¡Hola José!, mi nombre es Mabel; quiero agradecerte por intentar salvar a mi hermanita… ¡fuiste un chico muy valiente al arriesgar tu propia vida por alguien que ni siquiera conocías!; mi hermana significaba mucho para mí… el enterarme que había muerto, ¡créeme, me destrozó!, y al saber que alguien estaba grave por tratar de salvarla, me hizo regresar hasta aquí, para cuidarte hasta que te recuperes; como una gratitud por intentar salvar a mi hermanita…
Ahora disfruta un poco de la lectura, José; te leeré algunos libros muy interesantes.
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Esa tarde, esa hermosa chica me estuvo leyendo hasta quedarse dormida junto a mí… era una chica hermosa, pero no como mi amor platónico, Antonella; lo que sentía por ella no podría reemplazarlo otra chica.
Esa tarde también ocurrió algo muy raro:
_ Adelante, pasa ¿cómo me dijiste que te llamabas?
Escuché a la enfermera Cloe.
-Mi nombre es Antonella, ¿qué pasó con la enfermera Carmen?
Ella salió de viaje, en busca del Dr. Carlos…
Dijo Cloe.
-Disculpe, enfermera Cloe, - dijo Antonella asomándose por la ventana- ¿quién es ella?
_ Ella es Mabel, es la hermana de la pequeña Yarit…
Dijo Cloe.
- ¿Y hasta después de 3 meses hace acto de presencia?
Dijo Antonella, con tono burlón.
_ Estaba de intercambio, apenas supo de la noticia de su hermana…
-¿Puedo pasar a verlo?
Preguntó Antonella.
_ ¡Claro! -exclamo Cloe- ¡adelante, deja despierto a Mabel!
-No te preocupes, ¡yo misma la despierto!
Dijo Antonella muy enfadada.
_¡No puedo permitir eso!, aquí la enfermera soy yo, Antonella; así que espera aquí afuera, ¡por favor!