Mabel siempre venía por las mañanas a visitarme, tenía una voz hermosa, siempre me decía que componía canciones para mí… y no solo eso, venía para cantármelas mientras sostenía muy fuerte mi mano.
_ Espero que te gusten las canciones que he hecho para ti, las escribo con mucho cariño…
Susurró Mabel en mi oído.
-Perdón qué te interrumpa, ¡tienes una hermosa voz! Estoy segura de qué si pudiera expresarte algo estaría muy emocionado.
Dijo la enfermera Cloe.
_¡Gracias! La verdad es que canté en el coro de la iglesia y desde ahí me motivaron para seguir cantando; y aquí me tienes.
Contestó Mabel.
-¡Tienes mucho talento, espero de verdad que te vaya muy bien! ¿Por qué no grabas un disco?
Dijo Cloe.
_ La escuela me tiene muy ocupada y no quisiera dejar a José sólo por el momento…, me gusta estar con él.
Dijo Mabel.
Mientras tanto...
¡Cada vez estoy más cerca de José, pero no es suficiente!
Gritó desesperada la enfermera Carmen.
Estoy muy agotada, necesitó descansar lo más rápido posible; la noche se acerca…
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¡Tuve un sueño aterrador! Hoy se volvió a aparecer alguien en mi habitación, pero esta vez no era la hermana de Mabel, esta vez era una presencia más oscura, más terrorífica; ¡mi cuarto empezó a congelarse! ¡era algo tan jodidamente malo que, aún paralizado, sentí como esa presencia hacia llorar a los bebés cerca de mí!
¡Esa presencia se manifestó ante mí y me dijo que uno de mis conocidos moriría en estos días!; pero ¿qué podría provocar que ese espíritu viniera por mí? Sospeché de Antonella.
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Mientras tanto, en la casa de Leonel:
_ Gracias por prestarme tu tablero de Ouija, Leonel; y por ayudarme con esto.
Dijo Antonella mientras malvadamente se reía.
-No hay de que agradecer -dijo Leonel-, ¡durante años he querido deshacerme de José!
_ ¡Es tu mejor amigo! -Le gritó Antonella.
-¿Te equivocas, eso le hice creer!, ¡yo estuve detrás de todo, yo iba en ese camión cuando pasó lo de José!
Confesó Leonel a gritos.
_ ¡Debe ser una broma!
Dijo Antonella, sorprendida.
_ ¡Lástima que no lo maté!
Continuó Leonel, muy furioso.