es que todos estemos en el mismo lugar y así poder proteger a nuestra familia —responde mi hermano de acuerdo con mi idea.

—Los apoyo en todo, si es por la seguridad de mi mujer y de mi hijo soy capaz de todo —declara mi cuñado.

—Bien, lo mejor es que esto quede entre nosotros. Mi mujer solo se preocuparía más y ya con lo que está pasando es más que suficiente —les explico frustrado.

—Entendido —responde Donato —. ¿Ya le has dado su merecido a ese bastardo? —me pregunta atento a mi respuesta.

—No, pero en unos minutos lo tendré en mi poder, y créanme que se arrepentirá por haber asustado a mi mujer y peor aún por haber intentado besarla como si fuese su dueño —hablo enfurecido de solo imaginarme dicha escena.

—Es lo mínimo que se merece después de haberla atacado y provocado todo este lío —asegura mi hermano.

—Creo que esto fue planeado, no, no lo creo, estoy completamente seguro de que así lo fue —dice Santino llamando nuestra atención.

—¿A qué te refieres? —pregunto confundido.

—A qué tenemos muchos enemigos, en especial, los presuntos asesinos de tus padres y de la madre de mi prima... ¿O acaso hay alguien más?

—Tiene sentido, y si aparte de ellos, están los que son nuestra competencia y sabemos que están esperando por vernos destruidos, pero... puede ser la madre de mi mujer, esa mujer es capaz de todo por jodernos la existencia, deberemos estar atentos —hablo pensativo —. Por lo pronto, no debemos confiar en nadie, tengan en cuenta que solo somos nosotros contra todos, cualquiera puede hacernos daños —les digo con seriedad.

—Si, solo somos nosotros, y lo mejor es que nadie aparte de nosotros tres sepamos las sospechas y el pan a seguir porque no sabemos si puede haber algún infiltrado entre nosotros —habla ahora Donato.

—Estas en lo correcto —respondo de acuerdo —. Bien, siendo que está todo aclarado pueden ir a decirles a sus novias, los estaremos esperando —les digo más relajado, aunque todavía me tengo que encargar de ese tipo.

                                                                      ***

Sonrío con malicia cuando veo que el niñato está que se muere del miedo, pero quién lo mando a meterse en dónde no debía.

—¿Te han atendido bien, mis hombres? —pregunto sarcásticamente.

—¿Qué es lo que quiere de mí? ¡Déjenme salir! —grita mientras forcejea con la intención de soltarse de las sogas que mis hombres le han puesto en sus manos y piernas para evitar que escape —. ¡Te denunciaré e irás a la cárcel!

—¿Siempre eres tan irritable? —pregunto con aburrimiento al tiempo que terminó de acercarme.

—¿Qué es lo que hice? —cuestiona cuando le lanzo una patada en el estómago.

—Tú único error fue meterte con mi mujer —gruño entre dientes mientras sigo golpeando su cuerpo sin importarme las consecuencias —. Me ha llevado mucho tiempo que mi mujer confíe en ella y que se muestre tal como es, para que tú vengas a joderle la vida, no me gusta que nadie lastime a mi familia y tú te has atrevido a propasarte con ella, así que ahora lo pagarás —hablo con furia sin detenerme, quiero acabarlo, aún recuerdo el miedo que vi en los ojos de mi stellina por pensar que no le creería.

¿Cómo no creerle al ser más puro de esta tierra?

—Hablas de la puta de Andrea... Lombardi —menciona riéndose al tiempo que escupe sangre.

—¡A mi mujer la respetas, malnacido! —le grito enfurecido por su insulto al tiempo que me agachó a su altura para agarrarlo del cuello y empezar a ahorcarlo —. Te arrepentirás de haberle hecho pasar ese mal momento.

—¡Dante detente que no vale la pena! —escucho un grito y reconozco que se trata de mi hermano, pero necesito acabar con este tipo, es un peligro para mi familia y en especial para mi ángel —. Dante, por favor, detente —habla más despacio al tiempo que lo siento a mi lado tratando de evitar que cometa una locura —. Piensa en Andrea, en nosotros, ... te necesitamos —me súplica provocando que suelte al inservible al entender sus palabras —. Eso es, todo estará bien, iremos a casa y lo olvidaremos —dice en un susurro.

—Nadie puede alejarla de mí, ella es mi vida —menciono en voz baja sintiendo miedo de perderla por cualquier paso en falso.

—Nadie te separara de ella —asegura al tiempo que me ofrece su mano para levantarme y lo acepto agradecido de que me haya detenido de hacer una locura.




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