Amor sincero.

Capítulo 38: Sorpresas.

Andrea

Dos años después.

Camino inquieta de un lado a otro esperando a que pasen los dichosos cinco minutos para que esa cosa arroje un resultado. Estoy segura que... estoy embarazada, pero quiero estar segura antes de decirle a mi hombre, está es nuestra mayor ilusión y se que se pondrá feliz.

Han pasado dos años más, y puedo decir que mi vida es la que siempre soñé. Tener a Dante en mi vida es lo mejor que me pudo haber pasado, él sigue siendo igual de amoroso como desde que lo conocí.

Llevamos casi seis años como pareja y sigo agradeciendo a Dios que me haya mandado a un buen hombre que me enseñó a amarme.

A mis veinticinco años soy una mujer plena y feliz, tanto como profesional como mujer y... Futura madre.

Salgo de mis pensamientos y me dirijo hasta el lavado que es donde he dejado la prueba de embarazo. En cuanto llego y observo el resultado mis ojos se cristalizan, dos rayitas, es positivo... voy a ser madre...

¡Voy a ser madre! ¡Vamos a ser padres! ¡Dante enloquecerá cuando lo sepa!

Sonrío con los ojos aguado, estoy feliz con la noticia y es que últimamente soñaba con eso, ambos lo soñábamos y es por eso que dejamos de cuidarnos, pero no creí que sucediera tan rápido.

Debo preparar algo para decirle la noticia a mi hombre, tiene que ser especial...

Dante ha salido con su hermano y Santino a no sé dónde y sé que no tarda en llegar así que empiezo a pensar dónde puedo guardar la prueba para que no se dé cuenta.

Mañana es nuestro aniversario número seis, así que mañana se lo diré.

Ahora debo actuar normal para que no sospeche, encima que ese hombre me conoce mejor de lo que yo me conozco.

                                                                           ***

Sonrío perezosa cuando siento unos besos húmedos en mi cuello para después sentir como me alza en sus brazos provocando que abra un poco mis ojos para encontrarme con sus ojos grises.

—Has regresado —susurro acurrucándome en su pecho.

—Si, y mi mujer estaba durmiendo en el sofá cuando tiene una cama, puedes contracturarte todo solo por no ir a descansar —me regaña con suavidad.

—Te estaba esperando y creo que me dormí —le cuento cerrando mis ojos para seguir durmiendo en sus brazos.

—Últimamente andas muy cansada —menciona y trato de no parecer sospechosa, así que solo asiento con la cabeza rogando que no sienta como mi corazón se ha acelerado —. Entonces dormirás todo el día para recuperar energías —me dice al tiempo que me deja sobre la cama, y me sorprendo porque ni siquiera me había dado cuenta de que habíamos llegado a nuestra habitación.

—¿Duermes conmigo? —le pregunto en un susurro sin abrir mis ojos porque realmente me siento muy cansada.

—Por supuesto, amor mío —escucho que dice para seguidamente sentir como nos acomoda a ambos en la cama, mi rostro queda sobre su pecho y enredo mis piernas con las suyas, y ahí es cuando vuelvo a sentir mi hogar.

Mi hombre y mi bebé, ahora somos tres.

                                                        ***

Observo todo a mi alrededor buscando algo que me ayude para darle la sorpresa a mi Dan. Le he dicho que quería comprar unas cosas para mi trabajo para no levantar sospechas.

Y ahora mismo me encuentro en el shopping, en la sección de juguetes. Y mis guardaespaldas se mantienen cuidándome, les he dicho que compraría unas cosas para Taddeo porque si no sería muy obvio.

Veo un peluche de tamaño mediano que es perfecto para lo que tengo planeado, lo agarro de inmediato y me dirijo hasta donde se encuentra la chica que me cobrara.

—Buenos días, señora Ferrara —me saluda la chica con respeto.

Todos parecen saber que estoy con Dante y bueno es que a él le encanta que todos sepan que soy suya.

—Buenos días, puedes ponerlo en una bolsa de regalo, y me harías el favor de... poner ese enterito que dice "vas a ser papá" sin que los grandulones se den cuenta —le pido lo último en voz baja para que solo ella me escuche.

—Por supuesto, felicitaciones —susurra al tiempo que agarra el peluche y se aleja.

Espero tranquila a que me traiga mi pedido, mientras observo mi reloj, aún tengo tiempo, pero prefiero regresar a casa para preparar todo.

Ambos nos hemos saludado por nuestro aniversario, pero nadie ha dado regalos aún... Y me intriga saber que estará pensando Dante, él no es un libro abierto como es mi caso, pero sé que algo está tramando.

—Aquí tiene señora —me dice la chica sacándome de mi ensoñación.

—Muchas gracias —agradezco al tiempo que agarro el regalo y me doy la vuelta para salir de allí.

Los guardaespaldas siguen mis pasos, pero no me incómoda ya que para estas fechas ya estoy acostumbrada a su presencia.

No puedo evitar sonreír de felicidad, mi vida era de por sí perfecta gracias al amor de mi vida y ahora que tendré a mi bebé todo será mucho más intenso.

                                                            ***

Me sorprende ver a mi cuñada Lía esperándome en la sala, se supone que hoy tenía guardia.

—Buenos días, cuñada —me saluda sonriente.

—Buenos días, ¿qué te trae por aquí? —pregunto intrigada.

—Eso dolió, creí que te alegrarías de verme —responde indignada.

—No me malinterpretes, me gusta que me vengas a visitar, pero creí que tenías guardia —explico divertida al tiempo que me acomodo en el sofá.

—Pues le pedí el día libre porque necesitaba hablarte de Maurizio —me cuenta poniéndose sería.

—No estoy en horario laboral, pero te escucho.

—¿Tú crees que nos den su custodia a Donato y a mí? —me pregunta ansiosa.

—Estamos trabajando en eso, tienes a tú tío como abogado y es el mejor del país, y pues me tienes a mi como Asistente social así que confío en que lo lograremos —respondo con esperanza —. Maurizio muy pronto será un Ferrara —le digo con seguridad y ella asiente con los ojos cristalizados.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.