Todos tenemos un pasado, sea bueno o malo pero nos sigue perteneciendo a nosotros, lleno de momentos que marcaron de una forma nuestra vida pero yo… definitivamente no quiero saber nada del mío por eso es que estoy aquí ante estas puertas buscando trabajo. ¡Dios! nunca pensé en buscar trabajo en un lugar así pero lo necesito, lo necesito desesperadamente porque ya me gasté el dinero que tenía y bueno no tengo experiencia pero este lugar será mi propia prueba personal, solo espero que me den el empleo…
Entro por la puerta y lo primero que recibo es el olor a alcohol y humo creo que es tabaco aunque no estoy segura, camino y miro el lugar, la luz es tenue pero es un bar así que no debe ser muy iluminado pero son las 7:30am se supone que por lo menos debería haber mejor iluminación para los que hagan la limpieza o algo así, veo unas pocas mesas pero una gran pista de baile las paredes son de un color oscuro no sabría decir con certeza que color es pero le da un toque de misterio al lugar, camino hacia la barra del final y observo la variedad de licores. Hay una gran cantidad y no reconozco ni la mitad de ellos. Esto definitivamente será interesante, escucho pasos acercándose y me pongo tensa no debería pero es difícil después de lo que he vivido giro lentamente y miro a un hombre alto, canoso y con una barriga cervecera diría yo pero eso no me consta.
— ¿Quién eres?— Pregunta con voz ronca pero no es un tono agradable de oír es como si estuviera enojado.
— Soy Amanda Miller, señor.— Digo con voz clara a pesar de que estoy un poco nerviosa.
— ¿Qué quieres?— Dice mirándome de pies a cabeza.
— Vengo por el empleo, la verdad no tengo experiencia pero aprendo rápido.— Pongo mi mejor cara, debo convencer a este hombre si es que es el dueño del lugar.
— ¿Qué te hace pensar de que te daré el empleo? Además no andas vestida de forma adecuada.— ¡Dios! este hombre me quiere regañar o qué le pasa, ¿Qué tiene de malo lo que uso?. Me mira como si no fuera de este mundo.
— Bueno, nada me hace pensar en que me dará el empleo pero como ya le dije aprendo rápido y tengo ganas de trabajar.— Bajo la mirada y veo lo que traigo puesto.—Y creo que me veo bien.— Digo encogiéndome de hombros.
— Mi nombre es Bill.— Dice con una sonrisa divertida. —Si de verdad quieres trabajar te daré un uniforme y hoy será tu día de prueba, tienes que ser amable con los clientes aunque sean cretinos, no los trates mal o te irás de inmediato, la antigua chica era una zorra así que duró bastante en este lugar hasta que decidió mudarse y he perdido clientela por su culpa, puede que sea una zorra pero los hombres la querían. Tommy te enseñará lo que tienes que hacer.— Dice Bill dándose media vuelta y dejándome sola.
La verdad estoy emocionada no puedo darme el lujo de regarla en mi primer día de trabajo. Me sorprende un poco lo que dijo de la antigua empleada, aunque no es mi problema espero que nunca se refiera a mí de esa manera yo no soy una zorra, me sé dar mi lugar y eso es lo que haré si es necesario.
Bill regresa con el uniforme en sus manos regordetas, me lo tiende y lo tomo con cuidado esto parece una broma de mal gusto. Miro fijamente las prendas, es un top negro y una falda del mismo color, el top dice BB BAR en letras blancas y gruesas, no me molesta el top pero la falda es demasiado corta, parece que la ropa de un recién nacido tiene más tela que esta falta.
Bill se ríe, es una risa extraña como si le estuviera desgarrando la garganta, creo que se ríe de mi mueca al ver el uniforme.
— Si no te gusta, no trabajas pequeña.— Tiene una mirada retadora en sus ojos azules.
— No estaría mal si uso mi pantalón esto es un poco corto para mí.— Digo levantando lo que se hace llamar falda.
— No puedes.— Su semblante es serio y se ve amargado otra vez, mostrando en su rostro más arrugas que antes. Mierda. Me arrepentiré de esto.
— De acuerdo, lo haré ¿A qué hora comienzo?— "Esto no es una buena idea" me dice mi subconsciente, ignoro su comentario y miro a Bill esperando una respuesta.
— A la 5:00pm y no llegues tarde, puedes irte.— Se gira para irse por donde vino y yo me quedo quieta pensando en que si esto no resulta bien será mi ruina, respiro profundo y el olor a alcohol y a tabaco inundan mis pulmones miro a mi alrededor una última vez y me encamino a la salida.
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Ya en casa subo las escaleras hasta el cuarto piso donde queda mi pequeño y modesto departamento, abro la puerta y entro tirando mi “uniforme” en el sofá, me dirijo a la cocina por un poco de jugo de naranja, amo el jugo de naranja recién exprimido así que me pongo a la obra.
Camino a mi habitación, me siento siento en mi sillón a ver por la ventana mientras doy sorbos a mi jugo, miro el parque donde pasan un par de personas sin darle importancia a lo que los rodea, los veo atareados hablando por sus teléfonos y mandando mensajes, me gusta pensar en qué pasa en la vida de esas personas pero lo que más me gusta es mirar ese parque, no sé pero desde que me mude aquí me gusta sentarme a leer y mirar por la ventana los árboles, el césped recién podado y a los niños que van con sus mascotas en las tardes a jugar.