¡No paro de pensar en lo que hubiera pasado si hubiera optado por no salvar a laniña!
¿Pero, hice lo correcto o no?...
¡Con un demonio, soy tan estúpido! ¡Nadie puede escucharme y solo estoy hablando conmigo!
¡Pero qué carajos estoy haciendo aquí!
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-- Sabes Mabel, no sé lo que esté ocurriendo, ¡pero hacer esto aquí, en un hospital!, no me parece tan buena idea... pero creo que no nos queda de otra.
¿Trajiste la ouija que te pedí?
- ¡Por supuesto! Aquí tiene, Doctor.
_ ¡Gracias, Mabel! ¿Quieres hacerme el favor?...
- ¡Queeeee! -Exclamo Mabel- ¡Es una locura que piense eso de mi , doctor! , ¿qué le hace creer que yo no se cosas?
_ No te molestes Mabel, pero no puedo hacerlo sin ti... y por lo que me han contado, tú tienes experiencia en esto...
Sonrió el Dr. Carlos.
- ¡Está bien!
Exclamó con irá Mabel.
- Solo le debo aclarar que, una vez empezado el ritual, ¡no hay marcha atras Dr.! y ¡jamás, por nada, quité su maldita mano del tablero!
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"Si hay alguien presente en esta habitación ¡manifiéstate!; nos gustaría hablar contigo"
Fueron las palabras que escuchaba de Mabel mientras mi piel se ponía de gallina.
Mientras Mabel pronunciaba esas palabras, ¡yo sentía a alguien cerca de mí, podía verlo! pero sólo podía gritar en mi mente: ¡Aquí está!
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_ ¡Lo hemos conseguido Dr.!
¡Siento que hay alguien aquí, con nosotros!
Dijo asustada, Mabel.
_ Escuché Dr., ¡le pediré al ente que entre en mí!
Usted tendrá pocos minutos; use el agua bendita y la biblia que le di... ¡aprovechelos y pregúntele qué demonios quiere con este chico!
- ¡Entiendo!
Dijo con miedo el Dr. Carlos.
"Escúchame toma mi cuerpo y revela tu identidad"...
¡Oh, por Dios!