El silencio se había instalado en toda la sala; lo único que se podía oír, eran mis tacones en contacto con la madera del escenario. Salude al director, quien me había presentado, y me hizo un ademan con el brazo cediendo el paso como un caballero de los ´80 para luego sentarse en una silla plegable junto a otros profesores que, supuse eran los coordinadores de cada grupo. Inconscientemente alise mi falda nuevamente tratando de alargar lo más posible el tener que levantar mi cabeza hacia el público. Tomé varias respiraciones y apreté mis puños para que no se notaran mis manos temblando. Mire al mar de gorras de graduación con rostros de jóvenes soñadores, listos para enfrentar al mundo y me recordaron que hasta hace unos años, yo era una de ellos. Eso trajo una sonrisa a mi cara antes de que las palabras comenzaran a salir de mi boca.
-Hola a todos. Yo soy Alisha, Alisha Backster; como ya saben porque su director me presento. – Me reí nerviosamente y los allí presentes hicieron lo mismo, entonces mis hombros se relajaron, sintiéndome más cómoda para hablar continué. – La verdad es que siento una alegría muy grande al ver tantos chicos que hoy ven sus sueños realizados; ver que se gradúan es muy emocionante. Hace que me sienta orgullosa como sus familiares deben de estarlo también. La verdad es que no soy muy buena en esto de dar discursos. Es más, siempre había sido una mera espectadora al igual que todos ustedes ahora. Siempre había estado sentada ahí abajo en primera fila mirando con asombro como ese hombre podía subir todos los años frente a tanta gente y hablar con tanta fluidez, sin mostrar signos de estar nervioso, realizar bromas logrando que todos rieran con él; sus discursos nunca estaban preparados minuciosamente, no, él solo… improvisaba en el momento porque él tenía un dicho: ¨Lo que se prepara detalladamente sobre un papel, escribiendo, borrando; leyendo y releyendo, no es original ni verdadero, y mucho menos sincero. Lo verdaderamente honesto, lo que uno realmente siente, sale en el momento; viendo y viviendo la situación para luego opinar o hablar. Eso sí demuestra tus verdaderos sentimientos. ¨ Entonces, yo le preguntaba que debía hacer si no podía elegir las palabras correctas en ese momento. Él sonreía y me respondía: ¨Pues, en ese caso, improvisa mi niña. Cuando tus emociones son tantas que te abruman y no te permiten escoger adecuadamente las palabras, solo improvisa.¨ Ese hombre era mi papá. Siempre lleno de sabiduría; con las palabras correctas sabía guiarte, con los mejores consejos trataba de ayudarte; y con los errores, trataba de enseñarte. Cuándo se fue, nadie de mi familia quería tomar su lugar en los discursos de los graduados, pero no por maldad, si no porque ninguno se sentía a la altura para llenar esos zapatos, pero sentimos que tres años sin esa tradición, no era lo que a él le abría gustado. Por lo que me animé y dije: Este año voy a ir. Pero aún así, sé que no es lo mismo; no lo puedo hacer igual o parecido, pero trataré de hacerlo lo mejor posible. – Los aplausos se extendieron por toda la sala e incluso familiares y alumnos se pusieron de pie. Cuando volvieron a tomar asiento y los aplausos se apagaron decidí, que ese era el momento de dar la ¨sorpresa¨. – Muchas gracias a todos por su apoyo, aunque debería de ser al revés. Yo tendría que estarles brindando el mío a ustedes, pero no se preocupen, ya que se los compensare con una buena noticia. – Miré a mi madre por un segundo, pero fue lo suficiente para notar como sus ojos se agrandaban ligeramente mientras su cabeza se movía con confusión. Aparté la vista para volver a dirigirme a los alumnos. – La verdad es que llevamos alrededor de un año trabajando en esto con mi hermano. Al principio no queríamos hacerlo por respeto, ya que no era un proyecto nuestro; era de nuestro padre. Pero luego comprendimos que la mejor muestra de respeto era haciendo realidad su deseo. Por lo que nos reunimos en varías ocasiones con nuestros contadores y además con los encargados de gestionar las becas. Entre todos llegamos a un plan, junto a un acuerdo con la universidad para que esto funcione lo mejor posible y así sacar adelante esta idea. Cómo bien saben la cadena de hoteles de mi familia suele brindar una cantidad de becas por año, pero estás solo permiten estudiar para gerencia de hotel, administración de hotel o gestor de relaciones públicas. Como verán, es un número muy limitado de carreras en las cuales elegir, por lo que muchas de las becas no eran realmente usufructuadas. Este año será diferente: el abanico de posibilidades se abrirá, permitiendo que los alumnos puedan escoger la carrera que desean estudiar independientemente de si está se relaciona o no con la hotelería. – Se escucharon varios murmullos comenzar a surgir en la sala mientras que algunos reaccionaban con sorpresa, incluyendo a mi madre. – Pero como todo, este plan tiene sus pro y sus contras. Al extender el número de carreras que se pueden escoger, la cantidad de becas que se pueden brindar van a disminuir. Es decir, van a tener que repartirse más, por lo que habrá una cantidad limitada de becas para cada campo, aún así, espero que esto sea un nuevo comienzo para todos, una nueva oportunidad de que muchos más puedan alcanzar sus sueños, así como ustedes lo hicieron. Este proyecto era el sueño de mi padre y como sus hijos, mi hermano y yo, nos sentimos responsables de que se hiciera realidad. Ahora sin más para decir que un… ¡¡¡Felicitaciones graduados!!! Me despido de ustedes fue un gusto y un honor.
Todos se pusieron de pie para despedirme con grandes aplausos, silbidos y gritos de gratitud. Les salude con mi mano para darles a entender que estaba recibiendo su apoyo, pero estaba más apurada por lograr bajar las escaleras del escenario, pasar de largo por el pasillo hacia la puerta y al exterior; sí, estaba definitivamente huyendo de mi madre. Salí de la sala prácticamente corriendo atravesando como una flecha el lugar hasta que logre salir fuera. Entonces, no esperé a que Jackson bajara para abrir mi puerta, simplemente subí apremiándolo para que se pusiera en marcha. Obedeció sin preguntar nada, pero podía observar sus ojos yendo y viniendo entre la calle y el retrovisor.
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Editado: 07.11.2024