Era media noche cuando de nuevo tuve esa pesadilla tan horrorosa; la ventana de mi habitación casi siempre estaba cerrada para que no me diera frío; ¡siempre tenía la calefacción a temperatura ambiente, pero esa noche sentía un frío descabellado, sentía que los pequeños latidos de mi corazón se hacían más y más rápidos! Fue cuando por fin recordé esa noche y a esa pequeña que intenté salvar.
¡Todo el recuerdo me llegó como un disparo en ráfagas de imágenes! y cuando menos pensé, ¡estaba viendo lo que pasó! Un carro que se pasó el semáforo en rojo; el conductor, seguramente, ¡totalmente drogado y ebrio!
Recordé a la pequeña; no entendía qué podía hacer tan tarde en la calle, pero la vi con una paleta de hielo saliendo del Oxxo; recuerdo que su padre le gritaba que no se fuera a cruzar la calle y ella no le hizo caso... En un instante pasó todo; ¡tan de repente! Luego sucedió que yo ya estaba aquí, paralizado; escuchando la voz de mi padre preguntándome sí estaba bien.
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A la mañana siguiente vino a visitarme una amiga de la escuela, su nombre es Wendy; ella es la mejor amiga de Antonella, ¡la chica de mis sueños! Solo vino para avisarme que Antonella se había transferido de ciudad por situaciones con sus padres… Este día fue uno de los más dolorosos, ya que la chica de mis sueños se ha marchado.
_ ¡Hola, señorita, mucho gusto! Soy la enfermera Carmen ¿quién es usted?
-Mi nombre es Wendy, soy una amiga de José; apenas me enteré de lo que pasó por mi amiga Antonella y vine de inmediato.
_ ¡Vaya!
Dijo con asombro la enfermera Carmen.
_ Eres amiga de Antonella, ¡esa muchacha le gusta mucho a tu amigo!
-Lo sé, yo solo vine a decirle a él que lamentablemente Antonella se tuvo que cambiar de ciudad; entonces ya no la veremos más por aquí…
Dijo Wendy mientras sostenía mi hombro.
_ Vaya, ¡qué sorpresa! Me imagino que si él estuviera consiente le dolería mucho la noticia…
Carmen la tomo de las manos.
_ Me temo que es hora de que se marche...