Amanda.
Los días han pasado rápido y ya es domingo. Estoy tan emocionada y aterrada a la vez de conocer a la familia de Max que me he negado a recibir bocado en todo el día. Me sorprendió que todavía quiera llevarme. Desde el jueves en la madrugada me he dedicado a frustrarlo sexualmente. El autocontrol que tengo es sobre humano para resistirme a sus encantos. No tengo ni idea de como lo he logrado sin caer en sus brazos. Aunque no me he negado a sus besos... sus labios carnosos, cálidos y suaves, me han tenido en una montaña rusa que no he podido parar.
Tom y yo fuimos el jueves a firmar contrato porque el día anterior logramos hablar con Bill que practicamente nos corrió por dejarlo de forma tan inesperada, pero como no tenía un remplazo inmediato no tuvo opción de dejarnos terminar la semana, cosa que no me sorprendió de que conseguiera a alguien rápido porque el mismo viernes ya tenía nuestro remplazo. Tom ayudó al chico en la barra y yo a la chica pechugona con las mesas. Seguí bailando en la barra y logré juntar el dinero para comprar mi Harley Davidson Iron 883. Max todavía no lo sabe porque la guarde en el estacionamiento del edificio.
Tengo la mente ocupada pero al mirarme en el espejo me quedo sin aire. ¿Es demasiado? "No lo creo" mi subconsciente sonríe. El vestido tiene un escote modesto, el punto llamativo es el escote de la espalda y el encaje en la parte superior con brillos plateados. Es ajustado en la cintura y cae libremente hasta mis pies. El color turquesa me sienta bien, Tom tenía razón.
Tommy fue conmigo de compras, él dijo que yo necesitaba a un experto y me hizo probar un montón de vestidos y este fue el ganador. Fue una locura. Pero amé la experiencia y el tiempo que pasé con Tom. Me hizo comprar unos tacones plateados demasiado altos para mi gusto pero definitivamente tenía razón al decir que quedarían perfectos con el vestido.
Recoguí mi cabello en un moño alto junto con una horquilla plateada en forma de pluma. Mi maquillaje resalta mis ojos. Llevo unos accesorios por recomendación de Tom y un pequeño bolso de mano tipo sobre plateado. Me repaso con la mirado frente al espejo una vez más y suspiro. Pensé en que sería algo sencillo cuando Max me invitó por primera vez, justo ayer fue que se le ocurrió la brillante idea de decirme que era formal porque no solo iban a estar sus padres y sus hermanos, si no ¡SU FAMILIA EN GENERAL! Casi me caigo de culo ante eso, no me caí porque estaba sentada. Demonios. Recibiré el escaneo de todos.
Suena mi móvil y es un mensaje de Max.
Max.
Llego en 10 minutos pioja.
Un mensaje simple pero que aumenta mis nervios. Salgo del departamento y me tomo mi tiempo para bajar las escaleras, no quiero tener la mala suerte de caerme. Dejo que el aire frío de la tarde entre en mis pulmones mientras espero a Max. Algunas personas pasan y no me quitan la mirada de encima. Mierda. Me dispongo a regresar a mi departamento cuando veo el Audi de Max acercarse. Sale del auto y me da una buena vista de él. Está impecable. Perfecto. Encantador. Lo he visto en traje antes pero siempre me quedo estupefacta ante él. Lleva un traje negro de tres piezas.
Salgo de mi estupor y me acerco para saludarlo porque no nos habíamos visto ya que había salido con Tom.
- Hola bizcocho. Debo admitir que luces bien. Me encojo ligeramente de hombres y le doy un beso corto.
- Tú no estas nada mal pioja. Su tono seductor me derrite. Une nuestros labios prolongando el beso. Se separa y descansa su frente en la mía mientras recuperamos el aliento. - Estas preciosa. Susurra, se me pone la piel de gallina y siento un calor recorrer mi cuerpo. Toma mi mano y me conduce hasta la puerta del copiloto para abrirla como todo un caballero.
Rodea el auto y para subir y ponerlo en marcha. Está callado. Miro su perfil y está concentrado en la carretera. En eso suena mi móvil y es una llamada entrante. Lily.
- Hola desaparecida, ya te olvidaste de tu vieja y buena amiga. Su tono es acusatorio y siento una punzada en el pech al escuchar su voz.
- Yo también te extraño Lily. Ven a visitarme. Suelto sin más y luego me arrepiento de lo que he dicho. No porque no quiera ver a Lily, si no porque tengo miedo a que la sigan. Tengo tanto que contarle a Lily.
- ¡Por fin! Ya era hora de que me sacaras de esta oscuridad. Tengo mucho que contarte. Suspiro audiblemente.
- Somos dos. Te mandaré la dirección por mensaje, espero que puedas venir pronto.
- El fin de semana que viene me tendrás allá Mandy. Escucho que le hablan a lo lejos y ella ríe. - Lo siento, me tengo que ir. ¡Pero no te librarás de mí!
- De acuerdo. Usa protección. Seguro y es otro de sus romances de una noche.
- Sí mamá. Ríe y corta la llamada.
Entrelazo mis manos en mi regazo. Me siento feliz de saber que Lily vendrá pero no puedo dejar de lado la punzada de preocupación que siento.
Max sigue pensativo, creo que él también está nervioso. Pongo mi mano en su brazo y le doy un beso en la mejilla.
- Lo haremos juntos. Susurro en su oído. Presiono mis labios para darle un beso en su cuello que lo hace temblar. Descubrí que le entacanta que lo bese en el cuello.