Amor Surgente

꧁Capítulo 2꧂

"Los mejores cómplices"

Alice

Dylan vio la pantalla de su teléfono con el ceño fruncido y contestó.

Hola papá, ¿Qué pasó? hablo Dylan.

¿Qué?...

¿Cómo pasó?...

¿Hablaste con ellos o algo?...

—Eso no puede ser cierto papá, voy para allá —corto la llamada.

Sus ojos ya estaban llorosos y no sé qué pudo haber pasado.

—Chicos lo siento debo de ir a mi casa de inmediato, hubo una emergencia.

—¿Tus papás están bien? —fue lo primero que pregunté.

—Si ellos están bien, pero hubo un accidente y no sé... Dios no sé qué más pasó, no le entendí mucho a mi papá —empezó a temblar.

—Tranquilízate hermano te traeré agua —le dijo Tyler y entró a la casa.

—Me tengo que ir —dijo muy nervioso —¿Se van conmigo?

—Obvio vamos contigo Dylan —contestó Emma de inmediato.

—¿Pero y los chicos? —pregunto viendo hacia dentro de la casa.

—Les iré a avisar que nos iremos —Emma entro corriendo y a los minutos ya venía de regreso —Le dije a Tyler también.

—Bueno vamos y yo conduzco —le dije quitándole las llaves del auto.

No nos despedimos de nadie solo salimos corriendo de la casa de Tyler, nos subimos rápido al auto y conduje lo más rápido que pude a la casa de Dylan, en menos de cinco minutos ya estábamos ahí, bajamos del auto y caminamos a paso rápido para entrar a la casa. Sus papás estaban en la sala, Pamela lloraba y Roberto hablaba por teléfono.

—Papá ya estoy aquí, ¿Qué pasó? —Dylan hablo alterado.

—Hijo... —se voltea Pamela para caminar hacia él, abrazarlo y seguir con el llanto.

—Mamá necesito que me expliquen que paso, papá solo me dijo algo de un accidente con mis tíos y no me dijo más.

—Tus tíos y tu primo tuvieron un accidente de auto y están en el hospital.

—Debemos de ir para allá... —su papá lo interrumpió.

—No hay vuelos ahora, hasta mañana temprano y ya reservé dos, salimos a primera hora con tu mamá.

—Papá yo quiero ir.

—No hijo será mejor que te quedes aquí y Alice te pido que lo vigiles —solo asentí.

—Papá no es justo, también son mi familia —dijo al borde del llanto.

—Roberto hay que llevarlo —dijo Pamela, Roberto suspiro.

—Está bien hijo, reservare tu vuelo —dijo y llamó para pedir el vuelo.

—¿Las llevo a tu casa? —me preguntó.

—No te preocupes nos iremos caminando, solo son tres cuadras —afirme —Tienes otras cosas que hacer, al llegar a Londres me avisas para estar pendiente, ¿sí?

—Está bien, pero se van con cuidado.

—Tranquilo Dylan todo estará bien —lo consoló Emma.

—Cualquier cosa me llamas —me acerque y lo bese de una manera más profunda para que supiera que estaba aquí para él —Nos vemos luego —me despedí con un beso en la mejilla de los papás de Dylan, Emma también hizo lo mismo.

—Si cariño, las llamamos cuando estemos allá —dijo Pamela.

—Con cuidado en el camino —finalizó Roberto en el marco de la puerta.

Caminamos con Emma hasta mi casa, ninguna de las dos habló en el camino, solo llegamos nos cambiamos y nos acostamos en mi cama, las dos veíamos al techo.

—Descansa nena —susurró.

—Igual tú —contesté, ella ya no contestó, estamos muy cansadas casi son las dos de la madrugada y en unas horas tenemos clases.

No sé por cuánto tiempo se irá Dylan, él me contó que sus tíos y su primo se mudaron a Londres hace diez años por trabajo de su papá y desde entonces no los ha visto, si hay una que otra llamada, pero no se han visto en persona.

No nos dijeron la situación de sus familiares en el hospital y depende de eso se quedará allá... Cerré mis ojos y me quedé dormida.

· • —– ٠  ٠ —–  ·

Dylan

La alarma sonó a las cinco de la mañana, el vuelo sale a las seis y media así que me levanté luego a ducharme para estar listo, me estaba peinando cuando mi padre me llama desde abajo.

—Hijo ya tenemos que irnos —no conteste solo tome mi maleta y baje rápido, ellos ya estaban en la entrada de la casa con sus maletas.

—Vámonos —fue lo que dije, ellos asintieron y salimos de la casa para entrar al taxi.

Los tres íbamos en silencio para el aeropuerto y la verdad no sentí el trayecto, cuando sentí ya estaba sentado en el asiento del avión, el vuelo duró casi once horas y en ese tiempo solo dormí, la verdad me preocupa la situación en la que están mis tíos y primo, ellos siempre han sido de la familia más cercana y con mi primo Vidal éramos los mejores cómplices hasta que se mudaron a Londres ahí todo cambió. Salimos del aeropuerto para el hotel en que nos quedaríamos en estos días.

—Bueno nos vamos ya al hospital —dijo mi padre.

—Sí, tenemos que ver cómo están mis tíos y Vidal —comenté.

—Bajemos, nos está esperando un taxi en la entrada del hotel —salimos a la recepción del hotel y subimos de nuevo a un taxi.

—¿Papá en qué hospital están? —pregunté en medio del camino.

—En el Hospital Central de Middlesex.

—¿Falta mucho? —preguntó mi madre.

—Estamos a una cuadra, no se preocupe —comentó apenado el conductor ya que había un poco de tráfico. A los minutos llegamos.

—Gracias —dijo mi padre cuando pagó. Fuimos directo a pedir información —Disculpe necesito información de la familia Stone, ellos tuvieron un accidente de auto el día de ayer.

—Permítame un momento —dijo la recepcionista, empezó a teclear en su computadora —¿Ustedes son familiares?




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