Max.
Cada vez siento algo más por la pioja. Tenía ganas de seguir besandola y no soltarla pero quería esperar. Hacerla desear más... me tiene en la palma de su mano y ella ni lo nota. "Te gusta" la voz de mi cabeza tiene razón. Me gusta Amanda.
Llego a casa, saco las mochilas y las dejo en el lavandero. Excepto la mochila que me entregó la pioja. Acomodo sus cosas en mi armario. Me doy una ducha y no puedo evitar pensar en ella. Ahora no la puedo sacar de mi puta cabeza.
Cuando se metió en el lago y salió a la superficie, no pude evitar acercarme y verla. Tan relajada. Feliz. Hermosa. Dios, se veía hermosa mientras pequeñas gotas recorrían sus mejillas con ese leve rubor que es propio de ella.
Salgo de la ducha y me pongo el pantalón de pijama. Voy hasta mi despacho y comienzo a trabajar desde el portatil. Respondo unos cuantos correos y veo el reporte que me envío Grace.
Después de un rato decido comer algo ligero para la cena y me voy a dormir. Dejo el móvil cerca para escucharlo cuando la pioja me llame.
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Me despierto por el sonido de mi móvil y veo que es la pioja. Son las 3:25 am.
- Buen día pioja. Digo con voz ronca.
- Buen día dormilón. Salgo en 20 minutos cuando mucho, mientras Tom y yo nos encargamos de la limpieza. Dice entre risueña y cansada.
- Voy para allá.
Me levanto de la cama y solo me pongo unos zapatos y una sudadera. Bajo con cuidado y agarro mis llaves del mostrador. Salgo de la casa y me pongo en marcha.
Llego más rápido de lo esperado. "Obvio, es de madrugada" se burla mi subconsciente. Le envío un mensaje a la pioja de que la estoy esperando afuera y no contesta.
Han pasado 10 minutos cuando la veo salir hablando amenamente con Tom. Eso no me sorprende. Lo que trae puesto sí.
Solo veo que lleva puesto la sudadera que le di en la tarde, su cabello está suelto y se mueve gracias al viento. ¿Estará llevando algo debajo?. Le da un abrazo a Tom el cual la mira mientras se acerca al auto. Sé que es gay pero esa sonrisa no es normal. Sin más niega y se monta en su motocicleta.
- Hola bombón. Dice Amanda mientras sube a la camioneta.
Me acerco para darle un beso pero ella me esquiva y se lo doy en la mejilla. ¿Qué demonios fue eso?
- Preciosa. ¿Llevas algo debajo?. Mi tono es seductor y ronco.
- Puede. Sonríe pícara. - Andando, tu haz dormido pero yo no. Se cruza de brazos y hace un puchero adorable.
- Mandona.
- Oh nene, no tienes ni idea.
Ríe suavemente y la sigo.
Llegamos a casa y ella corre a la puerta para abrazar a Nico cuando entra. No puedo evitar tomarles una foto y antes de que se de cuenta escondo el móvil.
Comienza a subir las escalaras y la sigo. Al entrar en el cuarto gira sobre sus talones y me dedica una mirada intensa. Ella no quiere dormir. La lujuria brilla en sus ojos negros. Me acerco lentamente disfrutando de ver como su respiración aumenta.
- Alto. Me detengo a unos centímetros de su cuerpo. Ella levanta las manos y comienza a tocar mi rostro. La acerco más a mí y la beso. Amanda tira de mi cabello haciendome gruñir. Muerde mis labios y se aleja.
Lentamente se quita mi sudadera y me da una buena vista de su abdomen. Tiene un short y el top de BB Bar. Intento acercarme para quitarle la ropa y se aleja otra vez. Una sonrisa se asoma en sus labios y se comienza a quitar el short y el top. Demonios. Ya tengo una erección. Su ropa interior es completamente de encaje blanco. Sus pezones se ven claramente por la fina tela.
Amanda se acerca y mete sus manos por mi sudadera y la ayudo a quitarmela, comienza a besar mi pecho y sus manos recorren mi cuerpo. Cada vez baja más y hasta quedar arrodillada. Mi respiración es agitada cuando ella baja mi pantalón de pijama junto con mis boxer. Siento su respiración en mi pene y con una mano lo toma y sonríe. Besa la punta y siento un escalofrío recorrer mi cuerpo. Saca su lengua y comienza a jugar. Maldición. Es increíble. Lame a su antojo y me hace gemir de placer.
- Quiero sentirte nena. Digo en voz ronca.
Me ignora y sigue con su deliciosa tortura. No puedo aguantar más. El placer que siento al sentir su calida boca es indescriptible. Tomo su cabello y muevo mis caderas para estar más dentro de su boca. Llego al orgasmo en poco tiempo. Veo como la pioja se limpia la boca y se levanta. Sale disparada al baño después de unos segundos sale sin el brasier. Ya me había acomodado la ropa pero siento que estoy listo para la segunda ronda y esta vez dentro de ella.
Se acerca al armario y saca una de mis franelas y se la coloca.
- Hora de dormir bombón. Se acomoda en la cama esperando a que me una a ella.
- ¿Segura?. No me lo puedo creer.
- Segura. Así que ven aquí.
Demonios. Esta mujer me va a matar...