Amanda.
Todo mi cuerpo me duele. Nunca me he sentido tan cansada en mi vida, no me quiero levantar de la cama. Amo a Max pero no creo poderselo decir todavía. Con mucho esfuerzo me levanto y voy directo a la cocina para preparar un café bien cargado.
Cuando está listo regreso al cuarto y me sento en mi sillón frente a la ventana. La bella luz del sol baila en las hojas de los arboles en el pequeño parque. ¿Qué hora es?. Es un lindo domingo para ser sincera. Todo está tan traquilo. Tomo mi móvil de la mesita de noche y veo un mensaje de Max.
Max.
Buenos días pioja. Hoy tengo cosas que hacer y no nos podremos ver. Te quiero. Nos vemos mañana en la oficina. ¿Quieres que te pase buscando?. Posdata: Deja de dormir.
Para Max.
Feliz domigo bizcochito. Suerte, nos vemos mañana. No te preocupes, no me pases buscando estaré temprano en tu oficina. Te quiero. Posdata: Dormiré todo el día.
Suena el timbre y corro a dejar la taza de café en la encimera de la cocina. Abro la puerta y me cruzo de brazos con una dura mirada dirigida a Lily. No puedo creer que este llegando a esta hora.
- ¡No me mates!. Suspira mientras me rodea para pasar y tirarse en el sofá. - Fue una noche de locos. Me gustó bastante, creo que te visitaré más seguido.
- ¡Te estuve buscando como loca! ¿No se te ocurrió en que me preocuparía?. Demonios. ¿Qué estuviste haciendo?. Suspiro y pongo una mano en mi frente. - Mejor no me lo digas, ya me hago una idea.
- ¡Vamos Mandy! No me dijiste que el hermano de tu novio estaba prohibido. Además cuando Max lo llamó el le dijo que estabamos bien.
- No te mataré a ti pero sí a Ethan, mi pequeño cuñado no sabe que se metió con una fiera.
- No lo culpes, fue idea mía irnos. Ruedo los ojos ante eso. - ¡Fue el mejor sexo de toda mi vida!. Arrugo la cara.
- No me interesa Lil. Se suponía que era noche de chicas o algo así.
- Bueno deja el drama mujer. Y lo digo en serio no lo vayas a regañar, de todas formas él es un año mayor que nosotras.
- ¡Lily! No es drama. ¿Qué si es un año mayor que yo?. Lily suspira dramaticamente y masajea sus sienes.
- Dejemos el tema. Necesito dormir por lo menos dos horas más y después nos vamos por un almuerzo tardio. ¿Te parece?
- De acuerdo, ve a dormir.
La veo entrar en el cuarto y yo me acuesto en el sofá para ver un poco de TV. La verdad no tengo ánimo de hacer nada, Max me dejó agotada, tanto baile... me dejó muerta. Voy por otro café y decido ir a correr un rato, necesito correr para quitarme esta pereza. Voy al cuerto y veo a Lily tirada en la cama, creo que está en el quinto sueño. Me pongo mi ropa deportiva y recojo mi cabello en un moño alto. Salgo nada más con mis llaves, dinero y mis audifonos, no pienso demorar mucho. Bajo las escaleras y antes de salir a la calle hago unos estiramientos.
Me acomodo mis audifonos y no escucho nada más que la música que suena a través de ellos. Salgo diparada y comienzo a correr por el parque, decido correr por las calles y dejo mi imaginación divagar en muchas cosas y no me concentro por donde voy.
No sé cuanto tiempo llevo corriendo y siento mis pulmones arder en cada respiración, me doblo sobre mis rodillas para coseguir regular mi respiración. Cuando me siento mejor veo mi entorno, no sé donde estoy. Nunca había estado por aquí. Estoy parada frente a una tienda de tatuajes y siento un impulso por hacerme uno, siempre quise uno pero nunca me sentí lo suficientemente valiente como para hacerlo, es algo que estará de por vida en mi piel.
Llevo un rato pensando en esta decisión y doy media vuelta regresando por mis pasos. "¡Gallina!" Hago caso omiso a la burla de mi subsconciente y sigo caminando, giro en donde creo haberlo hecho anteriormente hasta que por fin llego al parque junto a mi edificio.
Tengo mucha hambre y se me antoja una pasta al pesto con pollo. Espero que Lily ya se haya despertado. No es de extrañarse, sigue dormida cuando entro en la habitación. Tomo con cuidado una almohada y comienzo a golpear su cuerpo inerte en la cama.
- ¡Despierta! ¡Tengo hambre!. Sigo golpeandola con la almohada hasta que ella salta de la cama, gruñendo en dirección al baño.
- ¿Sabes? A veces te odio.
- Me amas, así que apurate que tengo hambre.
Ya lista. La dejé en el cuarto mientras me daba una ducha rápida y me lavaba el cabello. Me puse un short, una camisa manga larga y dejé mi cabello suelto para que secara al natural. Lily lleva un lindo vestido rosa. Salimos del departamento y nos vamos en su auto porque conociendo a Lily se va a querer comprar algo, ya sea ropa, zapatos, lencería o algo.
Yo voy conduciendo a un centro comercial enorme, que fue al primero que fui cuando llegué aquí a Montana. Lily se queja junto a mí en que el almuerzo lo hubieramos pedido para que nos lo llevaran domicilio. La ignoré la mayor parte del camino. Cuando llegamos la amargura salió de su sistema y ya anda viendo en las tiendas que quiere entrar. Nos vamos directo a un pequeño restaurante en la plaza de la comida y yo pido mi rica pasta al pesto con una limonada de hierbabuena. Lily pide una pasta carbonara y un jugo de fresa.